El Athletic sigue sin ganar tras un partido europeo. Los rojiblancos no pudieron pasar del empate el lunes en Son Moix después de haber derrotado el jueves anterior al Slavia de Praga en San Mamés. Otro tanto ocurrió en las citas ligueras siguientes a jugar contra la Roma y el AZ Alkmaar: 1-1 contra el Sevilla y 2-1 en Montilivi. Todos ellos partidos muy accidentados.
Después de sumar un buen punto en la primera jornada de la Europa League disputada en el Olímpico de la ciudad eterna, los leones recibieron al Sevilla con la opción de lograr su cuarta victoria consecutiva en el torneo de la regularidad después de haber derrotado a Las Palmas, Leganés y Celta. Mikel Jauregizar adelantó a los locales, pero todo se complicó en la recta final del choque con la expulsión de Julen Agirrezabala en el minuto 83. El portero de Rentería tuvo que coger el camino de los vestuarios por una entrada sobre Mateo. Llegó a tocar balón, pero el colegiado no lo dudó, roja directa. Padilla entró en su lugar con tan mala suerte que se metió en propia puerta el gol del empate definitivo en el 93’. Ejuke desequilibró por la banda izquierda, Nuñez despejó al larguero y al caer el balón pegó en el meta de Zarautz y se introdujo en las redes locales. Dos puntos perdidos.
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El equipo de Valverde logró la primera victoria continental ante el AZ Alkmaar el 3 de octubre con goles de Iñaki Williams y Sancet tras dos grandes jugadas de Nico. Tres días después tocaba visitar al Girona en Montilivi. Uno de los partidos más esperpénticos que se recuerdan en los últimos años. Un “disparate”, en palabras de Valverde. Berenguer, Iñaki Williams y Ander Herrera fallaron tres penaltis por mal tirados, Sancet se lesionó en la jugada del 1-1 justo antes del descanso, Paredes fue expulsado y para hurgar en la herida el equipo de Míchel se llevó el triunfo con una pena máxima transformada, esta sí, por Stuani.
El Athletic tampoco pudo romper esta racha el lunes en Son Moix. Los bilbaínos venían de encarrilar el pase a los octavos de final de la Europa League con el triunfo contra el Slavia en un encuentro con más sufrimiento del esperado en el que los checos dejaron una grata impresión. La cita con el Mallorca de Jagoba Arrasate no se preveía fácil, pero el panorama se despejó en el minuto 23 por la expulsión de Samu Costa tras ver doble cartulina amarilla por sendas entradas sobre Galarreta. Setenta minutos por delante en superioridad numérica para sumar tres puntos de oro ante un equipo que en estos momentos es un rival directo por una plaza europea. No hubo nada que hacer. Los visitantes no pudieron romper la muralla bermellona. Apretaron en la recta final del encuentro, pero regresaron a casa con un empate frustrante. Tercer partido sin ganar después de una cita europea.
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