La sola menci�n de Murcia sugiere en la mente del viajero el recuerdo del Mediterr�neo, de la Costa C�lida, de paisajes �ridos salpicados de vegas hortofrut�colas, de un lugar donde nunca se pone el sol en los inviernos...
Sin embargo, tambi�n existe una imagen m�s desconocida pero igual de evocadora, una idea de valles profundos, saltos fluviales y abruptos parajes donde a�n el jabal�, la jineta o la cabra mont�s conviven en armon�a con la naturaleza. No es de extra�ar que, desde la Prehistoria, antiguas culturas eligieran para vivir las tierras del noroeste de Murcia y dejaran su huella en forma de d�lmenes, fortificaciones, poblados o, c�mo no, pinturas rupestres que hoy est�n declaradas Patrimonio de la Humanidad. Es la otra cara de Murcia.
Aunque para la inauguraci�n oficial habr� que esperar unas semanas m�s, en los pr�ximos d�as se abrir� al p�blico el nuevo Centro Regional de Interpretaci�n de Arte Rupestre Casa de Cristo (968 73 02 08), en el municipio de Moratalla. Una importante apuesta del Gobierno murciano para dar a conocer el enorme patrimonio hist�rico y cultural que atesora la regi�n.
El centro ofrece la posibilidad de hacer un emocionante viaje en el tiempo 5.000 a�os atr�s, cuando el 'murciano' del Paleol�tico se empe�aba en 'pintarrajear' las paredes de las cuevas (conocidas t�cnicamente como abrigos o covachas) con motivos de la vida cotidiana: la caza, la recolecci�n, la naturaleza, la guerra y los ritos religiosos. Una exposici�n permanente explica todos los detalles de esta forma de vida ancestral, que se puede complementar con unas interesantes visitas a los abrigos de Ca�aica del Calar y Fuente del Sabuco.
S�lo de la �poca del Arte Levantino, esta comarca del noroeste murciano aglutina m�s de 40 yacimientos rupestres, por encima de la mitad del total de la provincia. Pero esto no es sino una peque�a muestra de lo que puede ofrecer el municipio de Moratalla al incansable viajero. Otros pueblos y otras culturas dejaron tambi�n su huella aqu�. Sin ir m�s lejos, en las afueras de la villa a�n se conserva en muy buen estado el Puente de Hell�n, de origen romano, y en el mismo casco antiguo de Moratalla se erige el Castillo Fortaleza, la primera estructura isl�mica de la regi�n que se levant�, en el siglo IX, sobre restos neol�ticos e ib�ricos, constituyendo un punto importante dentro de la organizaci�n defensiva de Al-Andalus.
Las intrincadas callejuelas que parecen manar de la imponente silueta del castillo sumergen al visitante en una atm�sfera recoleta y medieval. Los adarves, las barandas, los balcones de forja y los alegres aleros pintados de colores saltan al paso continuamente hasta llegar a la Parroquia de Santa Mar�a de la Asunci�n, otra de las joyas locales con or�genes que se remontan al siglo XV.
Al suroeste de la ciudad, a tan s�lo seis kil�metros, nos encontramos con el Paraje de la Casa de Cristo, donde se ubica la ermita del mismo nombre que rememora la aparici�n, en 1494, de Jesucristo ante un paisano al que se le orden� levantar este templo rural. Este santuario forma parte de un conjunto tur�stico que incluye, adem�s del mencionado Centro de Interpretaci�n de Arte Rupestre, una hospeder�a, 'El Claustro' (968 43 31 23 y www.elclaustro.org), que posee uno de los restaurantes m�s afamados de la comarca que se atreve con platos de caza, como el magret de pato y la presa de ciervo, acompa�ados con su c�lebre salsa de naranja. Y, para la sobremesa, nada mejor que recrearse en las espectaculares vistas que ofrece este mirador natural desde el que se divisa la Sierra del Buitre.
Continuando viaje en direcci�n a la localidad albacete�a de Nerpio, nos adentramos en el hermoso Valle de San Juan, entre imponentes ca�ones, y pronto volvemos a encontrarnos con otros paisajes de perfiles m�s suaves: campos de cereales atravesados por arroyos salpicados de �lamos o arrozales y bosques de encinares. Los amarilllos y dorados del fin del oto�o contrastan con prados t�midamente tintados de verde y los azules intensos de un cielo que pocas veces se enturbia.
Antes de llegar al pueblo del Sabinar, el camino nos lleva hasta las Salinas de Zacat�n, documentadas desde el siglo XV y donde se cree que los musulmanes se abastecieron de sal durante la dominaci�n de Al-Andalus. A partir de aqu�, la carretera deja de ser ancha y recta para dar paso a un paraje de suaves colinas tapizadas por un bosque de sabinas, algunas de ellas milenarias. Este bosque tiene un gran valor ecol�gico y convierte Moratalla en el municipio m�s al sur de Europa donde crecen estos �rboles de forma natural.
Cerca de aqu� se encuentra el Calar de la Santa, donde se localizan los dos yacimientos de arte rupestre m�s importantes de Moratalla: la Fuente del Sabuco -con dos abrigos que albergan m�s de 50 pinturas- y Ca�a�ca del Calar -con otras cuatro covachas de gran importancia cient�fica-. Entre los pasillos, unas veces angostos y otras anchos, de estas irregulares cuevas de origen k�rstico, encontramos paredes decoradas en vivos colores con figuras de arqueros, de mujeres, de ciervos y jabal�es, con escenas de guerra, de caza o de recolecci�n. Tras la concienzuda restauraci�n que ha realizado el Gobierno murciano de estas verdaderas 'pinacotecas' al aire libre, las pinturas ahora son muy f�ciles de distinguir para cualquier persona profana en la materia.
Y, llegando a la misma frontera con Albacete, dos paradas obligadas son las de la Ermita de La Rogativa, situada en un paraje de excepci�n entre el Pico de Revolcadores -techo de la regi�n, con 2.027 m-, El Servalejo y Pe�a Jarota (1.946 m), y el Pantano de Taibilla, lugar de enorme valor ecol�gico. Sin duda, Moratalla es un tesoro forestal, tierra de altos miradores, de azucaques, de conventos y ermitas, de leyendas y apariciones.
LLEGAR EN COCHE
EL HOTEL
PARA VER
PARA COMER