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Lunes, 28 de diciembre de 2009. Actualizado a las 18:28 (CET)
 Escapadas
La Guerra Civil espa�ola
Todos los meses, grupos de 'tricheristas' recorren los senderos y pistas de Guadarrama
TIERRA DE FUEGO | Traves�a del Conde Duque, 3 | 91 521 52 40 | CENEAM (CENTRO NACIONAL DE EDUCACI�N AMBIENTAL) | 921 41 38 68

JAVIER D�AZ MURILLO

"Un chusco, un bote de carne para cuatro y un poco de jam�n. �Pasamos tanta hambre que no nos pod�amos aguantar derechos!". Este lamento, sacado del diario de guerra del soldado Jos� Puyol Abell�, de 18 a�os y de la 143 Brigada Mixta, es una las an�cdotas que cuenta Luis Mart�nez Espada, un empleado de banca de 49 a�os y experto en la Guerra Civil espa�ola, metido a gu�a de un senderismo diferente, pues sus itinerarios se centran en los restos que la contienda esparci� en la sierra de Guadarrama: es senderismo de guerra o de trincheras.

[foto de la noticia]

A los que gustan de estos recorridos los llaman trincheristas, en lo que es una mezcla de pasi�n por la naturaleza y un sano inter�s hist�rico y arqueol�gico. Las salidas, organizadas por Tierra de Fuego, son mensuales. Nuestro recorrido es la Ruta de Revenga, en la vertiente segoviana de esta sierra, donde tuvo lugar La Batalla de la Granja, un episodio b�lico en el que murieron 3.000 soldados.

Tras una hora de autob�s y una breve introducci�n hist�rica, unos 30 caminantes bien abrigados y equipados con calzado adecuado se ponen en marcha, cada uno con su mapa y documentaci�n pertinente. En esta etapa, por pistas y pendientes suaves, el gu�a desgrana con pasi�n los proleg�menos de la lucha mientras se acercan a los escenarios de combate. "Estamos en posiciones del ej�rcito nacional. No esperaban que los republicanos iniciaran una ofensiva con siete brigadas y m�s de 18.000 hombres", comenta Luis.

[foto de la noticia]

As�, entre relatos y explicaciones de estrategia militar, el paisaje cambia de las encinas y el monte bajo, a las sombras de pinos, robles y fresnos. Y es que no hay que olvidar que esta zona tiene un alto valor ecol�gico. El Pinar de la Acebeda y el Valle de Valsa�n fueron el primer espacio natural protegido en Espa�a. Adem�s, alberga una gran riqueza faun�stica con corzos, jabal�es e, incluso, lobos y, sobre todo, aves, con m�s de 100 especies.

Pero el trayecto contin�a y, pasado el mediod�a, el grupo de trincheristas abandona el camino para progresar campo a trav�s y alcanzar la cima del cerro Cabeza Gatos (1.429 m). Y es aqu� donde aparecen como fantasmas, ocultos entre la vegetaci�n, los primeros vestigios de las refriegas: unos puestos de tirador, formados por una hilera de piedras superpuestas tapizadas por el musgo y con huecos para los fusiles.

Salen a la luz muchas historias, como la del hermano del dramaturgo y poeta alem�n Bertolt Brecht, quien luch� y muri� como brigadista en estos montes, o la del escritor norteamericano Ernest Hemingway, que, a pesar de pasarse casi toda la guerra en los bares de los hoteles de Madrid, tuvo tiempo de ver y describir este escenario del conflicto en su c�lebre novela Por qui�n doblan las campanas.

La excursi�n termina en una zona de encinas, cercana a Revenga y al embalse de Puente Alta, con la visi�n de unos dormitorios en forma de igl� para los soldados, que permanecen en pie semiderruidos, y una �ltima joya, un b�nker de hormig�n armado en perfecto estado. Hoy, todos han aprendido un poco m�s sobre nuestra historia.

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