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a San Ferm�n 2001

EFE
Los
toros de la ganadería de Cebada Gago han limitado
a tres escasos minutos el tercer encierro de los sanfermines,
eso a pesar del pavimento, muy mojado por la lluvia.
Con menos corredores que durante el fin de semana, los 'cebadagago'
han cumplido con su fama de protagonizar encierros peligrosos
al alcanzar con sus astas al menos a dos corredores, que
fueron trasladados inmediatamente desde la Plaza del Ayuntamiento
a centros hospitalarios.
Los dos heridos han sido un estadounidense que se encuentra
en estado 'grave' y un canadiense, con pronóstico
'menos grave'. El grave, James Shepard Skiff, de 19 años
y natural de Virginia, presenta, según fuentes hospitalarias,
una "herida por asta de toro en la cara interna del muslo
derecho, de unos 15 centímetros". La cornada,
según el informe del hospital de Navarra, "afecta
a piel y tejido celular subcutáneo, que desgarra músculos
adductores, llegando al paquete vascular nervioso, que no lesiona".
El otro herido, que fue conducido al Hospital Virgen del Camino,
es Johathan Massie, de 24 años, quien presenta un "puntazo
en el muslo izquierdo", de pronóstico "menos
grave".
La manada ha partido con gran velocidad a las 8.00 horas de los
corralillos de Santo Domingo, agrupada y arropada por los cabestros,
aunque, a los pocos metros, coincidiendo con el encuentro de los
primeros mozos, ha comenzado a estirarse en un presagio de lo
que iba a ser la tónica de la carrera.
Ya en este tramo ha quedado rezagado un toro y otro, al entrar
en la plaza del Ayuntamiento, ha embestido hacia un grupo de corredores
que se encontraba a su derecha, tras lo que ha caído al
suelo. Ha sido nen este momento cuando se han registrado los heridos.
Los resbalones de la ganadería se han repetido
ya que, en Mercaderes, han sido tres los astados que han caído
sobre la calzada mojada, patinando varios metros.
Para cuando ha llegado a la curva de la Estafeta, la manada
estaba ya definitivamente rota aunque en este lugar, como
es habitual, los animales han vuelto a chocar contra el vallado,
lo que ha motivado que otro toro, al que le ha costado levantarse,
quedara rezagado y solo.
El menor número de corredores y los huecos que se abrieron
entre los astados ha hecho que en este tramo la carrera fuera
limpia y ha facilitado a los mozos su lucimiento, lo que no
ha evitado la imprudencia de algunos, que se han apoyado en los
lomos de los 'cebadagago'.
También durante el tramo de Telefónica, los astados
han sido bien llevados por los corredores, sin más incidentes
que algunas caídas, pese a lo cual uno de ellos, en el
mismo callejón, ha detenido su carrera y ha llegado incluso
a volverse, topándose con el toro que cerraba manada.
Aunque 2.26 minutos después de iniciada la carrera,
dos de los astados se encontraban ya en el ruedo, sus hermanos
todavía han tardado casi un minuto más en completar
el recorrido, disgregados y conducidos de forma eficiente por
los corredores.