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CUARTO ENCIERRO DE SAN FERMIN (10/07/01)

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EFE

Los toros de la ganadería gaditana de Jandilla han sido los protagosnistas del encierro más rápido y limpio de las fiestas, que han corrido en menos de tres minutos y en el que no ha habido heridos por asta.

Los "jandilla", que abandonaron los corrales de Santo Domingo encabezados por un cabestro y tres toros, hicieron desde el principio gala de su fama de no fijarse en los mozos y correr hermanados, ya que en este tramo la manada subió compacta y, si bien los astados "miraban" a los jóvenes, no lanzaban derrotes hacia ellos.

En la cuesta de Santo Domingo los toros corrieron con gran rapidez, lo que hizo que la manada se estirara y que se vieran bonitas carreras, a lo que ayudó también la menor afluencia de corredores que se registra en los días tras el fin de semana.

La manada enfiló la plaza del Ayuntamiento encabezada ya por un astado, también a una alta velocidad, aunque sin crear peligro, situación que se prolongó en la calle Mercaderes, lugar en el que los astados continuaban hermanados.

En la curva de la calle Estafeta cayeron al suelo dos de los "jandilla", lo que provocó que el grupo de morlacos se dividiera definitivamente en dos partes, una de ellas, más avanzada, que estuvo integrada por dos toros y dos cabestros, mientras que el resto de la manada les seguía a unos metros de distancia.

Esta circunstancia facilitó a los mozos encontrar huecos entre las astas de los toros y lucirse ante los bureles, aunque la rapidez de la carrera hizo que se produjesen algunos momentos de tensión, como el protagonizado por un corredor que en la calle Estafeta cayó al suelo y fue alcanzado por uno de los bravos, que sin embargo no llegó a empitonarle.

Un astado del segundo grupo quedó rezagado y pasó por el tramo de Telefónica bien guiado por los pastores, mientras el resto de sus hermanos accedía al callejón de la plaza de toros.

Los toros, primero los tres avanzados, después dos de ellos y por último el rezagado, entraron en la plaza limpiamente, sin fijarse en los mozos, y fueron conducidos a chiqueros por los dobladores a punta de capote.


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