A simple vista

Comprad, comprad malditos

Lo primero que uno se pregunta es d�nde ha estado metida toda esta marabunta el resto del a�o.

Lo segundo, que si hay quedada tuitera de�yayoflautas�en la calle Preciados.

Lo tercero, qu� fue de Herodes.

Hace no mucho que la gente de la calle amag� con montar un bel�n distinto. Pero al final resulta que es el bel�n de siempre: nos encienden las luces de la ciudad y se nos apaga la bombilla.


Hartos de la cola del Inem, da gusto ver la de la Loter�a. Cansados de los recortes en casa, hemos colgado los recortables. Lo m�s parecido a un indignado que hab�a este fin de semana en el centro era una se�ora con gafas, amenazando con rodear el Congreso si el dependiente no le encontraba el �ltimo ced� de Pablo Albor�n.�� �

Aqu� el que no ha empezado a comprar sabe que ya est� tardando en hacerlo. Aunque no tenga para ello: los langostinos, el juego de la Nintendo, el Cocodrilo Sacamuelas o el reloj de la se�ora. El caso es comprar, como si por la noche fuera a venir Montoro mientras dormimos a llev�rselo todo; comprar y comprar como si no hubi�semos aprendido nada, en una suerte de jornadas de gilipuertas abiertas. Con todo dios rez�ndole al dinero: antes hab�a devoci�n con la misa del domingo y hoy hay fervor con la Visa del s�bado.

La Navidad es al cristianismo lo que Disney es a la educaci�n en valores: un quiero y no puedo de cart�n piedra, un esperpento y un edulcorante, un se�or calvo de Murcia que se pone peluqu�n para parecerle cachas a la rubia y reivindicarse aut�ntico. Pero no cuela.

Nervo dec�a que la felicidad es como la niebla fina, que cuando est�s envuelto en ella no te enteras. Uno puede comprar lo m�s grande. Uno puede comprar lo m�s nuevo. Y hasta lo m�s caro. Pero afortunadamente hay cosas que uno no podr� comprar jam�s: tus abrazos sin tipo de inter�s. Que me prefieras a ese mont�n de lazos. El fueraborda de tu sonrisa. El mercadillo de nuestros silencios. Que todo nos duela nada. Que nada nos duela todo.����


Compramos rabiosamente, como si el mundo estuviera de saldo y nunca hubi�ramos conocido la trampa que es tener de esta manera.

Compramos a manos llenas, picando los ijares del pura sangre, corriendo desbocados a no se sabe muy bien d�nde.

A lo mejor es que no hay crisis y ya no nos queda m�s verdad que esta mentira del consumo obsceno. A lo mejor es que los padres no existimos, ojo. Y que somos un montaje de Melchor, Gaspar y Baltasar.


8 » Comentarios �Quieres comentar? Entra o reg�strate

  1. Leo Gutierrez leogutierrez 10.dic.2013 | 10:35

    #1

    hay paises con cultura del ahorro como alemania o japon en los cuales habria que buscar reflejarse.les va bien , creo. sin embargo aqui seguimos (siguen , yo no ) con ese ya topicazo de'' ir por delante de nuestras posibilidades''. no he escuchado por parte de ninguno de los actores de esta sociedad , desde un maestro hasta un politico , en los ultimos 15 a�os , hacer referencia a la cultura del ahorro , sino todo lo contrario.asi nos va....... por cierto es excelente tu cronica

  2. Blind William Mctell Blind_William_McTell 10.dic.2013 | 11:37

    #2

    �Genial reflexi�n Pedro! Dicho lo cual... �qu� ha dicho que vas a comprar t� esta Navidades? Me extra�ar�a que la factura te salga por menos de 1000 euros... Otra cosa es que nos creamos que comprar on.line no es consumismo pq claro, estamos fuera del circu�to de colas y aglomeraci�n...

  3. Collin 10.dic.2013 | 12:35

    #3

    Pedro, da gusto leer tu art�culo.

  4. Riverdancer 10.dic.2013 | 14:54

    #4

    #1 Completamente de acuerdo contigo. Lamentablemente, en Espa�a la cultura del ahorro no se practica, e incluso est� mal vista. Como bien dices, as� nos va.

  5. Maika Imedio Granullaque Maika1966 11.dic.2013 | 01:50

    #5

    �Magn�fico, como siempre, Pedro Sim�n! Tu "nos encienden las luces de la ciudad y se nos apaga la bombilla" y todo el art�culo ponen el dedo en la llaga. Lo �nico es que, para compensar, algunos no compramos tanto. O eso nos creemos, al menos. Ni pagamos hipoteca, porque vivimos de alquiler. Ni compramos con cr�dito por medio, porque no creemos en eso y nuestro progenitor nos educ� en una forma de vida que no es muy espa�ola y, sin embargo, es. En todo caso, me quedo con tu forma de lanzarnos al mundo y a todos tus verdades: envenenadas en su justo punto, para hacernos reaccionar, y endiabladamente bien escritas.

  6. Maika Imedio Granullaque Maika1966 11.dic.2013 | 02:08

    #6

    Al hilo de tu art�culo, Pedro Sim�n, leo esta noticia y exacerbo mi "�Cu�nta raz�n tienes!", http://www.abc.es/internacional/20131210/abci-hombre-compras-china-201312102126.html

  7. aliis 13.dic.2013 | 02:16

    #7

    Se me ocurre pensar que nuestra actitud hacia el consumo es de hominidos recolectores. Me explico (o lo enredo m�s) No hemos avanzado mucho, seguimos saliendo de casa buscando cosas que traer; si vivi�ramos en el campo-campo, ser�an frutos o setas lo que nos traer�amos para resistir el invierno. En estos tiempos tan modernos, que no sabemos cultivar, llenamos la despensa con lo que producen otros, aunque no sea de comer. Alegra tanto encontrar gangas como encontrar setas o nueces, y los vendedores lo saben. En fin

  8. NeferNefer8 17.dic.2013 | 18:04

    #8

    Viviendo en Madrid, hace ya muchos a�os que en estas fechas no pongo un pie en esa calle y adyacentes.. Es impresionante, sin crisis y con crisis en estas fechas el centro de Madrid es intransitable, y hay cola para todo, no se puede ni entrar en las cafeter�as ni bares. Tambi�n el barrio de Salamanca, la llamada "Milla de oro" est� igual de concurrida. Por una parte me alegro de que la gente consuma, da cierta tranquilidad que por lo menos haya tantos que lo puedan hacer... Muy buen art�culo.

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