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Jueves 15/ 07/ 2010 Actualizado 12:00h.
URGENTE |
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15 JUL 2010 12:00
El corazón de un caballo del Eoceno inferior viajando en el tiempo hasta convertirse en una partícula de gasolina y en el acelerador de un cáncer: ésta es la urdimbre de "Machine", el otro relato de Adolphsen (Lengua de Trapo, traducción de Blanca Ortiz Ostalés). De nuevo, arranca desde un punto de vista cósmico hasta fijarse en una criatura u objeto, y a partir de ahí se lanza a la carrera del tiempo, humanos de por medio. Tampoco falta el intento de hacer de la ciencia una poética, ni la mezcla de realidad histórica y ficción que ya caracterizaba el otro relato ("Brummstein").
Los sentimientos de esta narración proceden, en cambio, de otra fuente (o proceden más visiblemente), como es el tratamiento de la instantaneidad, de la singularidad de un momento en relación con todos los acontecimientos conniventes. Así, la colisión de una mosca contra un parabrisas se enreda con la neurofisiología sutil de un conductor, la composición del aire que entra por las ventanillas y la combustión de una mancha de grasa en el tubo de escape, entre otras numerosas sincronicidades que hubieran hecho feliz a Jung (del que también hay bastante, con mayor o menor consciencia, en este autor).
Por otro lado, el instante de aspecto anodino es un desencadenante del futuro, de tal modo que todo presente es el desenvolvimiento fatal de un pasado lleno de complejidad, pero también lineal. O sea, la muerte de un caballo del Eoceno en el légamo de un río es el cáncer de una bióloga en nuestros días. En este sentido, "Brummstein" era menos efectista, menos borgiano, menos círculo mágico que "Machine". Menos barato. Y mucho menos psicotrópico (se desprende de éste un cierto olor a porro).
Quiero decir, que menos mal que empecé por el relato francamente bueno, porque, si no, otra hubiera sido la estopa. Con todo y con eso, no se le puede negar brillantez a Adolphsen, así como intuición y ganas de buscar. Interesante, pues, y carencial.
Y es que hay dos visiones de la vida y del mundo muy distintas, a pesar de la similitud narrativa, en uno y otro cuento. En uno, el universo se concentra para producir aberturas y azares, y en el otro para producir sentido causal. Puede que todos estemos hechos de esta dualidad, pero en el caso de un escritor da la impresión de que no sabe a cuál atenerse.
Dicho esto, también "Machine" es un relato de playa, pero de La Manga del Mar Menor.
Seguirle a usted desde que lanz� el grito de "imperio" hasta esto de hoy es mucho m�s borgiano que Adolphsen. Usted me descoyunta. Hay fogonazos de Heidegger en su escritura (me refiero a la manera no a lo que dice) cuando se pone cr�tico, como si quisiera ponernos dif�cil saber qu� demonios quiere decir. Menos mal que lo de playa lo aclara todo. Empiece, pues, por ah�.
Pues yo no entiendo nada y soy bastante culta
Se confunden de vedette, como parece que les suele suceder con demasiada frecuencia en este blog.
Una cr�tica al aburrido discurso cultural dominante. Con "recomendados", "contraindicados" y "grandes citas".