L�der mundial en espa�ol
Lunes 09/ 04/ 2012 Actualizado 12:28h.
URGENTE |
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09 ABR 2012 12:28
Publica N�rdica "Por senderos que la maleza oculta" (traducci�n de Kirsti Baggethun y Asunci�n Lorenzo), de�Knut Hamsun, Premio Nobel de Literatura, escritor maldito y filonazi, cuya memoria sobrevive a duras penas en Noruega, su patria. Este es un libro de memorias, las �ltimas, donde se recoge el alegato que hizo ante el tribunal que lo conden� a reclusi�n psiqui�trica en 1949, acusado de apoyar al r�gimen progerm�nico de�Vidkun Quisling. Aunque, efectivamente, no qued� probada colaboraci�n criminal alguna, m�s all� de la que en s� supone ensalzar a un r�gimen genocida, los argumentos defensivos de Hamsun son dignos de menci�n por lo que tienen hoy en d�a de moneda de curso corriente. Detecten:
"Lo que acabar� conmigo son �nicamente mis art�culos en los peri�dicos. No hay nada m�s de lo que se me pueda acusar. En este sentido mis cuentas son sencillas. No he delatado a nadie, ni he participado en reuniones, ni siquiera he estado involucrado en asuntos del mercado negro. No he regalado nada a los noruegos que luchaban en el bando alem�n, ni al partido Uni�n Nacional, del que ahora se dice que he sido miembro. Es decir que nada de nada (...)
Se nos hab�a ofrecido la idea de que Noruega ocupar�a un lugar destacado en esa sociedad germ�nica mundial que se estaba fraguando. Y en la que todos cre�amos; en mayor o menor grado, pero todo el mundo cre�a en ella. Yo cre�a en ella, por eso escrib�a comno escrib�a. Escrib�a sobre Noruega, que ocupar�a un lugar destacado entre los pa�ses germ�nicos de Europa. El que tambi�n escribiera m�s o menos de la misma manera sobre el estado ocupante deber�a ser f�cil de entender (...)
Y nadie me dijo que estuviera mal lo que estaba escribiendo, nadie en todo el pa�s. Estaba solo en mi habitaci�n, exclusivamente remitido a m� mismo. No o�a, estaba tan sordo que no se pod�a tratar conmigo (...)
Escrib�a para impedir que la juventud�y los hombres noruegos se comportaran de un modo necio y provocador ante los ocupantes cuando no servir�a de nada, excepto para ruina y muerte de ellos. Los que ahora�se sienten superiores porque han ganado, ganado en lo exterior, en la superficie, no han recibido como yo, visitas de familias, desde las m�s modestas a las m�s poderosas, que acud�an llorando por sus padres, hijos y hermanos, que estaban encerrados en alg�n campo de alambre de espino y condenados a muerte. S�, a muerte. Bueno, yo no ten�a ning�n poder, pero mand� telegramas. Me dirig� a Hitler y a Terboven. Incluso me abr� tortuosos caminos hacia otras personas (...)
Pens� que como mejor pod�a servir a mi pa�s era qued�ndome donde estaba y seguir con mi granja agr�cola como mejor pod�a en esa �poca de tanta estrechez, cuando en nuestra naci�n faltaba de todo y, por lo dem�s, usar mi pluma a favor de esa Noruega que luego ocupar�a un lugar tan alto entre los pa�ses germ�nicos de Europa.".�
escritor extraordinario, (solo con su libro 'Hambre', podria haber pasado a la historia de la literatura), con una ideologia asquerosa y equivocada.
Hab�a una cita en 'El pedagogo' (no es un insulto, es s�lo griego cl�sico) de Clemente de Alejandr�a en la que un comediante contempor�neo de Arist�fanes la tomaba con una sensual [malth�ke] en unos t�rminos que me parecieron demasiado mis�ginos para darle mucho uso, pero que se quedaron por la mente junto con el protagonista de 'Pan' (no el comestible; el dios del p�nico), el digamos 'Aut�ntico': "Va, luego vuelve, ya se acerca, se aleja, llega, ya est� aqu�, deja las raquetas de la nieve, viene, se frota con grasa de oso, entra, se frota con grasa de oso, se lava, se mira, se viste, coge la raquetas de nieve, se apesta, se pone las gualtrapas t�rmicas, se embadurna de grasa de oso. Y si algo le ocurre, se pega un tiro ". �Noches inacabables? �Bosques de con�feras �dem?
Fue en mis a�os de juventud, cuando conoc� a este escritor, que si mi memoria no hace aguas, le gustaba escribir, sobre personas individuales. Historias de noruegos y lapones, escritores novatos , con poco que llevarse a la boca, "Un vagabundo toca con sordina" era otro de sus t�tulos.A mi me gustaban sus historias. en aquellos tiempos en nuestro pa�s sufr�amos una dictadura, pero las obras de Knut, se pod�an leer entre las novelas de bolsillo, al alcance de cualquier novato de la literatura. Desconozco sus historias de colaboraci�n con el mundo del nazismo alem�n. Para mi, su nombre quedara en el recuerdo de mis libros olvidados, c�mo el siguiente paso, despu�s de" Mujercitas" y "El libro de la selva" y antes de descubrir a Los maestros rusos.
Una cr�tica al aburrido discurso cultural dominante. Con "recomendados", "contraindicados" y "grandes citas".