Harta de especulaciones, de aparecer como la mala de la pel�cula, Elena Tablada ha decidido contar, por fin, c�mo fue su relaci�n con David Bisbal, las luces y las sombras, los momentos m�s dolorosos, m�s humillantes, los complejos socio culturales de un cantante a quien la fama le lleg� por sorpresa, despu�s de participar en Operaci�n Triunfo, donde se gan� el favor del p�blico por sus dotes musicales pero tambi�n por su simpat�a.
Fue por aquel entonces, cuando Bisbal dio el salto a Miami, donde se conocieron. Elena era una ni�a bien; �l, un muchacho ambicioso con ganas de comerse el mundo. La familia Tablada, de clase media alta, entre cuyos miembros se encontraba Rafael Lozano -manager de Roc�o Jurado y hombre fuerte de Julio Iglesias-, marido de Vivian Tablada, le abrieron las puertas de su casa, tambi�n las de una sociedad multicultural.
Cuenta Elena en la entrevista que ha concedido a la revista �Hola!, los desaires que tuvo que soportar no solo por parte del cantante almeriense, a quien le aterraba la idea de perder fans si se enteraban de que viv�a en pareja, tambi�n por parte de la familia del cantante, que por aquel entonces le controlaban todo, desde los gastos de la casa, hasta el dinero que deb�a de pagar a la empleada de hogar, temerosos de que al tener su propia familia perdieran la mina de oro en la que se hab�a convertido su hijo y hermano.
Fruto de aquellos desencuentros fue la soledad de Elena desde que supo que estaba embarazada, el momento m�s dulce en la vida de una mujer. �La raz�n? Al encontrarse Bisbal de gira tuvo que enfrentarse ella sola a una situaci�n delicada y �nica para una futura madre. En el momento del parto solo estaba con ella su hermana. No hubo nadie de la familia de Bisbal a su lado, ya que el cantante estaba de gira, que le dijera "todo va a ir bien".
Hace a�os que conozco a los Tablada, a Elena tambi�n, igual que a su prima Vanesa -famosa dise�adora-, y s� lo mucho que han sufrido, as� como las suculentas ofertas que le han hecho para que contase su versi�n de una relaci�n en la que, gracias a la publicidad que cobija a los cantantes famosos, ella era la mala, cuando lo cierto es que desde el inicio de su relaci�n con Bisbal ha tratado de proteger el nombre y la fama �del padre de su hija. Una actitud que le honra.
Si ahora se ha decidido a hablar es porque con la llegada de Rosana a la vida de Bisbal, los desencuentros se han recrudecido y, porque a un mes de su propia boda en Cuba, la patria de su familia, con Javier Ungr�a, Elena quiere zanjar de una vez por todas una situaci�n que desbordar�a a cualquiera y de la que ha querido dejar constancia con unas declaraciones que van a hacer mucha pupa en el ego de un cantante que si bien ha sabido ganarse el favor del p�blico, no as� el de la madre de su hija. Nada nuevo bajo el sol, suele ser la cara y cruz de a quienes la fama les cambia la vida. Un retrato de trazo grueso con el que Elena ha tratado de que el suyo propio no quede desdibujado en esta historia.