Tierra

El silencio se ha callado o algunas reflexiones en el d�a mundial sin ruidos


Es m�s viejo, mucho m�s viejo, que el big bang. De hecho todo fue suyo a lo largo de esos billones de eternidades que precedieron a la ya larga eternidad -casi 14.000 millones de a�os- de lo que existi� y existe.
Nadie puede asegurar que no lo hayamos extinguido. Todo parece indicar que nada queda de �l. De hecho, vayamos a donde vayamos, no encontraremos ni la m�s remota huella de su presencia. Como no fosiliza tampoco aparecer� ni el m�s m�nimo resto de su glorioso pasado. En realidad desde que hay materia no hay silencio, pero es una convenci�n aceptada considerar que el silencio nos acaricia al menos en esos pocos lugares y momentos en que no nos est� torturando el ruido.
Ese sonoro silencio, en efecto, se ha callado. Ha muerto bajo la dictadura de la contaminaci�n ac�stica.�
Nada como el ruido ha ocupado de forma m�s homog�nea todos los horizontes y todos los momentos. Compiten, pero no le alcanzan, otras imperialistas contaminaciones, como la del CO2, los pl�sticos, los turistas o la corrupci�n. Todos ellos no dejan de ser otro tipo de ruidos.
En jornadas como la de hoy, que dedicamos a un imposible, es decir a una vida sin ruidos, convoquemos al menos a algo de autocr�tica para percatarnos de lo que supone tan mala e incesante compa��a.
El ruido es la secuela m�s sutil y, por tanto, m�s tirana de un estilo de vida dominado por completo por las dos fuerzas m�s poderosas del Universo: la comodidad y la velocidad. A ya larga distancia le sigue esa obsesi�n nuestra, tan acelerada tambi�n, de amontonarnos.
El ruido es blanda carcoma que roe, sin que apenas nos percatemos, nuestra sensibilidad. Algo que empapa y se suma a todas las afrentas que sufre la vida buena. Esa que, de manar, manar�a de una buena conversaci�n con el silencio.
Dejar de torturar a nuestros t�mpanos ser�a la m�s compleja, larga y dif�cil de las descontaminaciones, literalmente imposible sin el m�s radical cambio del estilo de vida.
Pero para comenzar a intentarlo empecemos por algo m�s de higiene personal. Porque conviene recordar que, si el ruido es una contaminaci�n, nuestros t�mpanos son el vertedero.

GRACIAS Y QUE ALGO MENOS DE RUIDO OS ATALANTE


1 » Comentario �Quieres comentar? Entra o reg�strate

  1. JMDL 04.may.2017 | 10:58

    #1

    Hay ruidos que alegran la vida, los p�jaros, las abejas, los vientos, etc....

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