Los condenados por sedición por el Tribunal Supremo por su participación en el 1-O y la posterior declaración unilateral de independencia seguirán en régimen cerrado en la cárcel. El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 5 de Barcelona ha rechazado los recursos presentados por Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull contra su resolución de hace un mes de revocar el tercer grado y obligarlos a estar todo en prisión sin poder acudir sólo para dormir.
La Fiscalía recurrió la semilibertad concedida por la Secretaria de Mesures Penals del Departament de Justícia de la Generalitat a los líderes independentistas condenados y el juzgado, tras mantener este tercer grado en un primer momento, decidió estimar la alegación del Ministerio Público y revocarlo. De esta forma, primero los presos que están en Lledoners y luego Carme Forcadell y Dolors Bassa han visto como se suprimía su tercer grado y deberán seguir cumpliendo condena.
En las resoluciones, el juez considera que "no ha habido evolución suficiente" de los presos que justifique la progresión al régimen de semilibertad, por lo que desestima el recurso y seguirán sin tercer grado. Además, considera que "todavía se aprecian déficits nucleares en el interno como es la falta de asunción delictiva", lo que supone un elemento clave en el tratamiento penitenciario. Esta resolución todavía no es firme, de manera que cabe la posibilidad de interponer recurso de apelación en un plazo de cinco días.
Fuentes de los presos han explicado que se están planteando no recurrir la decisión del juzgado ante el Supremo, el tribunal sentenciador, ya que la próxima clasificación penitenciaria será en julio, al cumplirse seis meses de la anterior, y en la que las juntas de tratamiento podrían avalar de nuevo la semilibertad.
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