SALUD
Enfermera Saturada

Cómo sobrevivir a las noches de verano y conseguir un sueño reparador

El 70% de los españoles duerme menos de lo recomendado, un problema que se agrava en verano debido al calor. Hay opciones que pueden ayudar, pero con precauciones

Cómo sobrevivir a las noches de verano y conseguir un sueño reparador
LUIS PAREJO
Actualizado

La Organización Mundial de la Salud dice que el número de horas de sueño recomendadas para la población adulta es de ocho, pero aproximadamente el 70% de la población española duerme menos. Si esto es algo que ocurre en invierno, cuando conseguir descansar durante la noche parece más sencillo, en verano la cifra de las personas que no consiguen dormir lo suficiente es aún mayor por culpa de unas temperaturas mínimas tan elevadas que no permiten un buen descanso.

¿Qué temperatura debería haber en el dormitorio?

La temperatura ideal en el dormitorio para que podamos descansar bien se encuentra alrededor de los 18 o 19ºC. Algo especialmente complicado en verano, donde en muchas regiones de España la temperatura ambiente no desciende como debería tras la puesta de sol y las llamadas «noches tropicales» (temperatura mínima igual o superior a los 20ºC) y las «noches tórridas o ecuatoriales» (igual o superior a los 25ºC) son algo demasiado frecuente.

¿A partir de qué temperatura es complicado dormir?

Los expertos en descanso sitúan el llamado «umbral máximo del sueño» entre los 21 y los 24ºC, es decir, si la temperatura en el dormitorio supera esta franja, será complicado lograr un sueño reparador.

¿Por qué me despierto continuamente cuando hace calor?

Tratar de dormir en una habitación con la temperatura ambiental muy alta perjudica directamente a la fase no REM, una fase esencial para conseguir un sueño reparador y despertarnos descansados al día siguiente.

Además es muy posible que aunque logres dormir te despiertes casi cada hora debido al calor, no es necesario que tengas ganas de ir al baño o que haya ruidos que te sobresalten, tu cerebro te despierta sin que puedas hacer nada por evitarlo. Esto se debe a que tu piel está llena de sensores que recogen continuamente datos sobre la temperatura ambiental y los envían al cerebro, como es muy alta tu centro de mando piensa que es de día y envía la orden de despertarte.

¿Perjudica a la salud dormir con el aire acondicionado encendido?

Dormir con el ventilador o el aparato de aire acondicionado encendidos durante la noche no es lo más recomendable desde el punto de vista de la salud, podemos sufrir desde un simple catarro o una sinusitis hasta una crisis asmática, pero tampoco lo es no conseguir un sueño reparador. Así que lo ideal es buscar una solución intermedia que permita un buen descanso sin acabar sufriendo una enfermedad respiratoria.

Tips para un descanso saludable en noches tropicales y ecuatoriales

Aspas y filtros limpios. Esto es algo fundamental y el primer paso antes de encender estos aparatos. En el caso de los ventiladores debemos desmontarlos y limpiar las aspas, y en el caso de los aparatos de aire cambiaremos los filtros con la frecuencia recomendada. Disminuiremos así el riesgo de reacciones alérgicas, cuadros catarrales o infecciones respiratorias.

Humedecer el aire. Los aparatos de aire y los ventiladores resecan el ambiente, por lo que colocar un humidificador en el dormitorio reducirá la irritación y la inflamación de nuestras vías respiratorias causada por la sequedad del aire. La congestión nasal al despertar es muy habitual cuando dormimos con el aire acondicionado encendido, y es que los senos paranasales se irritan y nuestro cuerpo trata de compensar la sequedad y la irritación produciendo un exceso de moco que lubrique, desinflame e hidrate la zona.

Dirección del chorro de aire. Puede resultar tentadora la idea de colocar el ventilador o el aire acondicionado de tal forma que envíen el chorro de aire fresco directamente hacia nosotros, pero no es nada recomendable por los problemas musculares o la faringitis que podemos acabar sufriendo. Activaremos el modo giro de tal forma que el aire fresco se distribuya por todo el dormitorio, pero sin apuntar hacia la espalda, la cara o las cervicales.

Ojo con la temperatura. Tenemos mucho calor y nos encantaría que el dormitorio fuese una nevera, pero debemos regular el aire acondicionado de tal modo que la temperatura ambiente se sitúe alrededor de los 22ºC, no más baja. De este modo evitaremos resecar en exceso las mucosas respiratorias y tampoco nos llevaremos demasiado susto al ver la factura de la luz.