COMUNIDAD VALENCIANA
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Pradas declara entre lágrimas a la jueza de la dana que no se esperó a Mazón para enviar la alerta y que ella no tenía experiencia en Emergencias

La ex titular de Interior y el ex secretario autonómico Emilio Argüeso aseguran que el presidente de la CHJ no informó en la reunión del CECOPI sobre el desbordamiento del Poyo

Gritos de "asesina", dolor y rabia para recibir a la ex consejera Salomé Pradas por la danaARABA PRESS (Foto)
Actualizado

La investigación judicial por la gestión de la dana abre un nuevo capítulo este viernes con la primera declaración ante la jueza de los dos únicos cargos políticos imputados hasta la fecha. La magistrada Nuria Ruiz Tobarra, que desde un principio ha apuntado a la responsabilidad del Gobierno de Carlos Mazón por el retraso en el envío de la alerta a la población, ha citado como investigados a los dos máximos responsables de Emergencias de la Generalitat: Salomé Pradas y Emilio Argüeso, entonces consejera de Interior y secretario autonómico de Emergencias, respectivamente. Ninguno ha disparado contra Mazón en su declaración. Más bien, todo lo contrario.

La primera en declarar ha sido Pradas, que ha respondido sólo a preguntas de su abogado. Según fuentes judiciales, se ha derrumbado ante la jueza y su declaración se ha producido entre lágrimas. Ha asegurado que no tenía conocimientos ni experiencia en Emergencias pero, sobre todo, ha exculpado al presidente de la Generalitat. Según fuentes judiciales, ha defendido que no se estuvo esperando a Mazón para enviar la alerta que la jueza ha cuestionado por ser tardía y errónea. Pradas ha explicado que el retraso se debió a los técnicos.

La ex consejera, que ha dejado claro que esa tarde habló por teléfono con el presidente Mazón y con su jefe de gabinete para trasladarles lo que ocurría, ha subrayado que el ES-Alert era un sistema que hasta ese momento estaba en pruebas, por lo que el trámite para lanzar el aviso masivo a los móviles se demoró por cuestiones técnicas. Es más, según Pradas, como se desconocía el desbordamiento del Poyo, no hubo supuesto retraso en el envío de la alerta.

Según estas fuentes judiciales, Pradas ha insistido en que ella no dirigía la emergencia, a pesar de que la jueza le atribuye el mando único. En este sentido, ha subrayado que en la gestión estaban implicados muchos técnicos que debían coordinarse no sólo con el Gobierno autonómico, sino también con el central. De hecho, ha llegado a decir que en la reunión del CECOPI había multitud de expertos, salvo ella misma y la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, que eran cargos institucionales.

Según ha precisado, ella es licenciada en Derecho y en la Consejería de Interior no contaba con asesores en materia de emergencias, por lo que las medidas que se tomaron el 29 de octubre eran las que proponían los técnicos. Eso sí, ha defendido que ella estuvo al pie de cañón desde el primer minuto, según fuentes judiciales.

En este sentido, ha llegado a decir que nunca había hecho frente a una emergencia como la que significó la dana, además de que sólo llevaba tres meses al frente de la Consejería. En su caso, ha reiterado que no tenía conocimientos técnicos, aunque en la sala del CECOPI se sentaban en la mesa personas cuya experiencia sumaba 100 años. En este punto, ha apuntado que el director operativo era el responsable de bomberos, José Miguel Basset.

Sobre el auto de la jueza que situaba el mando único en la Generalitat, Pradas ha matizado que el plan de inundaciones establece que cuando se decreta el nivel 2 de la emergencia se constituye un comité de dirección, con un representante de cada administración. Esta es justamente la tesis que esgrime el Gobierno de Carlos Mazón, que atribuye parte de la responsabilidad de la gestión a la Delegación del Gobierno. Según sus palabras, esta dirección única era colegiada y coordinada.

En esta línea, también ha dicho, tal y como ha sostenido la Generalitat en un informe remitido a la jueza, que se alertó a todos los ayuntamientos de la emergencia, pidiendo además que se avisase a la población. Y, al igual que ha argumentado el Ejecutivo de Mazón en estos meses, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) era la que debía vigilar los cauces y alertar de su crecimiento, algo que no se hizo en el caso del barranco del Poyo. Según Pradas, se actuó conforme a la información que suministraban la CHJ y la Aemet.

De hecho, Pradas ha dejado claro que el presidente de la CHJ, Miguel Polo, no informó en la reunión del CECOPI sobre el desbordamiento del Poyo, lo que provocó que toda la atención estuviese puesta en la presa de Forata. Es más, ha asegurado que quien informó del desbordamiento del río Magro fue el alcalde de Utiel, el popular Ricardo Gabaldón, y no la CHJ.

También ha criticado que la delegada y los representantes de la Aemet y la CHJ no estuvieran presencialmente en el CECOPI, sino que se conectaron telemáticamente. Incluso ha censurado que Polo estuviese en la mañana del día 29 en unas jornadas de la Universidad Politécnica de Valencia, lo que evidenciaría en su opinión su escasa preocupación.

Pradas, además, ha aportado voluntariamente un listado de llamadas efectuadas el día de la tragedia, entre las que figuran las que hizo al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que él mismo reconoció.

Mazón se abstiene de comentar nada sobre las declaraciones de Pradas

La declaración de Pradas ha finalizado a las 13 horas. 25 minutos después ha comenzado la de Argüeso, que durante algo más de una hora también ha argumentado que en el CECOPI no se estuvo esperando al presidente de la Generalitat. Es decir, que Mazón llegase a las 20.28 horas no retrasó la alerta porque, según ha afirmado, como presidente de la Generalitat no forma parte del CECOPI.

Según Argüeso, el debate sobre si enviar o no una alerta se inicia sobre las 19 horas, cuando el subdirector de Emergencias, Jorge Suárez -de vacaciones ese día, aunque las interrumpió- plantea esa posibilidad. Argüeso se mostró partidario de mandarlo, y cuanto antes, según ha defendido. También ha dicho que Pradas y la delegada eran partidarias de lanzar un aviso que, en todo caso, estaba pensado para alertar de Forata y no del Poyo.

Para Argüeso, las decisiones en el CECOPI también se producían de manera compartida. Ha llegado a decir que él no tenía competencias y que se limitó a dar su opinión en el CECOPI, donde quienes daban las órdenes eran en realidad Pradas y la delegada del Gobierno. Incluso ha señalado que en el CECOPI, el 75% de los técnicos eran de la Administración central. Al igual que Pradas, ha confirmado que el presidente de la CHJ no informó del Poyo en el CECOPI. Incluso ha responsabilizado a la delegada de no remitir el correo de las 18.43 de la CHJ -el primero que alerta de la crecida en el Poyo- al CECOPI.

Preguntado por el flujo de llamadas al 112, ha apuntado contra el subdirector de Emergencias, Jorge Suárez, que restó importancia al volumen (más de 19.000 el día 29) porque con un solo accidente pueden producirse hasta medio centenar de llamadas. También ha señalado a Basset por no informar de que retiró a los bomberos del barranco del Poyo a las 15 horas.

Gritos de "asesinos" a la entrada

Una vez han prestado declaración, tanto Pradas como Argüeso han optado por salir de la sede judicial por el garaje para no tener que pasar de nuevo antes las asociaciones de víctimas allí congregadas, que manifestaban su indignación conformen iban conociendo que ninguno de los dos había asumido ninguna responsabilidad en la gestión del 29-0.

La ex consejera, que estaba citada a las 10 horas, llegó a la Ciudad de la Justicia de Valencia -donde se ubica temporalmente el juzgado de Catarroja- media hora antes y visiblemente nerviosa por los momentos de tensión que se han vivido. Hizo su entrada entre gritos de "asesinos" y mientras sonaba la sirena que los familiares y víctimas habían llevado a las puertas del edificio junto a pancartas en las que se leía "'nuestros familiares han muerto por vuestra incompetencia".

Minutos después llegó Argüeso, que tampoco ha hecho declaraciones y esquivó a los periodistas, aunque su comparecencia no está prevista hasta las 12.30 horas. Prometió atender a los medios la salida, algo que finalmente no hizo.

La declaración de Pradas comenzó aproximadamente a las 10.15 horas, respondiendo sólo a las preguntas de su abogado, Eduardo de Urbano, y se prolongó durante dos horas en las que, según su letrado, reconoció que la ex consejera "no está anímicamente bien".

Su comparecencia en el juzgado se produce, además, cuando la causa judicial ha dado un giro con la presentación en el juzgado de Catarroja de los mensajes de WhatsApp que Argüeso se cruzó con multitud de cargos el día 29 de octubre. De las conversaciones se desprende que la Generalitat estaba al tanto de la grave situación desde primera hora de la mañana. Es más, el Ejecutivo autonómico estaba preparado a las 17.28 horas para una posible evacuación de la población. Es decir, a la hora en que Mazón aún estaba en el restaurante de El Ventorro y casi tres horas antes de que se decidiese enviar la alerta "tardía", según la jueza, de las 20.11 a los móviles.

A esa hora, cuando ya había arrancado la reunión del CECOPI en la que estaba Argüeso, la vicepresidenta de la Generalitat, Susana Camarero, le pregunta por los municipios a los que afectará la evacuación, preocupada por las residencias que gestiona. A las 17.34, ella misma informa en un chat con cargos de su departamento de esa medida que finalmente se descartaría: «Que no salga nadie por favor. Os contamos en un rato porque puede haber evacuaciones».

También a las 14.44, Argüeso advierte desde Carlet de que «los barrancos están a punto de colapsar». Además, hay otro chat de «Emergencias» en el que Argüeso advierte a las 7.57 horas: «Nos acaba de informar Aemet que van a emitir un aviso de nivel rojo para la zona del litoral sur de Valencia hasta las 12 horas». En este grupo estaba también el jefe de gabinete de Mazón, José Manuel Cuenca.

No fue la única advertencia que hizo Argüeso a primera hora del 29 de octubre. En el chat con los altos cargos de la Consejería de Servicios Sociales, el ex secretario autonómico repite que se va a declarar la alerta roja en el litoral sur, y agrega a las 7.52 de la mañana: «Si alguien vive o tiene familia en esa zona voy a decretar nivel 1, empiezan los incidentes graves».

«Mucho cuidado hoy. Accidentes en cadena en carreteras», insiste. En este mismo grupo, Camarero moviliza a su gente y pide a las 8.19 horas: «Os quiero a todos los responsables llamando a los centros».

De hecho, la defensa de Argüeso ya se dirigió con un primer escrito a la jueza para defender que el día de la dana había actuado «con absoluta responsabilidad y diligencia». En esta línea, también Pradas ha denunciado ser una «cabeza de turco» porque se está obviando «que existía codirección con la delegada del Gobierno» en la reunión de la emergencia del CECOPI. A pesar de que tanto PSOE como Compromís auguraron ayer que los imputados «tirarán de la manta», lo cierto es que Pradas de momento ha seguido al pie de la letra el guión del Gobierno de Mazón para implicar a Pilar Bernabé.

El presidente de la Generalitat aseguraba este jueves que los mensajes que recoge el informe pericial de Argüeso demuestran que la Generalitat actuó allí donde tenía información. Es decir, en el entorno del Magro y de la presa de Forata, pero no en el barranco del Poyo, de cuyo desbordamiento no informó la Confederación Hidrográfica del Júcar. Es lo que sostiene la Generalitat en un informe remitido también esta semana a la jueza, en el que responsabiliza también a los alcaldes por su inacción.