CRÓNICA
El 'Covid' vacuno

El mosquito que mata las vacas de Ricardo, les pone las lenguas negras y las vuelve "poco de fiar"

Viajamos a la zona cero de la enfermedad que amenaza al bovino español. El mosquito que propaga la enfermedad pudo entrar desde África. Hay vacuna, pero no está permitida aquí

Ricardo con uno de los toros afectados por la EHE. Durante la foto le habla para mantenerlo calmado y que no lo ataque.
Ricardo con uno de los toros afectados por la EHE. Durante la foto le habla para mantenerlo calmado y que no lo ataque.SERGIO ENRÍQUEZ
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"Esta tiene un ojo perdido, con derrame y la conjuntiva roja. No creo que recupere la visión". Avanzamos entre el ganado con el todoterreno que conduce Ricardo. "Fíjate en la extrema delgadez que tiene aquella". "Esta está tratada dos veces, la última antes de ayer. Verás cómo le cuesta levantarse y cómo cojea". "Esa que nos mira de frente tiene la lengua fuera todo el rato, y la tiene negra. La hemos pinchado con el antiinflamatorio más potente cuatro días seguidos y nada". Con la boca llena de llagas ni siquiera puede guardar su lengua, mucho menos alimentarse. "Esta de aquí fue de las primeras en enfermar. Otra que lo cogió al principio murió hace unos 15 días».

Las descripciones señalan a las vacas de Ricardo Escribano, ganadero en la finca Berrocal de Padierno, que recorremos en Tabera de Abajo (Salamanca). Desde mediados de agosto tienen a un pequeño ser infiltrado, casi invisible. Es un mosquito que, tan diminuto como mortal, transmite con su picadura la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) y es el responsable de matar a ocho de las vacas del ganadero salmantino.

Para saber más

Juan José Badiola, veterinario y patólogo del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de Zaragoza, explica que la EHE es "una enfermedad vírica infecciosa, no contagiosa", que afecta a rumiantes domésticos y salvajes, en específico a caprinos, ovinos, ciervos, gamos y corzos. El mosquito que propaga la enfermedad ya estaba presente en Norteamérica, Asia y África, desde donde llegó a España, avanzando así de sur a norte: comenzó por Andalucía y se fue expandiendo por Extremadura, Castilla La Mancha, Madrid y Castilla y León. En época de calor pudo multiplicarse más rápido. Estos insectos pueden llegar a donde deseen, ya que son "tan poco pesados que se dejan arrastrar por una corriente de aire vertical y podrían llegar a 1.000 metros de altura o más. Luego, las corrientes horizontales arrastran el virus a lo mejor a 500 kilómetros".

La enfermedad sólo se propaga "a través de vectores, unos mosquitos del género Culicoides, que ya tienen historial en España por transmitir la lengua azul". No se transmite de animal infectado a animal sano, y mucho menos a los humanos. Tampoco se contrae a través del consumo de carne ni de leche. "Así que no es una zoonosis", zanja Badiola, y con una estrofa busca calmar a la población: "Cómase una chuleta con toda tranquilidad, que de este virus no se va a morir ni afectar". Aclara que, además, "los animales no llegan enfermos a los mataderos. A la cadena alimentaria no llegan, se interceptan. Ningún animal enfermo puede ser sacrificado para el consumo humano".

Una de las vacas con la lengua negra, llena de úlceras y sin poderla meter en su boca.
Una de las vacas con el ojo afectado, el hocico con postillas y la lengua negra, llena de úlceras y sin poderla meter en su boca.S.E

Ahora Salamanca es la provincia que acumula más brotes por ser la que cuenta con más ganado bovino. Ricardo y Marta García, su mujer, tienen 200 vacas, sin contar las terneras. Contándolas, serían unas 280. Más unos cuatro toros. Todos son de actitud cárnica y de color marrón, característico de su raza limusina. Es una explotación extensiva, en la que los bovinos pastan al aire libre en una dehesa con cientos de encinas a lo largo y ancho de 580 hectáreas, y que imposibilita controlar la enfermedad y el mosquito con un simple pesticida.

Seguimos el recorrido y nos bajamos al lado de una charca donde hay un grupo de vacas. Al grito de "¡Yeeeeeei!, ¡Yeeeeeei!" de Ricardo, se acercan. Muchas llegan cojeando. Otras, tumbadas, no tienen fuerza suficiente para atender al llamado. Varias permanecen en el agua, quietas y cabizbajas, buscando calmar el ardor de su fiebre. Otras yacen debajo de la sombra de un árbol. "Muchas, sobre todos las afectadas de la vista, tienen una especie de fotofobia. Les molesta mucho la luz y buscan sitios oscuros", cuenta el ganadero.

Los animales no llegan enfermos a los mataderos. Ningún animal enfermo puede ser sacrificado para el consumo humano.

Juan José Badiola, patólogo y veterinario.

El veterinario Manuel Murillo explica por teléfono a Crónica que la EHE "prácticamente ha afectado a toda la ganadería con una sintomatología leve en forma de catarro nasal y ocular que dura dos o tres días sin tratamiento". Mientras que "las formas más severas se dan en un 15%". En esos casos, "se produce una estomatitis, una ulceración en la boca, en la lengua, en la faringe, en las vías respiratorias altas. De ahí pasaría a afectarse el pulmón y derivaría en una neumonía, llegando incluso a producir la muerte". Aunado a esos síntomas, los daños no sólo los genera el propio virus, "sino que abre la puerta a que aparezcan bacterias secundarias que al final agravan el cuadro de la enfermedad", como detalla Badiola.

Los toros tampoco se salvan. "Este está un poco tonto porque pasó la enfermedad, de este no te fíes". Como él son varios los bovinos que, producto de la EHE, dejan de lado la mansedad que va con su raza. Muchos buscan embestir a quien se les acerca, incluso a su propio dueño. "Las más afectadas se vuelven muy irritables y agresivas. De entrada, su primera reacción es arrancarse y tú dices 'pero dónde vas si con lo débil que estás a lo mejor te caes'". Marta nos advierte de que "hacen cosas extrañas. Hay que tener cuidado porque no sabemos qué se imaginarán".

Tres de las ocho vacas de Ricardo que han muerto, esperando a ser recogidas por la empresa encargada.
Tres de las ocho vacas de Ricardo que han muerto, esperando a ser recogidas por la empresa encargada.

Ricardo menciona similitudes entre la EHE y el Covid, como que "supuestamente iba a ser asintomática en la mayoría de los casos, pero es evidente que no es así". Y agrega: "El paralelismo, aparte del curso de la enfermedad, está en todas las circunstancias que la han rodeado". Pero menciona una salvedad. "La diferencia es que nadie contaba con el Covid y esto era una cosa que se sabía que había hace muchos años y en muchos sitios. De ahí que la falta de previsión sea imperdonable".

DESAMPARADOS POR LA ADMINISTRACIÓN

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación no maneja las cifras exactas de las muertes ocasionadas por el virus. En su lugar, de momento se limitan a informar de los focos declarados por especies y de dar una serie de recomendaciones, que los ganaderos consideran "insuficientes".

La diferencia es que nadie contaba con el Covid y esto era una cosa que se sabía... De ahí que la falta de previsión sea imperdonable

Ricardo, ganadero afectado.

Ricardo acusa a la Administración de "negligencia": "Dijeron que iba a ser un problema muy leve, que casi ni sentiríamos, que se manifestaría en una inflamación de las articulaciones, que sería pasajera, que no habría ni que tratar a los animales, que la morbilidad sería muy baja y la mortalidad insignificante". Su realidad es que ha perdido casi una decena de vacas, han enfermado más de la mitad de sus animales y un 30% arrastra las consecuencias de haber padecido la enfermedad.

El ganadero que visitamos no es el único afectado. Desde ASAJA Ávila, por ejemplo, emitieron un comunicado el 8 de septiembre en el que los ganaderos se quejan y reclaman soluciones: "El Gobierno conocía el escenario esperable, en el que la enfermedad ha colonizado todos los territorios donde tiene actividad el mosquito... y no ha coordinado con las comunidades autónomas una verdadera respuesta eficaz frente a la enfermedad. Actualmente el ganadero se encuentra totalmente desamparado e impotente".

Por cada vaca muerta, Ricardo ha perdido directamente entre 1.200 y 4.000 euros. ¿Cuánto calcula que serán las pérdidas por todo el ganado que ha enfermado? Nos responde: "No he querido calcularlo. Prefiero no saber. Coincido con todos mis compañeros ganaderos en una cosa: estamos psicológicamente machacados". Aclara que lo que más le afecta no es la merma de ingresos económicos, "es ver cómo están los animales. Sufrimos lo que ellos sufren".

Sin vacuna a la vista

Ricardo critica que no se tomaran las previsiones necesarias. "Sabiendo que es una enfermedad vírica que, por lo tanto, el único instrumento que hay para combatirla es la vacuna, y que las están utilizando en otros países, cómo es que aquí sabiendo el elevadísimo riesgo no se puso en marcha de manera rápida un plan de vacunación". Badiola confirma que sí hay vacunas: una fabricada en Estados Unidos, para ciervos, y otra en Japón, para vacas. Sin embargo, explica que no es aplicable en España porque "allí es un serotipo y aquí es otro". Y añade: "Los ganaderos quieren que se tomen medidas rápidas, pero es complicado". Son trámites que "tardarán más a que desaparezca la enfermedad por la venida del frío".

Ubres de una vaca con EHE. Tiene costras producto de la enfermedad.
Ubres de una vaca con EHE. Tiene costras producto de la enfermedad.S.E

Tampoco hay un medicamento específico contra la EHE. Las vacas con la enfermedad más severa son tratadas con un antiinflamatorio. En la ganadería de Ricardo muchas han sido tratadas dos, tres, y hasta cuatro veces. "Es un tratamiento puramente sintomático, no cura". Los antibióticos se han usado como tratamientos complementarios cuando el virus ha dado paso a las bacterias.

Volvemos al todoterreno para recorrer las hectáreas como si fuera un safari, pero con vacas en vez de leones. Abundan los animales con el hocico lleno de postillas, o sin costras pero ya en carne viva. También vacas con ubres llenas de costras en sus puntas. "A esta zona la llamamos la enfermería porque la tenemos muy cerca de las instalaciones donde encerramos el ganado y solemos tener aquí a los animales que están en recuperación o tratamiento. Estas llevan aquí unas cuatro semanas. Son exclusivamente hueso y piel. Dos que estaban aquí acabaron muriendo a pesar de todos los esfuerzos por salvarlas", cuentan Ricardo y Marta con pesar.

Nada como el impacto económico, moral y psicológico que está dejando esta enfermedad

Ricardo, ganadero de Salamanca.

Marta aprovecha para mostrarnos algunas fotos de las fallecidas. «A esta la encontramos muerta en la charca, nos costó horrores sacarla», estaba embarazada. «Esta otra, un día estaba pariendo y al día siguiente apareció muerta», las crías tampoco sobrevivieron, cuando «se decía que no afectaría a los terneros». Otra imagen de tres vacas sin vida, una al lado de la otra, también impacta. «Estaban en la entrada porque las venía a buscar la empresa de animales de recogida para quemarlas. No dan abasto con tanto. Hemos esperado hasta 15 días».

VIVAS PERO INÚTILES

Lo más preocupante no es el hecho de que pueda causar la muerte, sino las secuelas de haber padecido la enfermedad. Una vez sanas, son muchas las que quedan en la mitad de su peso normal o menos. El peso medio de una vaca limusina está entre 500 y 600 kilos y el 30% del ganado de Ricardo está en torno a unos 300 kilos. "No volverán a ser animales productivos por el estado en el que están", reconoce con tristeza su dueño. "Muchas de estas vacas yo creo que acabarán muriendo. Ni siquiera irán al matadero porque la carne es lo que se consume, no el hueso".

La incertidumbre gira en torno a la enfermedad. No se sabe con certeza si un animal infectado puede volver a contagiarse en el futuro. A su vez, se desconoce qué pasará con la fertilidad de los bovinos. Si pueda ser una consecuencia en los toros o si una vaca que haya abortado podrá volver a estar embarazada.

Ricardo lleva más de 20 años como ganadero y asegura que "nunca hubo nada parecido. Vivimos la crisis de las vacas locas, que fue un problema económico transitorio, también la brucelosis. Pero nada como el impacto económico, moral y psicológico que está dejando esta enfermedad". Y finaliza con un presagio que aboga por medidas administrativas: "Como no tengamos soluciones de manera inmediata, si en primavera o verano del año que viene volvemos a tener una crisis así, esto no hay quien lo aguante".