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Durante años, Kate Winslet guardó su Oscar en el baño para que sus invitados pudieran levantarla ante el espejo. La estatuilla había llegado en 2009, con El lector, 11 años después de Titanic, la primera película en la historia que superó los mil millones de dólares de recaudación. En realidad, su director, James Cameron, dijo que habría preferido una mujer «más delgada» para el papel. Así lo desvela Claire Duguet en el documental Kate Winslet: en busca de lo auténtico (producido por Artè), que también recuerda que en la época de la titanicmanía, el modelo físico dominante era el de otra Kate, apellidada Moss. Winslet apretó los dientes y resistió el acoso. Se mostró en desnudos frontales y demandó a la revista GQ por alterar su cuerpo en una portada, mucho antes de los nuevos movimientos de emancipación de la mujer. Por eso, bastan unos segundos de Lee (estrenada el 7 de marzo) para entender que Winslet es la actriz perfecta para interpretar a la fotógrafa de guerra Lee Miller, enviada por Vogue a la Segunda Guerra Mundial. Modelo y musa de Man Ray, Miller dejó atrás su glamuroso pasado y viajó al frente con una Rolleiflex. A su regreso, trajo imágenes aterradoras del campo de concentración de Dachau y del uso del napalm en los bombardeos junto a un shock postraumático que la acompañó el resto de su vida.
Winslet trabajó durante 8 años para completar Lee, película nacida de una adaptación de la biografía The Lives of Lee Miller, escrita por su hijo Anthony Penrose. El debut como directora de Ellen Kuras (ex directora de fotografía), y el de Winslet como productora sigue la historia de la fotógrafa estadounidense entre 1938 y 1948.
- Lee Miller enumera sus habilidades al comienzo de la película: "Sé beber, follar y tomar fotografías". Pero su mirada es mucho más profunda.
- Era un personaje extraordinario, increíble. Inteligente, amable, un modelo a seguir para los más jóvenes. Lee amaba la vida, a los hombres y las relaciones. Era una persona muy alegre. Se puede sentir cuando conoce a Roland Penrose, su futuro marido británico antes de la guerra. Los intelectuales como ellos no creían en lo que estaba a punto de suceder.
- ¿En qué se parece usted? ¿En la voz ronca?
- Lee no se detuvo ante nada, no aceptó un no por respuesta. Yo también soy un poco así. Y, como Lee, no siento la necesidad de ser una reina ni llamar la atención.
- ¿Es cierto que esta película nació de una mesa?
- En 2015. Unos amigos que viven en la costa oeste del Reino Unido me dijeron: "Hay una mesa increíble que ha llegado a una casa de subastas". Su historia era extraordinaria. Venía de la casa de vacaciones de la familia Penrose. Cuando Lee y Rowan eran amantes, pasaban allí maravillosos veranos con sus amigos artistas. Era la mesa donde comían. Me imaginé a Lee preparando la comida en ese mueble hermoso y tosco, lleno de vetas. Casi parece un viejo amigo. Cuando me senté, pensé: "Lee Miller, ¿por qué nadie ha hecho nunca una película sobre ti?".
- ¿Y qué hizo en ese momento?
- Para mi sorpresa, Anthony Penrose vivió hasta los 90 años al lado de mi casa. Fui a verlo en Farleys House, en East Sussex. Me abrió el archivo de su madre y me contó muchas historias. Ésa fue la columna vertebral de la película. Anthony comprendió a su madre tras su muerte, cuando descubrió en el ático 60.000 negativos que tomó en la guerra, junto a sus manuscritos. Desde ese día, en 1977, dedicó su vida a defender la memoria de Lee.
"En casa no usamos plástico, tenemos coche eléctrico, tenemos gallinas y también cultivamos nuestro huerto. No somos completamente autosuficientes, pero no estamos en mala posición"
- El punto de vista de Lee Miller como fotógrafa de guerra fue muy especial.
- No fotografió lo que muchos hombres documentaban: soldados, combates, disparos, escenas de sangre... Lee miró a través de las grietas, documentó las historias de las víctimas, las personas abandonadas, las mujeres y los niños. Su trabajo no sólo dio testimonio de la verdad del régimen nazi, sino que redefinió hace 80 años la feminidad como resiliencia, coraje y poder. Con esta película espero haber destruido todas las etiquetas, el tópico de la chica de portada.
- La retrataron en la bañera de Hitler en una imagen memorable que simbolizó el fin de la guerra.
- Fue para Lee el trabajo más importante de su vida. Apareció en Vogue. Pero Lee también sufrió un terrible trastorno de estrés postraumático desde esa época. Por eso tenía problemas con el alcohol.
- ¿Lee Miller la convirtió en una buena fotógrafa?
- Hay muchos fotógrafos en mi familia. Mis hijos mayores estudiaron fotografía. Con Lee Miller entendí que no quería esperar más. ¡Era mi turno! Me sentí muy orgullosa al imprimir las fotos que tomé con la Rolleiflex. Es complicado usarla... El fotómetro me volvía loca.
- Hacia el final de su vida, Lee abandonó la fotografía. Se convirtió en cocinera. Usted también cocina.
- Me encanta la comida y la familia. Así soy yo, así he crecido. Es la filosofía con la que que mi marido Ned y yo criamos a nuestros hijos.
"No sé si realmente dije que no quería rodar con agua tras 'Titanic', pero me encanta"
- En el segundo capítulo de 'Avatar' repitió por primera con un director, James Cameron.
- Es cierto, nunca había trabajado dos veces con el mismo director. Volverá a suceder con Todd Haynes y la idea me entusiasma [tras Mildred Pierce los dos trabajarán en una serie sobre Fortuna, la novela de Hernán Diaz].
- Sé que le encanta nadar en aguas frías, pero también dijo que, después de 'Titanic', ya no quería rodar una película con referencias al agua...
- No sé si realmente lo dije... Me encanta trabajar con agua, animales y niños, tres elementos que todo el mundo desaconseja. Trabajar con niños es una de las cosas más gratificantes, siempre aportan algo nuevo.
- ¿Contribuye a la salud del planeta?
- En casa no usamos plástico, tenemos coche eléctrico, tenemos gallinas y también cultivamos nuestro huerto. No somos completamente autosuficientes, pero no estamos en mala posición. En los últimos 10 años hemos calentado la casa con madera reciclada. No utilizamos petróleo. Y no vivo en Londres, pero si voy, llevo mi comida y mi agua con mis bolsitas de té.