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"Algo está cambiando" en España a cuenta de la conciliación personal, familiar y laboral. Así lo reconocen en el ala izquierda de la coalición de Gobierno PSOE-Sumar. Hay movimientos tectónicos en el centroderecha y eso incrementa la presión sobre laCEOE, que hasta ahora ha sido reacia a las reducciones de jornada y al cambio de modelo de semana laboral. Este septiembre, Alberto Núñez Feijóo se ha puesto como principal objetivo izar la bandera de las políticas de incentivo familiar y de impulso del descanso, y para eso no sólo ha abierto la puerta a la jornada laboral de cuatro días, sino que quiere consensuar su viraje con los sindicatos y la patronal.
El PP, de hecho, quiere que la CEOE a que afloje su postura sobre esta medida. Según revelan diversas fuentes a EL MUNDO, Alberto Núñez Feijóo llamó el martes a Antonio Garamendi, presidente de la patronal, para advertirle de que iba a abrirse a la semana de cuatro jornadas laborales. Y le pidió que abriera él también la puerta a sumarse, como poco en determinados sectores en los que la productividad no se vería mermada. El presidente de la patronal le contestó que no habría problema en abrir el debate y no le puso objeciones a su cambio de postura, según las mismas fuentes conocedoras del contenido de la conversación. Pero le añadió que no aceptaría imposiciones, sino una flexibilización consensuada dentro del diálogo social, y siempre que no perjudique la productividad.
Por primera vez en mucho tiempo, el PP tiraba de CEOE hacia posturas laborales ajenas al acervo ideológico liberal o conservador. "El PP está haciendo de fuerza tractora y de nexo entre las políticas sociales y la patronal. Le estamos diciendo a la CEOE que vaya por aquí, como nosotros. Que lo analicen con cierta generosidad", reconocen fuentes del PP. "Pero no impondremos nada a nadie", aclaran.
En la cúpula de Génova son conscientes de que este giro ideológico -aún tímido, pero que se irá desarrollando con el tiempo- escamará a muchos dirigentes populares de perfil ideológico más acerado. Por ejemplo, Esperanza Aguirre, que tuiteó que "es un error", sin ambages. O el portavoz del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel García, que aseguró: "Estamos totalmente en contra".
Pero en el núcleo duro de Feijóo están dispuestos a correr el riesgo porque creen que hay un "clamor" social en ese sentido. "Estamos planteando un modelo sociolaboral distinto, es un paso muy valiente internamente", inciden en el equipo de Feijóo.
"Esto es dar la batalla cultural. Es llevar al centroderecha a temáticas sociales que ya no nos dan miedo y no nos incomodan. Que la derecha española esté hablando de esto no es menor, es un cambio político muy profundo", inciden. "Es como jugar fuera de casa", ideológicamente hablando.
Fue el martes cuando Feijóo abrió la puerta en una entrevista en Telecinco. "¿Podemos trabajar 9 horas cuatro días a la semana? ¿Podemos trabajar 9 horas y media cuatro días a la semana? Es evidente que en muchos sectores productivos será imposible, pero a lo mejor en algunos sectores productivos es posible", aseguró. Pero no improvisaba. De hecho, el giro de los populares se decidió definitivamente hace tres semanas. Poco después de eso, a inicios de septiembre, Feijóo concedió una entrevista a Vanity Fair en la que ya hablaba del tema a las claras, pero que no se publicaría hasta esta semana. Estaba todo previsto cuando el dirigente gallego descolgó el teléfono para pedirle a Garamendi que se subiera al carro.
Desde Sumar, Yolanda Díaz e Íñigo Errejón han saludado el cambio de tercio del PP, y lo conminan a negociar. Y no comparten la propuesta de trabajar más horas menos días, pero creen que es una postura de partida que Feijóo deberá suavizar si hay acuerdo para la reducción de jornada laboral a 37,5 horas -paso previo para hablar de los cuatro días laborables-, Y si el PP, efectivamente, quiere pactar con los sindicatos CCOO y UGT, además de con la CEOE y con Cepyme.
A todos ellos les ha pedido reuniones y ha constatado "buena predisposición" a la negociación, según fuentes de la dirección nacional de los populares. Ayer, Unai Sordo reconoció en RNE que la reunión se producirá "a mediados de octubre".
Poco después de esas declaraciones, Feijóo anunció en el Campus Faes -territorio ideológico pata negra del PP- su promesa de aumentar las deducciones fiscales por hijo a cargo, si llega a La Moncloa. Una medida que estableció el ex presidente José María Aznar en 1999, y que no se ha actualizado desde entonces: son 100 euros al mes, 1.200 al año. Pero el líder de la oposición no dijo cuánto lo quiere incrementar.
"España necesita futuro. Necesitamos niños y niñas. Necesitamos mujeres y hombres que puedan formar una familia y tener hijos y necesitamos a madres y a padres que puedan atenderlos. Y eso no lo lograremos con más de lo mismo". Así resumió Alberto Núñez Feijóo su nueva apuesta por la conciliación familia, durante la clausura del Campus Faes, organizado por la fundación que preside Aznar.