- Cádiz Otra persecución a una narcolancha en el Estrecho acaba con un traficante muerto y otro herido
- Andalucía La persecución a una narcolancha en el Estrecho acaba con un tripulante muerto y dos guardias civiles heridos
La tragedia de Barbate estaba llamada a ser un antes y un después en el desgobierno del narcotráfico en el Estrecho. Lo que sucedió -y se retransmitió casi en tiempo real a todo un país- en el puerto de la localidad la noche del 9 de febrero de 2024 fue el retrato de una lucha desigual -la de los narcos y la Guardia Civil- y el máximo exponente de la crudeza que imponen las grandes familias de la droga en la zona.
Las muertes de dos guardias civiles embestidos por una narcolancha giraron todas las miradas hacia el Ministerio del Interior, por los constantes avisos, no atendidos, del riesgo en la zona. Ante la magnitud de lo que pasó, hubo promesas de cambio pero, un año después, la situación se ha agudizado. "Todo está peor. Aún no somos suficientes, agonizamos. Hay abandono". Las narcolanchas continúan agolpándose en el litoral esperando su turno para descargar los alijos en la costa y la droga entra con más facilidad que nunca, de acuerdo con el testimonio de los agentes de la lucha contra el narcotráfico. Los clanes saben de la debilidad de la Guardia Civil en medios humanos y técnicos y trabajan con comodidad. Las persecuciones se suceden prácticamente a diario y en lo que va de año ya han dejado dos muertos -ambos traficantes- y un buen número de agentes de la Guardia Civil heridos.
En el día de ayer, un hombre murió y otro que le acompañaba resultó herido cuando intentaban introducir droga en un punto de la costa ubicado entre Barbate y Tarifa. El suceso se registró cuando la lancha hizo una maniobra brusca para intentar burlar a los agentes del Instituto Armado. Los fardos de hachís iban en una zodiac de goma que partió desde el norte de Marruecos. A escasas millas de la costa, la droga fue transportada a la embarcación de recreo en la que estaba el fallecido y su acompañante, cuya misión era introducir la droga en la costa de Cádiz. Cuando fueron interceptados por la Guardia Civil, el conductor hizo un giro brusco e impactó con la patrullera de los agentes. Un tripulante de la narcolancha murió en el acto y el otro quedó herido. Era el segundo caso con resultado de muerte que registra la zona en tres meses y los dos asuntos tienen los mismos contornos: grandes familias de la droga del Estrecho tratando de imponerse a diario a la cada vez más exigua plantilla del Instituto Armado.
El otro caso con resultado de muerte se produjo el pasado mes de noviembre, cuando la persecución a una zodiac que transportaba hachís con la intención de dejar un alijo en la desembocadura del río Guadalquivir en Sanlúcar de Barrameda terminó con un tripulante muerto y dos guardias civiles heridos. La presencia de embarcaciones de los clanes del narcotráfico son una constante en la zona y la petición de efectivos al Ministerio del Interior para reforzar la presión y control sobre ellas está sobre la mesa del ministro Grande-Marlaska desde hace años.
Sin embargo, fue el pasado 9 de febrero de 2024 cuando en la opinión pública se percibió la profundidad del problema con la muerte de dos guardias civiles en el puerto de Barbate tras ser embestidos por una narcolancha. La petición de mejoras en el Campo de Gibraltar ampliamente denunciada ante su departamento se ha repetido desde que llegó al cargo, pero nunca antes la institucionalización del narcotráfico en la zona -está fuertemente azotada por el abandono escolar y el paro- había inflamado tanto a la Guardia Civil y a la Policía Nacional como tras el crimen de los agentes.
Fue en ese momento en el que se le pidieron cuentas al ministro. Grande-Marlaska había desmantelado hacía 16 meses la unidad de élite para frenar a los clanes del Estrecho, creada en 2018 y que tan buenos resultados había cosechado desde su puesta en marcha. Interior decidió prescindir del Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON) Sur -integrado por 130 agentes especializados en la lucha contra el tráfico de drogas y actividades ligadas a ella como el blanqueo de capitales, el crimen organizado y la corrupción-, a pesar de haber pulverizado las estadísticas en detenciones e incautaciones de alijos desde su creación. Los clanes de la droga de la zona lo temían, le hacían vigilancias y cuando, contra todo pronóstico, se desmanteló celebraron su marcha. Desde entonces, aseguran desde los grupos actuales, "al narco se le combate con parches y, ahí están los resultados: la cocaína más barata y las familias operando a placer mientras hacemos lo que podemos".