EXTRAS
Es primavera en Extremadura

Llega la pasión de la Semana Santa de Extremadura

Las procesiones se viven con una gran emoción en toda Extremadura. Las celebraciones más espectaculares tienen lugar en Mérida, Badajoz, Cáceres, Jerez de los Caballeros, Oliva de la Frontera y Plasencia.

Una de las procesiones de la Semana Santa de Cáceres.
Una de las procesiones de la Semana Santa de Cáceres.
Actualizado

Si hay una festividad que levanta pasiones y se vive con intensidad en Extremadura, esa es la Semana Santa. Tan es así, que las celebraciones de Mérida, Badajoz y Cáceres ostentan la consideración de fiestas de Interés Turístico Internacional, mientras que la de Jerez de los Caballeros (en la provincia de Badajoz) es de Interés Turístico Nacional y la de Plasencia (en Cáceres), de Interés Turístico Regional.

En la capital emeritense, las procesiones se fusionan casi a la perfección con la monumentalidad de la capital de Extremadura. Sirvan como ejemplos de ello el paso de las estaciones de penitencia junto a restos romanos como el Templo de Diana, el Arco de Trajano o el Puente Romano, así como el Via Crucis, con el Santísimo Cristo de la O transitando por el interior del Anfiteatro Romano durante la madrugada del Viernes al Sábado Santo.

A lo largo de toda la semana, Mérida saca a las calles más de 30 pasos, con tallas e imágenes de un indudable valor histórico-artístico, obras maestras salidas de las manos de imagineros de gran renombre. Tanto la salida como la llegada de los distintos pasos a la Plaza de España, así como la entrada de los mismos en sus templos, constituyen algunos de los momentos más emblemáticos de la Semana Santa emeritense, al igual que sucede con el pregón musical en el Teatro Romano, el pregón del costalero o el concurso de saetas.

En Badajoz, son muchas las cofradías que procesionan por las calles y plazas. Destaca especialmente el desfile de los distintos pasos junto a la Catedral, momento único para admirar la calidad y el valor de unas obras salidas de las manos de los más afamados imagineros.

A este solemne momento religioso hay que añadir el de la salida de la Virgen de la Soledad, que tiene lugar el Jueves Santo. Sin duda, se trata del momento más esperado por los pacenses, quienes contemplan emocionados la salida de la patrona de la ciudad de su templo, así como su paso por la Plaza de la Soledad. Por este lugar también procesionan algunas de las cofradías que deleitan a los presentes con instantes mágicos en la salida y entrada de sus imágenes a las iglesias y conventos.

La Semana Santa de Badajoz también se caracteriza por el silencio y el fervor popular, que reinan durante las noches y se apoderan de los bellos rincones por los que discurren los desfiles procesionales. Buenos ejemplos de ello son las salidas de varias estaciones de penitencia durante las madrugadas del Miércoles y el Jueves Santo.

Conocida como La Pasión Viviente, otra de las celebraciones de la Semana Santa de Badajoz que también disfruta de la consideración de Fiesta de Interés Turístico Nacional es la de Oliva de la Frontera. Cada año, las calles de este municipio pacense se convierten en escenarios abiertos en los que se representan los episodios más importantes de la Pasión de Cristo.

Más de 300 personas colaboran activamente en este espectáculo: desde actores hasta figurantes, pasando por los responsables de la organización. Durante el Domingo de Ramos se representa la entrada de Jesús en Jerusalén, mientras que la noche del Jueves Santo se reproducen la última cena, la oración en el Huerto de los Olivos y el juicio ante Caifás.

El Viernes Santo, a partir del mediodía, se escenifican las últimas horas de la Pasión: el proceso de Jesús ante Pilatos y Herodes, el recorrido hacia el monte Calvario y la crucifixión y muerte de Cristo. Tal es la fama de esta celebración, que cada Semana Santa atrae a Oliva de la Frontera a miles de visitantes.

Cáceres capital

La Semana Santa de Cáceres también ofrece momentos de gran solemnidad. La mayor parte de las procesiones se concentra en el casco histórico de la capital cacereña, declarada Patrimonio Mundial. El comienzo de las celebraciones lo marca el Viernes de Dolores, con distintos actos como el pregón de Semana Santa y varias procesiones. La emoción, siempre presente, invade cada una de las salidas de las imágenes de sus templos, así como su paso por lugares tan emblemáticos como la Plaza Mayor.

La estética medieval del centro histórico de Cáceres aporta un encanto muy especial a su Semana Santa, sumándose a unos desfiles procesionales sobrios y al valor de sus tallas. Sin ninguna duda, el momento culminante de estas celebraciones se vive durante la noche del Miércoles Santo, cuando la talla del Cristo Negro (que data del siglo XIV) sale de su templo para recorrer su Via Crucis por las calles del casco antiguo de la ciudad. De origen medieval, esta procesión se realiza en el más absoluto silencio.

De Jerez de los Caballeros a Plasencia

Los desfiles procesionales de Jerez de los Caballeros suelen despertar un inusitado fervor entre los vecinos y los turistas. No en vano, la mayoría de las procesiones de Semana Santa discurren por las singulares calles de esta preciosa localidad de la provincia de Badajoz, con pasado templario y declarada Conjunto Artístico Monumental.

La Semana Santa jerezana arranca el Domingo de Ramos con la salida de la Borriquita, que marcha acompañada de la legión. Otros momentos de enorme interés son la procesión de los Empalaos (el Lunes Santo), la salida y entrada de los pasos de sus templos o el paso de los desfiles procesionales por las estrechas calles del municipio. En general, los momentos de mayor intensidad tienen lugar el Jueves Santo, la madrugada del Viernes Santo y el Domingo de Resurrección.

En el caso de la Semana Santa de Plasencia, los momentos más emocionantes se viven el Viernes Santo por la tarde, con las procesiones de los pasos de las cruces, y el Domingo de Pascua por la mañana, cuando tiene lugar el esperado encuentro entre Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima del Rosario de su Mayor Dolor.

Otros momentos muy destacables de la Semana Santa plasentina, de la que existe documentación desde el siglo XVIII, se concentran en el casco monumental de la capital del Valle del Jerte: desde el desfile delante de la Catedral, hasta el paso de las cofradías por la judería o por las calles del adarve.