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China y la diplomacia de las vacunas: 1.000 millones de dosis para combatir a ómicron en África

Un hombre recibe la vacuna contra el Covid en Soweto, Sudáfrica.
Un hombre recibe la vacuna contra el Covid en Soweto, Sudáfrica.AP
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Si China hubiera adoptado un enfoque más flexible en la lucha contra la pandemia, como Estados Unidos, España o Reino Unido, que finalmente se plegaron a la actual estrategia de convivir con el virus con un alto porcentaje de la población ya vacunada, habría tenido más de tres millones de muertos y 260 millones de casos positivos de Covid. Esa es la estimación que hay detrás de un estudio que acaba de presentar Wu Zunyou, epidemiólogo jefe del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de la nación asiática.

Desde que se comenzaron a reportar los primeros grandes brotes de coronavirus en la ciudad de Wuhan en enero de 2020, China ha informado 98.708 casos y 4.636 muertes. Esas son las cifras oficiales en un país que lleva 21 meses sin renunciar a su estrategia de Covid cero, que se resume en la disposición a confinar ciudades con millones de habitantes por un puñado de positivos que se cuentan con los dedos de la mano.

Con la llegada de la nueva variante ómicron, que ha dejado tres casos en Hong Kong, Wu dice que la política de tolerancia cero va para largo, que seguirá vigente hasta al menos la primavera de 2022. Aunque en Pekín hablan de alargarla hasta pasado el próximo otoño, después de un trascendental congreso que celebrará el gobernante Partido Comunista Chino (PCCh).

Con el 76,3% de la población ya vacunada y sin apenas contagios locales dentro de unas fronteras que llevan selladas desde marzo de 2020, Pekín ha hecho un movimiento inteligente tirando de la diplomacia de vacunas mientras aumenta la preocupación en todo el mundo sobre la propagación de la nueva variante, identificada en el sur de África, donde sólo el 7% de los cerca de 1.300 millones de habitantes del continente han recibido la pauta completa de la vacuna.

El presidente chino, Xi Jinping, prometió el lunes enviar 1.000 millones de dosis de sueros chinos a los países africanos. En ese pack, 600 millones serán donaciones gratuitas que se suman a los 200 millones de dosis producidas por la farmacéutica Sinopharm que ya mandaron al continente. Estados Unidos ha donado menos de 80 millones de vacunas a África.

Xi, tras su pregón de vacunas durante una videoconferencia con otros líderes africanos en la apertura del Foro de Cooperación China-África, también se comprometió a que las empresas chinas invertirían más de 10.000 millones de dólares en el continente durante los próximos tres años.

Pocas horas después de conocerse el compromiso del presidente chino con los países africanos, fueron sus vecinos de India quienes anunciaron que están listos para enviar rápidamente más vacunas a África para ayudar a combatir la variante ómicron.

En Pune, una de las ciudades más grandes del estado indio de Maharashtra, se encuentra el Serum Institute (SII), que es el mayor fabricante de vacunas del mundo y pieza fundamental de COVAX, la plataforma creada por la OMS para garantizar el acceso equitativo de las vacunas a los países más pobres.

En África, 41 países han recibido 25 millones de dosis distribuidas por COVAX. Una cifra que debería ser mucho mayor si no fuera por una segunda ola de contagios que devastó India a mediados de año, lo que empujó a Nueva Delhi a priorizar la vacunación interna. África sigue esperando muchas de los 2.000 millones de dosis que COVAX se comprometió a distribuir antes de 2022, de las cuales más de 300 millones, la mayoría con el sello de AstraZeneca, deberían haber salido ya de la fábrica de Pune, que no reanudó los envíos al extranjero hasta octubre.

"El Gobierno está dispuesto a apoyar a los países africanos afectados en el tratamiento de la variante ómicron. Los suministros se pueden realizar a través de COVAX o de forma bilateral", dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de India en un comunicado en el que también prometió enviar medicamentos, kits de prueba, trajes EPI y ventiladores a los países que los necesiten.

India, que tiene una media de menos de 10.000 casos diarios, había anunciado la reanudación de algunos vuelos comerciales internacionales programados a partir del 15 de diciembre. Tras la aparición de la variante ómicron, el gobierno acaba de introducir nuevas pautas de cuarentena y restricciones para los viajeros que lleguen de un nuevo listado que se va actualizando según más naciones van reportando casos con la nueva variante.

Los países asiáticos, pioneros en adoptar restricciones durante la primera ola de la pandemia pero que cayeron en la trampa de la complacencia con la variante Delta, aprendieron la lección y se están blindado ante ómicron, posponiendo sus planes de reapertura.

Japón, por ejemplo, que el martes confirmó su primer caso de ómicron en un diplomático de Namibia, volvió a prohibir la entrada de visitantes extranjeros tan solo tres semanas después de aliviar algunas restricciones de viaje. El primer ministro, Fumio Kishida, dijo que también fortalecerá las medidas de cuarentena para los ciudadanos japoneses que regresan de los países que confirmaron infecciones con la nueva variante.

Filipinas, Camboya, Singapur (dos casos reportados de ómicron en pasajeros en tránsito) y Corea del Sur también han sacado su lista negra de países "en riesgo" desde donde se prohíben las llegadas. En el Pacífico, Australia, otra de las naciones que lleva con las fronteras cerradas desde el comienzo de la pandemia, ha retrasado hasta mediados de diciembre sus planes para permitir la entrada de trabajadores y estudiantes internacionales.

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