Para los grandes partidos que se alternaron el poder en Francia, republicanos y socialistas, la derrota de este domingo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales supone, además, una ruina financiera.
En Francia el Estado devuelve parte de este importe si el candidato consigue el 5% de los votos. Si no lo alcanza, sólo optan a un porcentaje muy pequeño, del 4,75% sobre el tope permitido (800.000 euros). Por eso los partidos pequeños suelen medir bien sus gastos, pero no así los grandes, que son más ambiciosos, precisamente porque esperan más apoyos.
En estas elecciones no ha sido así. El batacazo para los dos partidos tradicionales ha sido tal que no han llegado ni a ese mínimo. La candidata de Los Republicanos, Valérie Pécresse, ha pedido este lunes "ayuda urgente" para poder pagar la financiación de su campaña, pues, asegura, su partido no puede asumirlo.
Pécresse obtuvo este domingo el 4,7% de los sufragios, lo que la priva de esta ayuda. "La situación financiera de mi campaña es crítica. No hemos alcanzado los 5% que nos permitirían conseguir los siete millones de devolución del Estado. Nos faltan siete millones para financiar esta campaña. Personalmente tengo una deuda personal de cinco millones de euros", ha confesado la candidata conservadora este lunes a la televisión BFMTV.
La conservadora se ha dirigido a sus votantes, pero también a aquellos simpatizantes que ayer optaron por el voto útil, escogiendo otro candidato, y "a todos los franceses que quieren pluralismo político", pues en ello "va a la supervivencia de los republicanos".
El Sarkothon
El pionero, y más creativo a la hora de solicitar estas colectas, fue Nicolas Sarkozy. En 2012, cuando la justicia invalidó sus cuentas electorales, el entonces candidato del partido (que perdió aquellas elecciones) puso en marcha el llamado "Sarkothon" entre sus simpatizantes. Logró captar 11 millones.
Los socialistas no están en una situación mucho más favorable tras la derrota de ayer. En 2017, tras el batacazo electoral de entonces, ya tuvieron que vender su sede para asumir parte de la deuda.
Con el resultado más bajo desde 1969, un 1,7% de votos, Anne Hidalgo tampoco recibirá el dinero del estado para pagar sus gastos de campaña. Su deuda alcanza los ocho millones de euros.
Este partido ha sufrido una sangría de votos desde el mandato de François Hollande y ha perdido casi el 90% de su electorado, que se ha ido a otros partidos.
Conforme a los criterios de