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El FBI dijo este viernes que fue una bala lo que impactó en la oreja del ex presidente estadounidense y candidato republicano, Donald Trump, durante su intento de asesinato hace casi dos semanas.
"Lo que impactó al ex presidente Trump en la oreja fue una bala, ya sea entera o fragmentada en pedazos más pequeños, disparada desde el rifle del sujeto fallecido", anotó hoy el FBI.
Casi dos semanas después del intento de asesinato del ex mandatario, el FBI confirmó que, en efecto, fue una bala la que impactó en su oreja, con lo que pretende aclarar las versiones contradictorias sobre qué causó las heridas después de que un hombre armado abriera fuego en un mitin en Pensilvania.
La declaración del FBI representa el relato más definitivo de las fuerzas policiales sobre las heridas de Trump, y se difundió luego de comentarios ambiguos vertidos esta semana por el director Christopher Wray que parecían poner en duda si Trump había sido realmente alcanzado por una bala.
Trump arremetió contra el director del FBI por testificar a principios de esta semana que todavía no estaba claro si el político republicano fue alcanzado por una bala, o por otra cosa, en su mitin en Pensilvania.
El comentario provocó la furia también de sus aliados y avivó las teorías conspirativas que han florecido en todo el espectro político en medio de una escasez de información tras el ataque del 13 de julio.
"Supongo que esta es la mejor disculpa que recibiremos del director Wray, pero la aceptamos totalmente", escribió en Truth Social, Trump, junto con el texto del comunicado del FBI.
Hasta ahora, las fuerzas de seguridad federales implicadas en la investigación, incluidos el FBI y el Servicio Secreto, se habían negado reiteradamente a facilitar información sobre la causa de las heridas de Trump.
Por su parte, Butler Memorial Hospital, el hospital donde fue tratado Trump el día del tiroteo, aún no ha publicado ningún informe médico sobre la lesión del candidato a las elecciones presidenciales, la causa o el tratamiento que recibió.
El equipo de campaña de Trump también se ha negado a hacer públicos los expedientes del hospital donde fue atendido por primera vez o a poner a los médicos a disposición del público para responder a preguntas.
En su lugar, las actualizaciones han venido del propio Trump o del que fuera su médico en la Casa Blanca, Ronny Jackson, un firme aliado que ahora representa a Texas en el Congreso. Aunque Jackson ha estado tratando a Trump desde la noche del ataque, ha sido objeto de considerable escrutinio y no es su médico de cabecera.
El intento de asesinato contra Donald Trump fue perpetrado por un joven de 20 años en un mitin en Butler (Pensilvania), quien disparó al ex presidente (2017-2021) con un rifle de asalto a unos 150 metros del escenario.
"Trump se quita el vendaje"
La aparente reticencia del FBI a avalar inmediatamente la versión de los hechos del expresidente -junto con la molestia que él y algunos de sus partidarios han dirigido a la oficina tras el incidente- también ha aumentado la tensión entre el candidato republicano y la principal agencia policial federal del país, sobre la que pronto podría volver a ejercer el control.
Trump y sus partidarios han acusado repetidamente a las fuerzas de seguridad federales de ser utilizadas en su contra.
En un evento realizado más tarde el viernes en West Palm Beach, Florida, Trump provocó abucheos de la multitud cuando describió la insinuación de que podría haber sido herido por vidrio o metralla en lugar de una bala.
Trump apareció el viernes por primera vez sin un vendaje en la oreja derecha. Fotografías y videos tomados no mostraban indicios de hemorragia, ni agujeros o cortes distintivos.
Las preguntas sobre el alcance y la naturaleza de la herida de Trump comenzaron inmediatamente después del ataque, ya que su equipo de campaña y las agencias policiales se negaron a responder a preguntas sobre su estado o el tratamiento que recibió después de que se librara por poco de morir en un intento de asesinato por parte de un hombre armado con un rifle de alto poder.
Esas preguntas han persistido a pesar de las fotos que muestran el rastro de un proyectil que pasa a toda velocidad rozando la cabeza de Trump, las fotografías que muestran el cristal del teleprompter de Trump intacto tras el tiroteo y el relato que el propio Trump hizo en un post de Truth Social pocas horas después del tiroteo en el que decía que había recibido "un disparo de bala que atravesó la parte superior de mi oreja derecha".
"Supe inmediatamente que algo iba mal porque oí un zumbido, disparos, e inmediatamente sentí la bala rasgando la piel", escribió.
Días después, en un discurso de aceptación de la nominación en la Convención Nacional Republicana en Milwaukee, Trump describió con detalle la escena, mientras llevaba un vendaje de gasa blanca sobre la oreja derecha.
"Oí un fuerte zumbido y sentí que algo me golpeaba muy, muy fuerte, en la oreja derecha. Me dije: 'Vaya, ¿qué ha sido eso? Sólo puede ser una bala'", relató.
"Si no hubiera movido la cabeza en ese último instante", dijo Trump, "la bala del asesino habría dado perfectamente en el blanco, y yo no estaría aquí esta noche".
Pero el primer informe médico sobre el estado de Trump no llegó sino hasta una semana después del tiroteo, cuando Jackson publicó su primera carta el pasado sábado por la noche. En esa carta, dijo que la bala que alcanzó a Trump había "producido una herida de 2 cm de ancho (menos de 1 pulgada) que se extendía hasta la superficie cartilaginosa de la oreja". También divulgó que se había realizado una tomografía a Trump en el hospital.
Pero las fuerzas de seguridad federales implicadas en la investigación, incluidos el FBI y el Servicio Secreto, se habían negado a confirmar esa versión. Y el testimonio de Wray ofreció respuestas aparentemente contradictorias sobre la cuestión.
"Hay dudas sobre si fue o no una bala o esquirlas lo que impactó en su oreja", testificó Wray, antes de aparentemente indicar que sí fue una bala.
"No sé si esa bala, además de causar la rozadura, podría haber caído también en otro sitio", dijo.