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Kamala Harris gira al centro mientras busca un candidato a vicepresidente que equilibre su mensaje

Está previsto que la aspirante demócrata anuncie hoy a su número dos

La candidata demócrata, Kamala Harris.
La candidata demócrata, Kamala Harris.AP
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El Observatorio Naval de Washington, donde está la sede de la vicepresidencia de Estados Unidos, celebró el domingo un curioso proceso de selección laboral. La actual ocupante del cargo, Kamala Harris, entrevistó a los candidatos a ese puesto en el caso de que gane las elecciones. La ya candidata oficial del Partido Demócrata a la Presidencia de Estados Unidos tiene de plazo hasta mañana 7 de agosto para dar a conocer el nombre del elegido, pero su campaña ha declarado que la presentación oficial será hoy, martes, en un mitin ante 10.000 personas en la ciudad de Philadelphia (Pennsylvania), aunque la decisión oficial será, con toda probabilidad, filtrada varias horas antes.

La clave de la selección del dúo que se presenta a las elecciones es el equilibrio ideológico, racial y hasta de género. El más obvio es el equilibrio ideológico. Tiene que haber alguien de izquierdas y alguien de centro. Como Biden y Harris en 2020. El peligro que hay que evitar es Al Gore y Joe Lieberman en 2000, John Kerry y John Edwards en 2004, y, sobre todo, Hillary Clinton y Tim Kaine en 2016, es decir dos centristas. La cuestión es si Harris va a ser la figura de izquierdas y el candidato a vicepresidente el centrista, o a la inversa.

Por ahora, Harris está girando al centro. Aunque su ideología es más bien una nebulosa, desde que entró en política nacional, al ganar las elecciones al Senado en 2016, se situó en la izquierda del Partido Demócrata. Desde 2021, sin embargo, ha estado en la vicepresidencia, ocupando el papel de florero, así que ahora tiene margen para construir su propia imagen.

El caso más evidente tiene que ver con una cuestión que levanta ampollas entre la izquierda demócrata: el fracking, una técnica para extraer petróleo y gas natural que se ha expandido de manera prodigiosa en Estados Unidos en las últimas dos décadas pero que está prohibida en, por ejemplo, la UE debido, entre otros factores, a su impacto medioambiental. Así que, en septiembre de 2019, Harris dijo en un debate televisado en la cadena de televisión CNN: "No hay duda de que estoy a favor de prohibir la expansión del fracking".

Eso, claro está, era cuando Harris necesitaba decir lo que hiciera falta para lograr la nominación demócrata. Tres años y 10 meses más tarde ya la tiene, así que ahora no prohibirá el fracking. Aunque ella no lo ha dicho directamente, para evitar que el equipo de Trump ponga anuncios con ella diciendo una cosa y la contraria, su campaña se ha encargado de establecer esa posición por activa y por pasiva.

Quien sea el compañero de Harris deberá tener la capacidad para sacar votos donde ella no pueda. Lo que lleva otra vez al equilibrio. Y, en esa especie de carrera de obstáculos, la lista había quedado anoche reducida a cuatro nombres: el senador por Arizona, ex astronauta, ex piloto de bombarderos y veterano de guerra Mark Kelly; y los gobernadores de Pensylvania, Josh Shapiro; Minnesota, Tim Walz; y Kentucky, Andy Beshear.

El gobernador de Minnesota, Tim Walz.
El gobernador de Minnesota, Tim Walz.Getty

Todos ellos tienen algunos rasgos similares. Los más evidentes, su género y su raza. Eso es algo decisivo en una sociedad multirracial como la estadounidense, en la que la población que no se define como blanca o caucásica alcanzaba el 42,8% en 2020 y sobrepasará el 50% en 2045 como muy tarde (otra cosa es la definición de blanco, dado que los españoles y los portugueses pueden registrarse en el censo como hispanos, lo que hace que de inmediato no sean considerados blancos). Y es todavía más importante dado el electorado del país. Los blancos, las personas de más edad y los hombres votan republicano, mientras que las mujeres, los jóvenes y las minorías, lo hacen demócrata. Con Harris -mujer, de origen asiático y afroamericano- dirigiéndose al núcleo duro demócrata, el equilibrio es una de las claves de la elección.

Si la cuestión racial y de género era relativamente fácil, la ideológica era más complicada. El ala izquierdista demócrata prefería a Biden como candidato, ya que había pactado con él un aumento de su cuota de poder si éste era reelegido. Con Harris, no existe tal acuerdo.

El candidato de la izquierda ha sido el gobernador de Minnesota Tim Walz, que en las últimas dos semanas ha alcanzado una popularidad tremenda al acuñar el eslogan de "los republicanos son raritos" (la palabra que usó es weird, que tiene la connotación de repulsivo o que da miedo). Walz tiene la gran ventaja de que va a encandilar a las bases del partido. Además, Minnesota es un estado del Medio Oeste, lo que hace que el gobernador pueda tirar para arriba de los votos demócratas en los vecinos Wisconsin y Michigan, dos territorios que pueden definir al vencedor.

En el extremo opuesto a Walz está quien, según la agencia de noticias Reuters, es el otro gran favorito: el gobernador de Pennsylvania, Josh Shapiro. Shapiro está a favor del cheque escolar, de la reducción de las regulaciones en materia económica, y de una política de máxima dureza con Irán y de apoyo total a Israel. Es más: lleva defendiendo esas ideas desde siempre, ya que es un discípulo del ex senador Robert Torricelli que, entre otras leyes, impulsó una que endureció de manera drástica el bloqueo a Cuba.

El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro.
El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro.AP

Al contrario que Walz, Shapiro puede entregar a Harris un estado, Pennsylvania, sin el que la candidata demócrata lo tendrá muy difícil para ganar las elecciones. Aparte, su presencia en la campaña puede atraer a independientes y hasta a republicanos. Y, finalmente, su actitud en política exterior es crítica en un momento en el que el lobby proisraelí estadounidense ha declarado la guerra a quienes se oponen a la política de ese país en Gaza.

Sus grandes peros son dos. El primero, que va a espantar a los jóvenes, las bases y al ala izquierda demócrata, cada día más cercana a la socialdemocracia europea. El segundo, que, a juzgar por las encuestas, Harris ya lleva una considerable ventaja a Trump en Pennsylvania, en parte por su apoyo al fracking, de modo que acaso no le haga falta elegir al gobernador del estado.

Los otros dos candidatos están, también, en la línea de Shapiro. Kelly es más duro en inmigración que Harris y Biden, puede entregar al Partido Demócrata su estado, Arizona, que también es importante (y acaso arrebatar el vecino Nueva México a Trump) y tiene la ventaja de ser veterano de guerra. Beshear es un centrista capaz de ganar el un estado tan republicano como el que más, Kentucky.