Olaf Scholz no es el primer canciller que se somete a un voto de confianza para perderlo y provocar con ello la celebración de nuevas elecciones, que, como todos los gobernantes que recurren a esta estratagema, quiere volver a ganar. Ejemplos cercanos tiene. Todas las cuestiones de confianza promovidas hasta ahora en Alemania -seis con la suya- procedieron del banco socialdemócrata (SPD), salvo la presentada por el conservador Helmut Kohl.
El primer canciller de la historia de la República Federal de Alemania que convocó un voto de confianza para iniciar nuevas elecciones fue, en 1972, Willy Brandt. El político acababa de sobrevivir a una moción de censura a finales de abril por su política de acercamiento al Este europeo y a la entonces Alemania comunista. La oposición le había acusado de vender los intereses alemanes. Como varios diputados del SPD y de los liberales del FDP habían abandonado posteriormente la coalición, el Bundestag seguía en punto muerto en verano. El 20 de septiembre de 1972, Brandt recurrió deliberadamente al gambito del voto de confianza, con la esperanza de que unas nuevas elecciones estabilizarían su coalición social-liberal.
El plan de Brandt funcionó. Perdió el voto de confianza, allanando el camino para nuevas elecciones. En noviembre, el SPD consiguió el 45,8% con una participación electoral récord de más del 90%. El 14 de diciembre de 1972, Brandt fue elegido canciller por segunda vez.
Diez años más tarde, el 3 de febrero de 1982, el también socialdemócrata Helmut Schmidt convocó un voto de confianza en el Bundestag. Eran años de recesión mundial, aunque el político del SPD conducía a la República Federal a través de la crisis del petróleo mejor que la mayoría de los demás países industrializados. El canciller era respetado en el extranjero por ello, pero la oposición conservadora CDU/CSU le acusó de haber provocado él mismo la crisis económica. La decisión de la doble vía de la OTAN, que Schmidt defendía, también causó resentimiento en propias filas y entre la población. Cuando, tras ocho años, la coalición social-liberal se vio cada vez más desbaratada, el voto de confianza fue el intento de Schmidt de asegurar su mayoría de gobierno.
Schmidt ganó el voto de confianza y consiguió mantenerse en poder, pero seis meses después, la coalición se derrumbó, principalmente debido a diferencias en política económica. El ministro de Economía, Otto Graf Lambsdorff (FDP), reclamó la aplicación consecuente de los principios de la economía de mercado, la consolidación presupuestaria y recortes en las prestaciones sociales relevantes. Como hombre del SPD, Schmidt no podía estar de acuerdo con los recortes sociales. El 17 de septiembre de 1982, se produjo la dimisión de todos los ministros del FDP, presuntamente ya compinchados con la oposición.
Schmidt fue destituido el 1 de octubre por un voto constructivo de censura con los votos de la CDU/CSU y la mayoría del grupo parlamentario del FDP. El líder del grupo parlamentario de la CDU, Helmut Kohl, se convirtió en su sucesor en la Cancillería, sin la celebración de nuevas elecciones. Al carecer de legitimación en el Bundestag, Kohl convocó un voto de confianza ese mismo año, que, siguiendo sus planes, perdió. Kohl se hizo con la victoria en las urnas en elecciones el 6 de marzo de 1983. Formó una coalición con el FDP.
Su sucesor en la Cancillería, Gerhard Schröder, planteó la cuestión de confianza en dos ocasiones. En 2001, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, el canciller se sometió a votación vinculándola al despliegue de hasta 3.900 soldados de la Bundeswehr en Afganistán. Era el primer despliegue de soldados alemanes fuera del territorio de la OTAN, y muchos diputados de la coalición que había formado con los Verdes se sentían incómodos. Schröder quería que la coalición le respaldara y mantener las "riendas de la acción", como él mismo lo describió, en sus propias manos. Schröder superó la votación.
La situación fue diferente en 2005. La llamada "Agenda 2010", un paquete de reformas sociales y seguros de desempleo causó mucho resquemor entre la población. Tras perder las elecciones estatales en Renania del Norte-Westfalia, y cada vez con menos apoyos, Schröder se sometió a una cuestión de confianza para disolver el Bundestag y empezar de nuevo. El plan, sin embargo, no le funcionó. El Parlamento le retiró su confianza, pero el partido más votado en las elecciones anticipadas que provocó fue la CDU de Angela Merkel.