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En 400 páginas, el legado de su pontificado. El Papa Francisco adelanta su primera autobiografía -que llega este jueves a España con el título Esperanza- siendo la primera en absoluto publicada por un jefe de la Iglesia Católica. Se trata de una obra fruto de seis años de trabajo del periodista italiano Carlo Musso donde el Santo Padre, desde su infancia en Argentina hasta la actualidad, repasa los momentos más significativos de su vida y de su camino como sucesor de Pedro. Todo ello, afrontando en paralelo otros asuntos contemporáneos como la pobreza, las guerras, el cambio climático, las nuevas tecnologías, el acoso escolar y la democracia, entre otros. La publicación del libro estaba prevista para después de su fallecimiento, pero finalmente se ha publicado en coincidencia con el actual Jubileo, dedicado precisamente a los Peregrinos de la Esperanza.
Una de las novedades más llamativas de la primera autobiografía del Papa está relacionada con el año 2021, cuando realizó su viaje a Irak, la tierra de "nuestro abuelo Abraham", por ser el "ascendente común" entre "judíos, cristianos y musulmanes". En ese viaje, admite por primera vez Jorge Mario Bergoglio, evitó dos atentados: "Me avisaron recién aterrizados en Bagdad. La policía había avisado a la Gendarmería vaticana de un informe enviado por la inteligencia británica", explica Francisco. El primer caso, fue una mujer llena de explosivos que "se estaba dirigiendo a Mosul" para estallar "durante la visita papal". En el segundo, se trató de "una furgoneta a toda velocidad con el mismo propósito". Sucesivamente, la Gendarmería vaticana informó al Santo Padre de que la policía iraquí los había interceptado, provocando su explosión.
El Papa Francisco, en los primeros capítulos del libro, relata su infancia en Buenos Aires como resultado de la emigración de su familia italiana desde Piamonte hasta Argentina. En esas páginas Jorge Mario Bergoglio describe la cuestión migratoria, vinculando pasado y presente, asegurando que "emigración y guerra son dos caras de la misma moneda" porque "la guerra es la mayor fábrica de migrantes".
Horrores bélicos
Haciendo hincapié en los horrores que producen los conflictos armados, en los capítulos finales de su autobiografía el Santo Padre, subrayando la situación en Oriente Medio, se posiciona al lado de quienes están obligados a abandonar "sus casas", "sus estudios" y su "trabajo"; ante la necesidad de "buscar una meta para escapar de las bombas". El sucesor de Pedro no olvida "a las madres que lloran a sus hijos muertos" y recuerda a los "niños", que en las guerras "se les niega incluso el derecho a jugar". El Papa Francisco, confirma estar del lado de quienes "tienen miedo a levantar la mirada, porque del cielo llueve fuego". Jorge Mario Bergoglio, en relación a Israel y Palestina, asegura que "en más de una ocasión" ha recibido a familiares de "rehenes israelíes" y "víctimas de Gaza", donde ambas partes tienen "el mismo deseo de paz, serenidad y justicia".
Sin "confundir el agresor con el agredido", para el Pontífice la paz es el resultado de la justicia, que renuncia a la "humillación del adversario" y se basa en el perdón. Para ello, el Santo Padre recurre a la valentía y la mirada de las madres, porque "guerra" es una palabra femenina, pero que "no tiene rostro de mujer". En el desafío de detener un mundo en guerra, para el Papa Francisco tener esperanza no significa ser "optimistas ingenuos" sino tener "un corazón que no se cierra ante la oscuridad". Y que logra ver, con lucidez, el "mañana".