Se insiste mucho en que el díptico de Felipe y Letizia firmado por Annie Leibovitz no es una fotografía oficial de los Reyes. Un tecnicismo irrelevante. Si se ha pagado con dinero público, se va a exhibir en el Banco de España y sus sujetos son los Monarcas, no veo las diferencias con un retrato oficial. Se supone que una de esas diferencias es que quien manda en la obra no son los retratados sino la artista, la Leibovitz. La fotógrafa de la estrellas.
Ella ayudó a construir las leyendas de Demi Moore o Whoopi Goldberg, por poner solo dos ejemplos. Leibovitz es uno de los nombres claves en la cultura de la celebridad. Todavía hoy, que te fotografíe ella es sinónimo de haber llegado a lo más alto.
En la foto doble de Felipe y Letizia hay mucho de eso, sobre todo en la mitad de Letizia. La de Felipe tiene menos luz, el horizonte torcido y él luce un uniforme militar no demasiado favorecedor. Su foto no será un retrato oficial, pero sí es institucional. La de Letizia es aspiracional: vestido de noche, piel de actriz, iluminación cuidadísima. Ella forma parte de una composición armónica, con las verticales y las horizontales de la imagen bien proporcionadas. Annie Leibovitz siempre cuida mucho eso, incluso teniendo en cuenta que sus mejores imágenes probablemente terminen "ensuciadas" con textos, pues se publicarán en revistas.
Las de Felipe y Letizia fueron, sin embargo, un encargo de otro tipo. Por supuesto también han terminado reproducidas hasta la saciedad en medios de todo tipo, éste incluido. Esa era una de sus funciones, ese era uno de los objetivos, uno contrata a Annie Leibovitz (que es carísima) para que se hable de que uno ha contratado a Annie Leibovitz. También se la contrata porque tiene un criterio: en sus fotos todo el mundo es una estrella. Consiguientemente, que te haga fotos la Leibovitz significa que o eres una estrella o tienes el dinero y los contactos necesarios para conseguir ese estatus.
La de los Reyes con Annie no es una historia como la de Soledad Lorenzo con Helmut Newton. La foto que Newton hizo de la mítica galerista de arte es magnética por ser ellos quienes son y por ser ella (la foto) la pura definición de fotografía: el instante irrepetible inmortalizado. En ella Lorenzo aparece de perfil, ensimismada y fumando. Su mandíbula y su nariz son agresivas y perfectas y su actitud, como si no le importase lo más mínimo estar en el objetivo de unos de los fotógrafos más importantes de la historia, desprende autoridad y elegancia. Incluso tranquilidad.
Las fotografías de Annie Leibovitz, concienzudamente producidas, transmiten justo lo contrario: intención, control, programación, perfeccionismo. De eso se acusa con frecuencia a Letizia, de pasarse de controladora, de organizada y de perfeccionista. Y de ir de estrella. Así que Leibovitz ha hecho bien su trabajo con ella. La obra doble, incluyendo la parte de Felipe, podría titularse Queen Letizia glowing and un señor in military costume mal iluminado.