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Sabíamos por Mario Vargas Llosa que Isabel Preysler era una gran lectora. De novela, fundamentalmente. Por eso no fue tan extraño verla muy atenta y en primera fila el pasado martes en la presentación de la última que acaba de publicar en España el escritor y ex embajador de Chile en Madrid Roberto Ampuero. Político liberal y ex canciller del último Gobierno de Sebastian Piñera, Ampuero e Isabel Preysler se conocieron hace algunos años precisamente gracias a Vargas Llosa, amigo del novelista chileno, con el que comparte, además de su pasión por la literatura, una similar trayectoria política e ideológica.
Aunque 17 años más joven que el Premio Nobel peruano, Ampuero tuvo también un pasado comunista. Nacido en Valparaíso en 1953, con apenas 19 años, tras el triunfo del golpe de Estado del general Pinochet, inició un exilio que lo tuvo separado de su país más de dos décadas y que le llevó a Alemania (vivió a ambos lados del Muro) y a Cuba, donde conoció de cerca el caso Padilla y la incipiente represión del régimen de La Habana a los intelectuales que se negaban a seguir las directrices de Fidel Castro. De aquella experiencia nació el texto autobiográfico Nuestros años verde olivo, y de su desoladora estancia en la Alemania comunista, Detrás del muro.
Nunca volveré a Berlín, la novela que presentó en Casa América de la mano del ex secretario de Estado de Cultura José María Lasalle, y a la que Isabel Preysler acudió acompañada de los Amusátegui (el banquero José María y Amalia, su mujer), no es exactamente autobiográfica pero sí incluye elementos reconocibles de su trayectoria vital. En el relato, que incluye una historia de amor frustrada por la dictadura comunista, se ficcionan las últimas semanas de vida del dictador de la RDA Erich Honecker, que falleció hace ahora 30 años en Santiago de Chile, sin arrepentirse de nada y orgulloso de haber implantado el socialismo real en la Alemania del Este.
De indudable carácter anticomunista, la novela, que puede leerse como un thriller político que tiene como telón de fondo la Guerra Fría, es también una reflexión sobre el desgarro emocional que provocan los regímenes totalitarios como el de la RDA, que convierten a sus ciudadanos, que son víctimas de un régimen de terror, en colaboradores de la propia dictadura a través de una intrincada red de espionaje entre los miembros de las propias familias.
Sin embargo, las novelas de Ampuero que más le gustan a Preysler, según confiesa el propio autor, que pese a la ruptura de la relación entre la socialité con el escritor peruano él y su mujer siguen manteniendo una buena relación de amistad con ella, son las que forman parte de una saga de hasta ahora ocho novelas protagonizada por Cayetano Brulé, un detective cubano emigrado a Florida que se ha convertido en todo un éxito mundial y uno de los personajes de ficción más conocido en Chile.
Al acto acudió también la hermana de Sebastian Piñera, Magdalena, que iba junto al mandatario chileno en el helicóptero siniestrado en el que éste perdió la vida el pasado mes de febrero. Ella, sin embargo, no pudo acompañar al autor y a algunos de los invitados, entre los que estaba Preysler, a una cena que tuvo lugar al final del acto.