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El duque de Alba ha cumplido 76 años y lo ha celebrado de una manera muy especial. Con sus dos hijos, Fernando y Carlos, y sin rastro alguno de sus mujeres. Carlos Fitz-James y sus herederos disfrutaron de una comida íntima en uno de los restaurantes asiáticos mejor valorados de Madrid: el Tse Yang Villamagna, ubicado cerca del Paseo de la Castellana de la capital.
Es uno de los más exclusivos de Madrid, y en su carta destacan tres menús cuyos precios oscilan entre los 65 y los 88 euros por comensal, con algunos platos tan especiales el mushi de langosta, el pato con salsa de jengibre y el buey con salsa de ostras.
Acostumbrados al estilo clásico del duque de Alba, que no sele prescindir del traje y la corbata, ha llamado la ayención su indumentaria tan sport: camisa de lino azul cielo, pantalón marino y unos náuticos a tono. El aristócrata se mostró cercano con la prensa, pero se blindó cuando fue preguntado por la actualidad del Rey Juan Carlos y todo lo relacionado con Bárbara Rey, mostrándose firme en su apoyo a Juan Carlos I: "Mire usted, el Rey tiene tantas virtudes y ha hecho tanto por España que yo no hablo de chismes".
La discreción es una de las bases sobre las que gira la vida social del duque de Alba y sus hijos, aunque tanto Carlos como Fernando gozan de una gran popularidad. Sus mujeres, Belén Corsini y Sofía Palazuelo, están consideradas como dos de las socialites más estilosas y mejor vestidas de nuestro país, y cada aparición suya genera decenas de titulares.