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Los hermanos Carlos, Cayetano y Fernando Martínez de Irujo, juntos en el décimo aniversario de la muerte de la duquesa de Alba, sin Jacobo ni Eugenia

Alfonso Diez no faltó a la misa en su recuerdo, en la que el sacerdote Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp destacó la figura de la duquesa y lanzó algunos mensajes enfocados a la unión de la familia

Cayetano Martínez de Irujo y su hermano, Carlos Fitz-James, duque de Alba.
Cayetano Martínez de Irujo y su hermano, Carlos Fitz-James, duque de Alba.GTRES
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Sevilla se echaba a la calle el 20 de noviembre de 2014 para despedir a quien fue como una madre para tantísimas personas. Fallecía Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, XVIII duquesa de Alba.

Desde entonces, cada año, su hijo Cayetano Martínez de Irujo, duque de Arjona, ha encargado una misa en el templo de la Hermandad de Los Gitanos, en donde reposan los restos de la duquesa.

Este décimo aniversario de su fallecimiento ha sido especial. Cayetano llegaba el primero con su novia, Bárbara Mirjan, siempre discreta. Poco después, quizás por tratarse de una fecha clave, llegaban sus hermanos Carlos, duque de Alba, y Fernando, marqués de San Vicente del Barco.

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La imagen esperada se produjo, aunque quizás menos efusiva de lo esperado. Cayetano y Carlos se saludaban con un apretón de manos. El duque de Alba entraba con rapidez en la iglesia. Seguido de Cayetano, en todo momento pendiente de su hermano. Quizás no tanto al revés.

"Para mí, hacerle un homenaje al año es lo menos que ella se merece -afirmaba Cayetano-. Ella estará muy contenta", decía en referencia a la presencia de Carlos y Fernando.

"Yo estoy muy contento también, sobre todo por mi madre. Creo que tenemos la gran suerte de haber nacido en una de las familias más importantes de España y del mundo, de haber tenido una educación privilegiada, dentro de los vaivenes que hay en la educación como en todas las familias y, sobre todo, de haber heredado. Hay muy poca gente en el mundo que hereda. Nosotros, dinero no porque no había, pero sí propiedades. Es lo mínimo estar eternamente agradecidos".

Alfonso Diez, viudo de la duquesa de Alba.
Alfonso Diez, viudo de la duquesa de Alba.GTRES

Los hermanos se repartieron los enseres de su madre, "un recuerdo único, porque fue una mujer única. Ha sido el personaje femenino más relevante en todos los aspectos de la sociedad española en el siglo XX y principios de XXI. Y, sobre todo, hemos heredado de ella grandes valores. Tenía una inteligencia natural fuera lo normal. Yo he aprendido tantísimo de ella... Sobre todo, en esos últimos cinco años en los que gestioné todo con ella. Fue un aprendizaje que me ha quedado de por vida".

Sobre un posible acercamiento familiar, dijo que "Dios dirá, pero ojalá. Yo siempre he estado abierto. Jamás he tenido ningún problema. Todo mi problema ha sido haber sido el escogido por mi madre, el escogido y el valorado, y el reconocido, porque hice una grandísima labor y una donación; eso es todo mi pecado para la situación que he vivido posteriormente".

Sobre su hermana Eugenia, que no asistió -pero sí puso en sus redes sociales que no necesita ir a misa para recordar a su madre-, Cayetano comentó que "ella siente las cosas de una forma muy peculiar. Yo la respeto. Por supuesto, no lo comparto. No puedo decir más".

Pero añadió que "eso es lo que dice siempre. Que cada uno que lo interprete como quiera. Tras la muerte de nuestro padre, estuvimos al menos diez años haciendo una misa por él en Loeches. Él murió muy pronto. Éramos muy jóvenes los tres pequeños. Pero, gracias a Dios, nuestra madre nos ha dado muchos años de vida, nos ha dado mucho, y una herencia de la cual podemos vivir, unos de una manera, otros de otra... Yo estoy personalmente intentando no sólo ponerla en valor, sino duplicarla, sin dinero, aprendiendo a ser empresario, de una forma dura, con dinero prestado de los bancos. Y estoy muy orgulloso de ello y de lo que me ha dado".

Sobre su hermano Jacobo fue muy escueto: "Mi hermano Jacobo no sé quién es", dijo.

Cayetano Martínez de Irujo y su novia, Bárbara Mirjan.
Cayetano Martínez de Irujo y su novia, Bárbara Mirjan.GTRES

Todo lo contrario, sobre el viudo de su madre. "Creo que ha quedado muy claro que ha sido un grandísimo marido, una grandísima persona, un gran señor, y además hizo feliz a mi madre en sus últimos años de vida. Ella se bajó del trono, me dio a mí la responsabilidad de su patrimonio, que es lo más importante de su vida, y quiso disfrutar con un hombre excepcional, que se llama Alfonso Diez".

Entre las ausencias, la de los hijos de Cayetano, Luis y Amina, y de su ex mujer, Genoveva Casanova. "No han podido venir. Los niños están en Londres. Amina me ha escrito un mensaje muy bonito, diciéndome que siente mucho no poder estar conmigo aquí hoy, y que me manda todo su amor. Luis trabaja tanto que yo creo que no ha tenido ni tiempo de pensar".

Comenzó la misa, oficiada por el sacerdote y amigo de la Casa de Alba, Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp. Y, tras el Evangelio -el mismo que pronunció hace diez años en el funeral de Cayetana-, dijo una homilía en la que las palabras parecían estar muy estudiadas. Daba la impresión de que intentaba lanzar a los hermanos mensajes de unidad.

Fernando Martínez de Irujo.
Fernando Martínez de Irujo.GTRES

En primera fila, en el mismo banco, de izquierda a derecha, Carlos, Alfonso Diez, Cayetano y Fernando. El duque de Arjona cruzó algunas palabras con su hermano mayor antes del comienzo de la misa.

Junto al mausoleo, dos coronas de flores, una en la que se leía 'Cayetano, Bárbara y familia'.

El sacerdote recordó la figura de Cayetana de Alba. "Se dio a su familia y a los demás, y ha dejado una huella indeleble en cada uno de nosotros, por muchos años que pasen".

"Ella nos daba la otra versión de la vida. Aquélla que calentaba tu mano, que te regalaba una sonrisa. Era graciosa, dicharachera y buena confidente, siempre estaba al otro lado del teléfono cuando se la necesitaba".

Dijo que "cuando la muerte nos ha golpeado, a todos nos ha cambiado el rumbo. Pero ella era exactamente lo contrario a lo que significan la pena, la tristeza y el pesimismo de la muerte. Porque era la explosión de la vida en toda la extensión de la palabra. Y hay gente que, avinagrada y cariacontecida, anda amargando la vida a los demás. Les haría falta de vez en cuando un poquito del positivismo y de la explosión de vida que significaba Cayetana".

El duque de Alba.
El duque de Alba.GTRES

Afirmó también que "su recuerdo sigue siendo imborrable, vemos que los años pasan volando, y nos encontramos con que hay gente que la necesita y no la encuentra. Verdadera nobleza del corazón con el que ella impregnaba todo y se hacía presente".

Recordó cómo hace diez años la familia "estrechaba manos de gente desconocida que les daba el pésame, gente que se sintió huérfana porque le faltaba ella. Era el sentir de los más humildes y sencillos, a los que ella atendía". Personas anónimas y asociaciones como las de la Esclerosis Múltiple, Nuevo Futuro, Cruz Roja, el Banco de Alimentos, la Hermandad de Los Gitanos, las monjas de los conventos a las que arreglaba el techo cuando se les caía... "O aquella señora a la que le arregló la cocina sin que nadie lo supiera".

Curro Romero, en el centro de la imagen.
Curro Romero, en el centro de la imagen.GTRES

Animales, artistas de todo tipo a los que promocionó, el propio servicio de la casa, los gitanos... "Todos notan su ausencia".

Y lanzó lo que parecía otro claro mensaje: "La Casa brilla, y tiene que seguir brillando, como con Cayetana".

"Original, valiente, cumplidora, tradicional, moderna, artista, única". Y terminó pidiendo "quédate con nosotros, Cayetana, porque eres el referente, el ancla que sostiene la nave inmensa de todo lo que abarcabas. Y esta barca es muy grande porque en ella estamos todos. Te lo piden tus hijos, tu marido, tus amigos, tus nietos, y aquellos tantos que cuidaste como si fueras su propia madre".

Carmen Tello.
Carmen Tello.GTRES

Al finalizar la misa, y tras nombrar a los seis hijos de la duquesa, el sacerdote pareció dejarlos algo descolocados: los invitó -y consiguió- a que ellos tres y Alfonso Diez se acercaran al altar para cantar con todos los asistentes la Salve en latín a la Virgen de las Angustias, con la presidencia de Nuestro Padre Jesús de la Salud.

Después, cada uno de los hermanos salió del templo por su lado.

Entre los asistentes, Isabel de León marquesa de Méritos -autora de la inscripción de la lápida-; los condes de Peñaflor; Loli Reina -hermana de la gran Juana Reina-, Tomás Terry y una de las grandes amigas de la duquesa, Carmen Tello, con su marido, Curro Romero -ayudado por el doctor Francisco Trujillo-.