El abogado Cándido Conde-Pumpido Varela, de 42 años, detenido y puesto en libertad hace nueve días por una presunta agresión sexual a una mujer de 36 años, fue ingresado de nuevo el pasado viernes por la noche en un centro psiquiátrico de Madrid. Una ambulancia del Summa escoltada por el Cuerpo Nacional de Policía acudió a su domicilio en el barrio de Canillejas y le evacuó a una unidad especializada de un centro sanitario madrileño, según han confirmado fuentes médicas. La novedad de este traslado es que se trataría de una orden judicial a petición de un familiar directo, según fuentes policiales. Su letrado asegura que el estado de salud de su cliente "era delicado, por lo que se pidió al juzgado de guardia su orden de ingreso en un centro psiquiátrico".
El pasado domingo 5 de noviembre, Cándido Conde-Púmpido Varela fue puesto en libertad después de pasar varias horas en el calabozo tras ser denunciado por participar en una presunta agresión sexual a una prostituta brasileña la madrugada del pasado viernes en Madrid. Ya el pasado martes sufrió una crisis de ansiedad y estuvo de nuevo en el hospital durante algunas horas.
Cándido Conde-Pumpido Varela atribuye a un «montaje» el suceso que le llevó a pasar dos días en el calabozo, después de que una mujer brasileña lo acusara de violarla -junto a otros dos hombres- en su chalé de Madrid.
Sin embargo, 48 horas después de que la Policía detuviera al abogado y a los otros dos jóvenes, la magistrada no dio validez a su versión. El letrado puso sobre la mesa los vídeos de las cámaras de seguridad de su casa de la zona de Canillejas, en los que se observa a ambos, aunque sin la presencia de los otros dos hombres. En su auto, la juez hacía una fotografía de la secuencia de los hechos a partir de los fotogramas y señaló que las grabaciones desvirtuaban las denuncia de la víctima de la agresión sexual.
«En dichas imágenes se ven distintas dependencias de la casa a lo largo de toda la madrugada del pasado viernes. Y en las mismas no aparecen en ningún momento los denunciados, ni se visualiza tampoco ninguna situación similar a la descrita por la denunciante». «Por el contrario -prosigue-, se ve en dichas imágenes a la mujer situada en distintas dependencias de la casa (cocina, dormitorios y parte exterior) en compañía de Cándido Conde-Pumpido unas veces y sola en otras ocasiones. Específicamente puede observarse a la denunciante y al denunciado en uno de los dos dormitorios durante varias horas, entrando y saliendo, bebiendo, etc., sin que pueda adivinarse ninguna situación coincidente con el relato de los hechos por ella mantenido». «En consecuencia, no se estima que concurran los requisitos exigidos para la adopción de una medida restrictiva», concluía para acordar su libertad sin ninguna medida cautelar.
El letrado de Conde-Pumpido, Ricardo Álvarez-Ossorio, insistió en distintas intervenciones en los medios de comunicación que su cliente y la denunciante se conocieron en una fiesta días antes y que el motivo por el que ella le denunció podía obedecer a una suerte de vendetta. Aseguró que iba a presentar una denuncia falsa contra la mujer y que había pruebas para demostrar que la supuesta víctima se inventó todo tras ser expulsada de la casa por Cándido. La mujer, sin embargo, mantiene que fue agredida sexualmente y que el abogado perdió esa noche el control tras mezclar varios fármacos con algunas sustancias estupefacientes. Además, contó la mujer que durante esa noche su madre le llamó por teléfono y le preguntó por que no había ido al psiquiatra.
El caso está en manos de las UFAM (Unidades de Atención a la Familia y Mujer) de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, cuyos agentes fueron los que tomaron declaración a la supuesta víctima que denunció la violación múltiple. Los funcionarios llevaron a la joven al Hospital de La Paz, donde se activó el protocolo agresión sexual.