La vida es una sucesión de imprevisibles dobleces de guion. Y María Caso (Madrid, 1998) se topó con uno de ellos el 28 de septiembre de 2023. Una fecha intrascendente para cualquier almanaque que, por accidente, resultó la de su salto a la primera línea de la política municipal. «Salí a dar un paseo con mis perras y, de repente, vi 13 llamadas perdidas de mi pareja. Pensé que había pasado algo y cogí el teléfono». Y vaya que si pasó. En aquel primer pleno de la legislatura, su compañero en el PSOE Daniel Viondi, propinó una suerte de caricia en la cara al alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y el terremoto interno en el Grupo Socialista madrileño desembocó en que, con sólo 25 años, Caso se convertía en la concejala más joven del Ayuntamiento de Madrid. «Ella (su pareja) me explicó lo que pasó en el Pleno y luego ya fue todo muy rápido. Ojalá no hubiera sido en esas circunstancias, pero ocurrió así. Fue totalmente inesperado».
Cita a GRAN MADRID en su menudo despacho de su grupo municipal, en la calle Mayor. «La noticia es que sólo haya una persona menor de 30 años en el Ayuntamiento. A mí me parece que las instituciones tienen que abrirse a la juventud porque cambiamos la realidad». Le separa, por ejemplo, medio siglo de existencia con Félix López-Rey (1948), de Más Madrid. «¡Uf! No había echado esas cuentas. Es una riqueza absoluta que la cámara que nos representa a todos los madrileños y madrileñas tenga personas de la generación de Félix, que han construido la democracia que tenemos hoy. Las personas de mi generación estamos llamadas a conservar esa democracia y a defenderla frente a quienes desde dentro quieren acabar con ella. Ese es mi modo natural de estar en el mundo».
- ¿No le da cierto vértigo?
- Al contrario. Yo muchas veces me dedico a desmitificar a los partidos. Sé que hay muchísimo miedo por parte de compañeros de mi generación a entrar en política, porque puede implicar una mancha en tu expediente profesional. Los partidos políticos tienen determinadas dinámicas que te pueden hacer querer salir de esto... Pero si no entramos, si no le damos una oportunidad... Realmente se tiene en cuenta nuestra voz y que yo esté aquí es un ejemplo.
La distancia, no sólo generacional, sino sobre todo política, también es visible con el concejal de Vox Fernando Martínez Vidal (31 años les separan). Con él coincide y debate en las comisiones de Cultura. «Es el único de Vox con el que tengo una relación más cercana. Muchas veces le he dicho que se ha equivocado de partido político», desliza, medio en broma, medio en serio. Y recuerda que una de sus propuestas, la de la salud mental, recibió el apoyo de ese partido, pero no del Partido Popular.
Le ocurre a la concejala más bisoña del Palacio de Cibeles, también una de las más jóvenes que ha pisado el Ayuntamiento, que a sus 27 años nunca ha visto al PSOE gobernar la capital ni la Comunidad.
- ¿Le encuentra explicación?
- El PP ha hecho de Madrid su foro preferente. Han logrado que personas progresistas de la región prefieran llevar a sus hijos a un colegio privado. O que vean normal tener un seguro sanitario para ser atendidos más rápidamente. Han podido cambiar la mentalidad en este tiempo.
- ¿Alguna culpa tendrán también ustedes?
- La autocrítica que hay que hacer es ser conscientes de que Madrid tiene una mayoría progresista, porque España es progresista. No está bien que el mismo partido gobierne 27 años en una misma región, hay que levantar la alfombra para mejorar las cosas. En la ciudad de Madrid sí que tuvimos un Gobierno de izquierdas.
- Pero la apuesta fue por Más Madrid y no por el PSOE.
- Se apostó por un icono que era Manuela Carmena, referente para todos y todas. Tuvo que ver con la cola del movimiento 15M, que ha cambiado la historia de nuestro país, y del que yo me siento hija. Lo considero muy positivo, aunque no sé si compartiré la misma valoración con todos mis compañeros de partido. Yo milito en el PSOE por un análisis muy racional que hice antes de dar el paso, cuando lo normal era hacerlo en otras fuerzas. Hay que animar a la gente a que milite en otros partidos.
"Al principio salía desmoralizada del Ayuntamiento..."
Ha pasado año y medio de aquel aterrizaje forzoso, y María, una de las 10 alfiles de Reyes Maroto, acaba de ser nombrada secretaria de organización del PSOE en Barajas y es portavoz adjunta de la Comisión de Cultura, Turismo y Deporte. Sin embargo, aún trata de quitarse el susto por sus primeras aventuras en unos plenos cargados de tensión. «Al principio salía desmoralizada. Muchas veces me lo llevaba a lo personal. El ambiente que se respira es tan complejo que... Ojalá no ocurrieran este tipo de situaciones», admite, recordando el episodio de su compañero Daniel Viondi. Y añade: «He visto violencia verbal en el Ayuntamiento y nadie deja el acta por ello. Muchas veces el tono crispado y el enfrentamiento que vemos aquí no es ni el que tiene ni quiere la sociedad fuera».
Es habitual que el PP señale a Reyes Maroto, ex ministra y portavoz socialista en el Consistorio, además de quien apostó por Caso, como el germen de esa bronca que es triste rutina desde que arrancó el curso.
- ¿Está de acuerdo?
- La política es muchas veces es discurso y narrativa. Y el PP tiene la capacidad de darle la vuelta a todo, a pesar de que la realidad sea tozuda. Invito a que la gente vea los plenos, que son abiertos, para que sepan quién crispa. La ciudadanía alucinaría con las cosas a las que ha dicho que «no» Almeida, desde luego no tiene nada que ver con Reyes, que ha aportado propuestas desde el primer día.
- Quizás aquellas declaraciones sobre la gestión de la pandemia, donde habló de «asesinatos», no ayudó.
- Son declaraciones de una persona que a lo largo del día tiene muchos micrófonos puestos. Fue una equivocación y se retractó. El PP no quiere hablar de aquel protocolo con las residencias, sólo de unas palabras que fueron un error.
- Reyes Maroto se ha visto salpicada por el caso Ábalos. ¿Les ha afectado?
- La política es condición humana. Y los mismos vicios que existen en cualquier otro espacio, existen en la política. Incluso más. Lo último que tenemos que hacer como demócratas es poner en duda a las instituciones. Creo profundamente en la justicia y, sea de donde sea, quien haya cometido un delito que lo pague. No hay nada a día de hoy contra el Partido Socialista del Ayuntamiento.
En 2020, durante aquel triste otoño de pandemia, Caso recibió el primer Premio Talento Joven, en modalidad de Solidaridad, de manos de Isabel Díaz Ayuso, de la que le separa una distancia sideral. No obstante, es uno de los rostros femeninos con más impacto en la política actual.
- ¿Qué le falta a España para ver a una presidenta del Gobierno?
- La transformación más importante en las últimas décadas ha sido feminista. Conseguir que las mujeres estemos en los espacios de toma de decisiones. Hemos estado relegadas al ámbito doméstico y de los cuidados durante siglos, por lo que aún queda camino por recorrer. En política y en los partidos, también. A varios líderes de izquierdas se les ha caído el discurso entero porque también son misóginos. Nos tiene que hacer reflexionar que el patriarcado y el machismo está impregnando todas las estructuras. Y los partidos no son una excepción.
"Jamás votaré al PNV ni a Junts ni a Vox"
María habla con la misma pasión de los asuntos que afectan a Madrid -«si tienes que hacer excepciones con absolutamente todo para que se produzca, por ejemplo, una competición de Fórmula 1 o los conciertos del Bernabéu es porque no están hechas bien las cosas»- que de los de la política nacional. De esas piezas imprescindibles para el pacto progresista que son Junts y el PNV. «Yo jamás les votaré. Jamás. Ni a Vox ni a Junts ni a ninguno de estos partidos. Pero si los acuerdos respetan los derechos humanos y las líneas básicas del PSOE, se pueden llegar a pactos con ellos. Las líneas rojas se tienen que hacer sobre los acuerdos».
Aunque acaba de llegar a esa primera línea política municipal, el futuro, imprevisible como ella bien ha podido comprobar, está siempre acechando a la vuelta de cualquier esquina. De cualquier pleno.
- ¿Cuánto se ve en política?
- El tiempo que sienta que puedo seguir cambiando cosas y aportando. Cuando eso no ocurra, me iré a seguir transformando la realidad. No sé cuánto tiempo estaré, pero sí tengo claro el momento de irme.
- ¿Es más difícil saber llegar o saber marcharse a tiempo?
- Las dos cosas. La ciudadanía debería pasar por esto. Rebajaría mucho la desafección política actual y nos daría responsabilidad como ciudadanos. Es tan importante decidir dar ese «sí», como dar un paso a un lado. En mi caso, creo que sabré dar ese paso muy bien.
Eso el tiempo lo dirá.