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Mi�rcoles, 13 de septiembre de 2006. Actualizado a las 17:52 (CET)
 ESCAPADAS
Santo�a
La capital mundial de la anchoa
La villa marinera de Santo�a, que se encuentra en plenas fiestas patronales, posee una de las reservas naturales m�s importantes del litoral cant�brico
Mar Junco

[foto de la noticia]

El pueblo pesquero de Santo�a, en Cantabria, es la capital mundial del bocarte de salaz�n, m�s conocido como anchoa. Pero tambi�n es la poblaci�n que da nombre al humedal m�s extenso e importante para las aves acu�ticas de todo el litoral cant�brico. Esta peque�a ciudad en la desembocadura del r�o As�n -que se encuentra en plenas fiestas patronales - re�ne, adem�s, much�simos otros atractivos tur�sticos que bien vale la pena descubrir.

Santo�a es uno de las villas marineras con m�s tradici�n de Espa�a. Enclavada al pie del emblem�tico Monte Buciero, se halla casi completamente rodeada por el mar. Siglos atr�s era un t�mbolo, es decir, una pen�nsula unida a tierra s�lo por un istmo de arena, la Playa de Berna, que en las grandes pleamares quedaba completamente sepultado por las aguas.

Se sabe que esta reducida zona costera fue un asentamiento del hombre prehist�rico y, posteriormente, los romanos tambi�n utilizaron Santo�a como puerto, hasta tal punto que se lleg� a creer durante a�os que era el Portus Victoriae que ahora se ubica en Santander.

Durante la Edad Media, la villa se convirti� en uno de los centros pol�ticos y religiosos de Trasmiera, teniendo como n�cleo la iglesia de Santa Mar�a del Puerto. De esta �poca quedan numerosas muestras de monumentos y edificios repartidos por todo su pintoresco casco antiguo.

La venerada Virgen del Puerto es la patrona de la ciudad y entre el 6 y el 16 de septiembre se celebran las fiestas en su honor. Se la conoce con los apelativos de la Virgen Marinera, la Morenuca e Indiana y ostenta el t�tulo de capitana general. Dice la tradici�n que la Virgen del Puerto fue llevada en el viaje del Descubrimiento de Am�rica por Juan de la Cosa y que la nao capitana recibi� el nombre de la 'Santa Mar�a' por llevar esta imagen a bordo. Se trata de una hermosa y peque�a talla (siglos XII-XIII) realizada en madera policromada. Responde al modelo de Virgen Majestad rom�nica, sentada con el ni�o Jes�s en sus rodillas. Hoy la estatua puede contemplarse en el altar de la iglesia de Santa Mar�a del Puerto.

El Ayuntamiento de Santo�a tiene previsto un completo programa de festejos para estos d�as, en los que destacan los fuegos artificiales desde el Fuerte de San Mart�n, a las 0 h. del s�bado 9, la popular regata de traineras en la bah�a, a las 12.30 h. del domingo 10, y la Gran Marmitada del martes 12, a las 19 h., en Campa del Glacis.

Sabor marinero

Santo�a, habitada por gente acogedora y sencilla, bien merece un paseo por sus calles de aut�ntico sabor marinero. Caminar por el borde de su pintoresco muelle pesquero es un verdadero placer. Entre sus diques se alza el Mirador de las Marismas, cuya atrevida arquitectura se asemeja a la proa de un barco. Desde all� es posible contemplar los vistosos y numerosos cormoranes, grandes gaviotas patiamarillas y reidoras, colimbos, araos y alcas, mientras, de reojo, se observa la imponente Playa de Salv� de la vecina Laredo, al otro lado de la r�a, donde los enormes edificios de apartamentos contrastan con la sobriedad y sencillez de Santo�a.

Desde el punto de vista patrimonial, el municipio atesora notables ejemplos de arquitectura civil, como la Casa de Maeda, conocida popularmente como Casa del Marqu�s de Chiloeches, la Casa del capit�n Antonio Ortiz del Hoyo y el Palacio y el Instituto, mandados construir por el Marqu�s de Manzanedo.

Rutas por el norte

Otra de las alternativas que nos ofrece la ciudad es la visita al emblem�tico Monte Buciero, una mole calc�rea que se alza frente a la desembocadura del As�n. No alcanza demasiada altitud, pues culmina en los 378 metros de la Pe�a Ganzo, pero al levantarse desde el mismo mar forma imponentes acantilados, sin duda los m�s espectaculares de la costa c�ntabra. Por sus numerosas sendas se�alizadas es posible visitar los dos peque�os faros -el Pescador y el del Caballo - y varias fortificaciones militares de los siglos XVIII y XIX -Fuertes de San Mart�n, San Carlos y Napole�n-, edificadas sobre el llamado Castillo de Torrecilla, de tiempos de Felipe II. Estas bater�as castrenses constitu�an la primera barrera defensiva para hacer frente a las tropas enemigas que pretendieran irrumpir en la bah�a.

Esta representativa colina tiene un enorme valor ecol�gico con un cuerpo vegetal extra�o pero valios�simo: un encinar costero cant�brico. Es, sin duda, una de las mayores riquezas con que cuenta la villa. Una de las m�s bonitas rutas que propone este entorno es la que recorre la extensa Playa de Tregand�n hasta su final, la Punta del Brusco, una emblem�tica barrera natural a la que se asciende para bajar por otra ladera hasta la Playa de Berria.

El Monte Buciero separa las localidades de Santo�a y de Noja, otro importante n�cleo tur�stico de la costa cant�brica que posee playas espl�ndidas que cada a�o reciben miles de visitantes. La villa de Noja cuenta, adem�s, con un interesante conjunto monumental que atestigua su noble pasado, destacando la casona del Marqu�s de Velasco, adosada a la antiqu�sima Torre del Castillo, que data del siglo XIV. Representa uno de los testimonios m�s directos de las guerras de bander�as que en el siglo XV enfrentaron a los principales linajes de Cantabria.

Riqueza medioambiental

Sin embargo, si hay realmente algo que una a estas dos emblem�ticas villas marineras es la Reserva Natural de las Marismas de Santo�a, Victoria y Joyel, cuya enorme riqueza medioambiental supone un verdadero placer para los sentidos. Ahora bien, el viajero no debe esperar encontrarse con territorios v�rgenes y libres de la presi�n humana. S�lo as� disfrutar� de las marismas de Bengoa pese a las dos carreteras que la rodean en Santo�a.

Todos los inviernos llegan hasta aqu� miles de aves en busca de climas m�s propicios. As�, las 4.341 hect�reas de la reserva son el principal enclave del norte peninsular para la invernada de especies acu�ticas. Las r�as del Tetro y el As�n contienen limos intermareales, prados salinos, lagunas permanentes, arenales y playas donde cr�an, invernan o recalan durante su migraci�n m�s de 20.000 ejemplares de 120 variedades diferentes.

Es relativamente sencillo conseguir avistar parte de este contingente alado desde los numerosos observatorios y miradores repartidos por toda la reserva. Las marismas constituyen uno de los mejores lugares para contemplar los pasos migratorios de aves como alcatraces, pardelas o pai�os, que rara vez se acercan a la costa.

DIRECCIONES DE INTER�S

Oficina de turismo de Santo�a: 942 66 00 66 y www.aytosantona.org.

Ayuntamiento de Noja: 942 72 25 91 07 y www.cantabriajoven.com/noja/index.html.
Ayuntamiento de Laredo: 942 60 70 31 y www.laredo.es.
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