La comunicación vía email entre dos responsables de conservatorios de la Diputación de Badajoz cuyo asunto es «hermanísimo» constituye una prueba crucial en el caso del hermano de Pedro Sánchez. Los correos entre Yolanda Sánchez y Evaristo Valentí en los que anticiparon que la plaza sería para David Sánchez Pérez-Castejón son del 19 de mayo de 2017, el mismo día que se publicaron las bases del puesto en la Diputación pacense y dos días antes de las primarias en las que Sánchez se impuso a Susana Díaz en su pugna por el liderazgo del PSOE. Si según la jueza instructora la investigación había evidenciado hasta ahora que el puesto de Coordinador de Actividades de los Conservatorios de Música fue creado ad hoc para David Sánchez, el mail localizado por la Guardia Civil acredita que en la Diputación se era perfectamente consciente de que esa plaza se adjudicaría a este por ser hermano del actual presidente del Gobierno. Por tanto, el escándalo compromete ya de forma personal al propio Pedro Sánchez, quien no puede escudarse en un victimismo que erosiona la reputación de la Justicia.
A la luz del informe de la UCO que ha destapado el correo electrónico clave, la juez de Badajoz ha citado de nuevo al hermano de Sánchez al tiempo que ha imputado al ex asesor de Moncloa que también acabó contratado en la Diputación de Badajoz, presidida por Miguel Ángel Gallardo, actual líder del PSOE de Extremadura. Ante el cúmulo de indicios del amaño de puestos en esta institución, blandir el discurso falaz de la «cacería», como insisten el Ejecutivo y el PSOE, es irresponsable. David Sánchez dimitió de su puesto hace un mes. En todo caso, la creciente sospecha de que recibió un trato de favor exige llevar hasta el final la depuración de responsabilidades.