LUNES
REAL MADRID
A estas alturas, supongo que ya se habrá enterado de que el pasado sábado le pegaron una patada a Kylian Mbappé que el árbitro no castigó con tarjeta roja. La conclusión del Real Madrid es que está siendo perjudicado por los árbitros, que hay un doble rasero, que el sistema arbitral ha quedado desacreditado, que hay una persecución al club y que la competición está adulterada.
Por supuesto, no creo que el Real Madrid se crea ni una sola palabra de lo que está denunciando. Por no hablar del esfuerzo que exige eludir que has hecho semejante denuncia para que también la lean seguidores de, qué sé yo, el Racing de Santander, el Levante o el Celta, quienes tendrían dificultades para socializar con el dolor blanco.
Tampoco creo que al Real Madrid le importe que las redes sociales se llenen de expulsiones claras perdonadas recientemente a los blancos; porque la clave de todo es que hablemos de que si el Real Madrid no pudo meterle un 0-6 al antepenúltimo (es más, perdió 1-0) se debe a la no expulsión de un tipo que le pegó en el minuto 62 una patada a Mbappé; y no a las ausencias de Vinicius, de un lateral derecho de garantías y de centrales de verdad por culpa de una pésima planificación. Por no hablar de la presión extraordinaria a la que someten a un árbitro antes de un derbi, que eso sí que es adulterar la competición.
MARTES
VOX
El Partido Popular vuelve al rescate de Vox cuando la formación de Santiago Abascal vuelve a estar herida de gravedad, esta vez por la dimisión de su líder en Castilla y León. La estrategia siempre es la misma y siempre funciona. Alejar el debate de sus peleas internas y de su gestión en los gobiernos autonómicos. Lo importante es que el Partido Popular vota con el PSOE y, por lo tanto, son la misma cosa. De ahí no los sacas, y al PP, pues tampoco.
JUEVES
MÚSICA
Inevitable el chascarrillo de que el hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se va con la música a otra parte. La provincia de Badajoz pierde musicalmente algo que todavía está por descubrir, ante la imposibilidad de David Sánchez de explicarlo. El músico abandona su plaza, no porque sea culpable de que se la dieran a dedo, sino por sus esfuerzos en sede judicial para que lo pareciera.
El Gobierno pone banda sonora a su marcha, con todos sus greatest hits: «fachosfera», «máquina del fango» y «jauría ultraderechista»; a los que ahora incorpora «puros en áticos opacos». Para el ministro de Justicia, Félix Bolaños, hay un montón de gente que le tiene que pedir perdón a David Sánchez, suponemos que porque con su marcha, ya se ve libre para redactar las sentencias del Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz, salvo que, debido a su escrupuloso respeto a la justicia, crea que deban pedir perdón por fastidiarle el chiringuito.
VIERNES
JENNI
Ya sé que es el juicio de Jenni Hermoso, pero a mí sólo se me viene a la cabeza la Infanta Sofía. Intento pensar en el beso, pero sólo veo a la Infanta en el palco, mientras Rubiales se rascaba la huevada. Y mira que ya era raro que este hombre siguiera al frente de la Federación Española de Fútbol mucho antes de llevarse la mano a la entrepierna.
La declaración de la Infanta habría sido la más pertinente de todo el juicio. La única que pudo haber escuchado el presunto: «¿Un piquito?» que dice Rubiales que le soltó a Jenni. Un grave error, porque las imágenes confirman que cualquier cosa que le preguntara, lo hizo tapándole las orejas.
Habría que preguntarse también por los daños provocados a la menor de la Casa Real, que para eso también hay otra denuncia. Supongo que la muchacha se enteraría por la tele de lo que pasó a su lado en el palco, y la veo en casa mirando a Luis Rubiales con la misma cara que los espectros en las fotos antiguas a Iker Jiménez.
Ahí empieza el trauma, cuando te lo cuentan. Nada que ver con lo de Jenni Hermoso, que, de acuerdo con su declaración, la cosa fue muchísimo más leve de lo que todos vimos a simple vista, que ya era leve. Jenni no tiró de pucheros, histrionismos, ni paja para explicar unos hechos donde, lo peor del beso, fue el postbeso. Un hombre puede llegar a besar a una mujer sin permiso y sin que le pase nada, pero jamás saldrá impune de obligarla a decir lo que no quiere.