«Sí, he preguntado en relación con esos contratos y han seguido los procedimientos de contratación habituales. No hay nada en esos expedientes de contratación que me ha haya hecho pensar la existencia de ninguna ilegalidad. Si yo la hubiera detectado, no tenga ninguna duda de que hubiera procedido a formular la denuncia correspondiente». Palabras de Óscar Puente, ministro de Transportes, ante una comisión de investigación del Senado en noviembre de 2024. El mes anterior, ante una pregunta similar del Congreso, su Ministerio respondió por escrito que Jéssica «asumió las funciones de personal administrativo cumpliendo con los requisitos establecidos». Ya ven que las auditorías en el Ministerio de Transportes funcionan tan bien como los protocolos contra el acoso sexual en Podemos.
Jéssica confirmó ante el Supremo que estuvo contratada en Ineco y que cobraba puntualmente su sueldo pese a no realizar función alguna para la empresa. Contó que no se le exigieron más méritos que saber leer y escribir, y me parece bien, porque no parece que a los ministros del ramo se les haya exigido mucho más. El actual, Óscar Puente, lince de las auditorías y garante del buen uso del dinero de todos, tuvo el descaro de insultar a Ketty Garat, la periodista que publicó las exclusivas sobre Jéssica hoy confirmadas como verdades judiciales. Para adornar la soflama, se refirió a su medio (The Objective) como The Ojete, entiendo que para honrar el llamamiento de su presidente a elevar el nivel de la conversación pública.
Es lógico que el ministro se revuelva; a la luz de los hechos, sólo puede ser un incompetente, incapaz de detectar lo evidente, o un embustero que hace lo posible por ocultarlo. Una pena, porque debería ser el primer interesado en depurar la reputación de su Ministerio tras una revelación escandalosa. No porque Ineco tuviera en nómina a Jéssica a cambio de nada; al contrario, lo truculento es que estaba en nómina a cambio de algo: cobraba por los servicios que prestaba a José Luis Ábalos. Por eso es un error decir que Jéssica cobraba sin trabajar; claro que trabajaba, solo que su empleador (Ábalos) pasaba la factura a los contribuyentes a través del Ministerio. Pero según parece, el actual titular no sólo no percibe mala praxis, sino que se atreve insultar a quienes denuncian el uso que hacía su Ministerio del dinero de todos.