Pregunta. Eres conocido por tu carácter mordaz. ¿Lo serás en esta entrevista?
Respuesta. Voy a ser natural, que es parte de mi esencia.
P. Hace año y medio eras un completo desconocido y ahora eres uno de los rostros más populares. ¿Cuál es la clave?
R. No lo sé. Tampoco creo que sea uno de los rostros más conocidos. Simplemente voy fluyendo con lo que va aconteciendo en cada sección.
P. ¿A qué te dedicabas antes?
R. Yo me he dedicado siempre a la tele, pero la mayoría de mi carrera ha sido detrás de las cámaras, en producción y, desde el 2022, de guionista. A partir de 2023 empecé a hacer cositas delante de la cámara.
P. Es el camino que ha seguido de Juan del Val, el marido de Nuria Roca, que también era guionista y, a raíz de la pandemia, empezó a salir en la tertulia de El hormiguero.
R. Pues sí mira, a lo mejor me pongo a escribir libros también.
P. Espero que sean mejores que los suyos.
R. Tú también eres mordaz, ¿sabes?
P. Sí... ¿Qué has aprendido de tu tía?
R. Es que mi tía son palabras mayores, ¿eh? Mi tía y esto no es peloteo, lo pienso sinceramente, es la mejor comunicadora. Si tuviese que quedarme con uno solo de sus rasgos, sería la generosidad.
P. ¿Eres el único que se atreve a criticar a la todopoderosa Ana Rosa Quintana?
R. No, para nada. En casa, no porque tiene más gente que la critica. Delante de las cámaras, probablemente sí.
P. ¿Las reuniones familiares son cordiales o hay discusiones?
R. Son cordiales. Para mucha gente es una gran señora, pero es mi tía y me ha visto nacer. Entonces, no me cuesta ningún trabajo darle un zasca delante de una cámara o con un cocido de por medio.
P. ¿Cocina bien?
R. Cocina muy bien, sobre todo, ciertos platos como son las croquetas o la ensaladilla rusa. Yo ya soy el sobrino de España. Cuando me paran por la calle me dicen: "¡Sobrino!". Ella tiene tres hijos y yo soy un poco el cuarto. Sin necesidad de llamar llego ahí a su casa y me ponen un plato más y a funcionar. La doy un zasca si toca o me lo da ella a mí.
P. ¿Alguno te ha dolido?
R. Que me haya dolido, no, pero sí que es verdad que yo tengo muy en cuenta su opinión. Para mí es un referente.
P. ¿El mejor consejo que te ha dado?
R. Que confíe más en mí, en mi criterio. Ahora viene una separación que para mí es fantástica, porque ella se va a la mañana y yo puedo crecer mediáticamente. Toca volar solo, porque yo ya tengo mi identidad. Me dice que confíe en mi talento.
P. ¿Por qué no te has ido con ella a las mañanas?
R. Igual que uno cuando está con su mami llega un momento en el que se tiene que independizar, pues ahora era el momento en el que yo me quedase por las tardes y crecer por mí mismo. Así puedo hacer mi carrera, sea larga o corta. Ahora hay que ver a Kike sin la tita.
P. Pero, ¿te ha llamado o es que te quiere perder de vista?
R. Ambas. [Carcajada]
P. Tampoco ha insistido mucho para que te fueras con ella.
R. No, pero yo la echo de menos, la quiero mucho y todo lo que tú quieras, pero creo que es un momento fantástico para que yo pudiera crecer y ser autosuficiente.
P. Dice el refrán que donde hay confianza, da asco.
R. Totalmente. Eso lo ha dicho ella muchas veces.
P. Un día llegaste a decir que su programa era una gran mierda.
R. Sí, lo dije. A ver, yo no me corto, como bien sabes, y además me divierto mucho. Por eso sigo haciéndolo. Es lo que tiene que sea una sección de improvisación. Yo opino y hay cosas que te gustan más y otras que te gustan menos. Y ese día no me gustó tanto el programa, pero hay otros días en los que me gusta mucho.
P. ¿Y cómo prefieres a Ana Rosa, por las mañanas o por las tardes?
R. Me encantaba estar con ella por las tardes porque así la veía todos los días. Por la mañana yo la veo radiante, hablando de la política, de la actualidad social que a ella le encanta y la veo en su salsa.
P. Ella es muy crítica con Pedro Sánchez. ¿Eres de la misma opinión?
R. Somos un programa muy gamberro en nuestro mundo no tiene nada que ver con la política ni nada de eso. Aquí somos más del mundo del corazón. Las noticias relacionadas con el ácido hialurónico.
P. ¿Te has pinchado alguna vez?
R. No, todavía no. Pero yo no descarto nada. Nunca se sabe. De momento no, porque es verdad que tengo una buena genética.
P. ¿Qué harías si te quisiese fichar Susanna Griso?
R. Primero tendría que haber una negociación. Yo miraría todas las ofertas, siempre que hay que verlas. No hay que cerrarse a nada en esta vida.
P. ¿De qué eres capaz por un minuto de fama?
R. No de mucha cosa. La fama me ha venido un poco por casualidad. Para mí es una consecuencia de mi propio trabajo. Pero no es un fin.
P. ¿Cuántos enemigos has hecho en los últimos meses?
R. Alguno que otro. [Ríe] Pero también es verdad que con alguno de los enemigos me he reconciliado. No hemos hecho el amor, pero ahora nos llevamos muy bien.
P. La periodista Paloma Barrientos opina que eres muy buen chico y amable en la intimidad y luego un borde y desagradable en la tele.
R. Paloma Barrientos es una mujer muy inteligente. Todo lo que dice tiene razón.
P. ¿Hay dos Kikes distintos?
R. No, para nada. Evidentemente, en mi vida real no soy todo el rato como en la tele, porque si no sería una persona insoportable. Pero la tele me encanta y me lo paso muy bien. Disfruto muchísimo también jugando con la confianza que tengo con las compañeros. Es que si no, ¡qué aburrido!, ¿no? Hay que ser un poco travieso.
P. ¿Eres un sobrino consentido?
R. Un poco.
P. ¿Cuál es el principal defecto de los colaboradores de TardeAr y de Fiesta?
R. Para mí, es fantástico porque es de lo que me aprovecho también. Que muchas veces son excesivamente respetuosos y cautelosos. Y, entonces, en ese en terreno, yo juego muy bien. Soy irreverente y ése es un terreno que ellos no tocan.
P. Tengo la impresión de que a Emma García no le caes muy simpático.
R. ¿No? Yo creo que sí. Puede ser que haya alguna cosa que no le haga gracia, pero yo le veo un brillito en la mirada cuando hablo con ella.
P. ¿Es tu nueva tita?
R. Voy a intentarlo porque es una dama de la televisión y hay que engancharse a otra tita.
P. ¿Qué es lo que más te enfada de Sonsoles Ónega?
R. Nada en especial.
P. La has llamado enanita planetaria.
R. Sí, pero no tengo nada en especial contra Sonsoles.
P. ¿Crees que ella os ha hecho competencia desleal al no poner publicidad en su programa?
R. Al final, cada cadena juega con sus estrategias y, si ellos han considerado que no tener publicidad les iba a funcionar, que, de hecho en muchos momentos les ha funcionado, es lícito. Otra cosa es que yo lo puedo utilizar para mi sección y ser un poquito travieso.
P. ¿Sonsoles te ha enviado algún zasca?
R. Ella me mencionó en una entrevista que hizo con Hola, cosa que yo agradecí mucho porque, al final, ella es una súper periodista y súper comunicadora y que alguien así se acuerde de mí, que soy un sobrinillo enchufadillo recién salido del huevo, me parece la leche. ¡Ojalá se acordase de mí más veces!
P. Pero, ¿qué te dijo?
R. No me acuerdo exactamente. Pero sé que comentó algo respecto de lo que yo había hablado en mi sección.
P. Dime el manual del buen tertuliano.
R. La naturalidad. Es lo que la gente más agradece y así me lo transmiten por la calle. A la gente le gusta que no seas como robot o que estés encorsetado. Agradecen que seas igual en casa a cuando estás delante una cámara porque se transmite a través de la pantalla. Y tener un poco de cordura, pero no muchos filtros para decir lo que piensas. Eso es algo que también se agradece porque hay una especie de embudo de lo que hay que opinar y la mayoría opina lo mismo. La gente también agradece que te diferencies.
P. ¿Cuál es el precio que tienes que pagar por arriesgarte?
R. Que, a lo mejor, algunas personas que no opinan lo mismo que tú, te pueden decir algo. Pero también hay otras que agradecen la originalidad y que seas natural.
P. ¿Has tenido que fingir que te gustaba hacer algo que no te gustaba?
R. Probablemente, sí, como cualquier trabajador.
P. ¿En antena o detrás de las cámaras?
R. Ambas.
P. Ponme un ejemplo. En antena, no. Los jefes nunca saben lo que voy a hacer.
R. ¿No tienes guion?
P. No. Cuando entro en plató, me levanto o me siento, no hay un cue ni hay absolutamente nada. Simplemente, según se ha ido conformando la sección, pues la voy vistiendo, pero no hay un diálogo premeditado ni saben absolutamente nada. Ni lo sabía Ana Rosa ni lo saben ahora Fran ni Vero, cosa que yo también agradezco porque me gusta ser espontáneo y que la reacción de las personas que me rodean sea igual de espontánea, porque si no, mi sección no tendría mucho sentido. Pero fuera como cualquier trabajador, hay veces que te apetece hacer cosas y otras, no. Pero vamos, que no soy ninguna víctima.
P. ¿Cuál es el personaje televisivo que detestas?
R. No detesto a nadie, porque si no me tendría que detestar a mí mismo. Y yo me tengo estima, entonces tengo que tener estima a los demás.
P. ¿En el colegio eras igual de respondón?
R. No, era un niño bueno, también era rápido. Siempre he comunicado y he transmitido mis emociones a través del humor y soy bastante rápido mentalmente.
P. ¿Con qué famosa tendrías un revolcón?
R. ¿Con una solo?
P. Entonces, ¿con qué famosas?
R. ¿Es que sabes que pasa? Soy un hombre recién casado. ¿Tú crees que yo puedo decirle eso a mi señora? El sofá me haría polvo la espalda.
P. ¿Y cómo va el matrimonio? ¿Has vivido mucho cambio?
R. No, porque me tiro aquí el día entero. Eso es muy malo por un lado, pero muy bueno por otro. Porque claro, cuando estoy con ella, nos amamos muy fuerte. Como estoy muy poco tiempo con ella, no da tiempo a discutir ni nada.
P. Has dicho que Bea Jarrín se pinta mucho, pero pinta poco.
R. Sí, a ver, yo con Bea Jarrín me llevo bien, muy bien.
P. No sé yo que decirte.
R. No, me llevo bien. Pero bueno, una cosa es la faceta personal y otra, la televisiva en la que yo no me callo nada, como bien sabes.
P. ¿Y ha tomado nota? ¿Empieza a pintar un poco más?
R. Sí, Bea lo hace muy bien, y además la conozco desde hace mucho. En general, los colaboradores a los que doy zascas o soy un poquito mordaz, se lo suelen tomar bien. Juego un poco con la confianza que hay. Si yo a mi tía le digo de todo, pues ¿cómo no lo se voy a decir a otros compañeros?
P. Cuéntame tu momento tierra trágame en directo.
R. Pasó más o menos a las tres semanas de empezar TardeAr. Empecé con soltura, pero, de repente, me vi en una conexión con redacción y tuvimos que parar la sección minuto y medio. Era muy novato y pensaba: "Me quiero ir". Pero es verdad que retomas, te centras y al minuto y medio vuelves otra vez porque es un directo.
P. ¿Qué le dirías a Montoya de la Isla de las Tentaciones?
R. Pues que aproveche y que disfrute mucho. A ver, yo tampoco tengo experiencia como para dar consejos, pero cuando ocurren estos mega fenómenos hay que vivir el momento.
P. ¿Y en cuanto a su relación?
R. No sé yo cómo de sanas o de tóxicas son las relaciones que fluyen en la isla, después de los cuernos. Meterme a consejero matrimonial se sale un poco de lo mío. Me encantaría poderle dar un consejo a Montoya, pero bastante tengo yo con mi propia relación matrimonial.
P. Los padres te enseñan a mirar la vida, ¿qué te enseñaron los tuyos?
R. Quedarme sólo con una cosa es complicado porque cada uno me ha enseñado muchas cosas. Mi madre, por ejemplo, me ha enseñado a ser una persona organizada y disciplinada. Y mi padre, por ejemplo, me ha enseñado a ser un buen compañero, igual que mi tía a ser una persona generosa.
P. ¿Cuál es tu personaje favorito del corazón?
R. Quedarme con uno no es sencillo. Hombre, no sé si personaje favorito, pero Pantoja da muchos momentos al programa.
P. ¿Cuál es el palo del que más has aprendido?
R. Por ponerte un ejemplo que conoce todo el mundo la enfermedad de mi tía, una persona con tanta fuerza que tira de la familia que lleva una empresa y que pase por una enfermedad que la haga tener que salirse de todo durante un tiempo largo y pasar por un tratamiento. Es algo que te toca bastante y te hace replantearte las situaciones y aprovechar cada momento y ver lo afortunado que eres.
P. ¿Cuál es la pregunta más impertinente que te han hecho? ¿Y qué respondiste?
R. En mi caso como el impertinente suelo ser yo me cuesta que me lleven al límite. Suelo tener buen encaje y es realmente complicado que algo me siente mal.