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Alvise, las elecciones europeas y el periodismo: no, la ultraderecha no nace del silencio

Alvise, las elecciones europeas y el periodismo: no, la ultraderecha no nace del silencio
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Siempre hemos defendido el pluralismo en las columnas de opinión de un periódico profesional y honrado, porque si la exactitud y la relevancia es lo importante de la parte informativa, los contrastes y las discrepancias son lo que, en la parte opinativa, ayudan a los lectores a comprender los diferentes puntos de vista desde los que se pueden valorar las noticias. Así que nos permitirán hoy discrepar de una opinión ya publicada en estas páginas.

Según esa opinión, son la pereza, o la ignorancia de una grave amenaza, por parte de los periodistas las razones de que Luis Pérez Fernández, Alvise, haya sorprendido logrando tres escaños en el Parlamento Europeo con su pequeño partido de extrema derecha. No se informó apenas sobre esta última iniciativa del dizque periodista, en realidad activista y propagador de infundios, con algún episodio judicial, y ese silencio lo lanzó al éxito.

"La absolución ofrecida por el pelotón menesteroso de escritorzuelos de periódicos propició que sus planes abarcaran la posibilidad de monetizar la influencia con dinero público", rezaba la columna. "Alvise no es la escisión de ninguna opción ideológica como no era un periódico a las afueras. Es el oportunista que ha rentabilizado la pereza de quienes debían desmontarlo".

La situación en una Europa dividida y muy sensible a las facetas más negativas de una inmigración masiva es la que propicia todo

Según esa lógica, las duras y continuadas advertencias de los medios públicos y privados de Francia y Alemania contra la xenofobia y la amenaza a las prácticas democráticas que definen a los pujantes partidos ultraderechistas deberían haber evitado su éxito electoral. Pues ya ven: fuerte subida en Alemania y tsunami en Francia, donde se han cargado al Gobierno de Emmanuel Macron. Y qué decir de Estados Unidos, donde Donald Trump puede regresar a la Casa Blanca con su estela de escándalos y de sentencias de culpabilidad.

El fanatismo de partes importantes de las sociedades, en la era de las redes sociales y del camino paralelo que ofrecen a la información y la desinformación, es lo que mueve a un Trump o, más fácilmente aún, a un fenómeno minoritario como Alvise, que es un añadido estrambótico a la pujanza del ultraderechismo renacido de Vox y de Abascal, apoyado por un núcleo igualmente estrambótico que él ha nutrido en las redes sociales.

La situación en una Europa dividida y muy sensible a las facetas más negativas de una inmigración masiva -islamistas incluidos- es la que propicia todo ello. Este cronista prefiere resaltar que, pese al avance de AfD en Alemania, en ese país y en España, donde gobiernan sendas coaliciones de izquierdas, la que ha ganado es la derecha moderada de CDU-CSU y del PP. Y que en toda la UE, no son los extremistas de derechas los que han ganado la mayoría en el Parlamento de Estrasburgo, sino los moderados del PPE. Todavía hay esperanza.