Jorge Salvador ha contado muchas veces en El Hormiguero que a Pablo Motos le gusta tener todo controlado al milímetro. Si algo no sale como se esperaba o si surge algún imprevisto, Pablo Motos sufre. Anoche, con Paz Padilla, Pablo Motos debió de sufrir en silencia, pues Paz Padilla decidió descontrolar por el completo el programa. Con Paz Padilla en un plató nunca se sabe lo que puede pasar. Anoche, Pablo Motos lo vivió en sus propias carnes.
Describió anoche Pablo Motos a Paz Padilla como una show woman, y no pudo estar más acertado. Paz Padilla es un show en sí misma, y no puede evitarlo. Lo dijo hasta su propia hija que durante unos breves instantes se sentó en la mesa de El Hormiguero y relató las locuras que hacía su madre cuando ella era pequeña: desde hacerse la borracha delante de sus amigos cuando estaban en casa hasta celebrar uno de sus cumpleaños poniendo películas de zombies y asustando a los niños invitados. "Te llamó hasta la tutora porque les creastes un trauma", dijo Anna.
Efectivamente, lo de anoche de Paz Padilla en El Hormiguero fue un delirio de principio a fina. Bueno, más al final que al principio, pero un delirio que ni Pablo Motos pudo controlar. De hecho, llegó un punto que el presentador de El Hormiguero dio la batalla por perdida y dijo que 'haga lo que le dé la gana'. Es la improvisación que sólo unos pocos tienen como un don y que Paz Padilla tiene. Se nubla y le da igual ocho que 80.
Comenzó la noche bien, con Paz Padilla hablando de su obra de teatro, l humor de mi vida, basada en su libro del mismo nombre. La obra de teatro, al igual que el libro, habla de duelo. Hasta aquí nada nuevo. Desde que muriese su Antonio, Paz Padilla libra su particular batalla por visibilizar el duelo como algo normal. Ha recibido leñazos a dos manos por su manera de entender y vivir el duelo, pero Paz Padilla borra los guantazos, los olvida y se queda con la gente a la que ayuda.
Paz Padilla, a los políticos: "Falta humanidad"
"Es una que ayuda mucho y cuando la gente te da las gracias por ayudar es maravilloso. Utilizo el humor para hablar del duelo", afirmó la cómica, escritora, actriz, presentadora... Es decir, show woman. Hace cuatro meses falleció su hermano, El Trompeta, y le costó volver a subirse a los escenarios para volver a representar la obra: "Con la obra he aprendido que tiro del oficio y no del corazón porque sino me reventaría. Soy un instrumento. Cuando tus pasas situaciones difíciles tienes que darle sentido a lo que te ha ocurrido y eso es lo que he hecho yo. El duelo es perder algo que amas. La sociedad no está preparada para visibilizar el duelo".
Aunque dice que ella no es psicóloga, aunque sí coach, pues "me he preparado para ello", su discurso suena al de un libro de autoayuda. No le importa y reconoce que habrá quién considere que lo que ella dice son tonterías y habrá a quién le ayuda. Paz Padilla sigue hablando para los segundos. Aprendió con la muerte de Antonio que la vida es sufrimiento, que "la vida es una cadena de duelo", y ahora se centra en guiar por ese camino o, al menos, en visibilizarlo. Según Paz Padilla, la gente se piensa que ella ha nacido así. Ni mucho menos: "La resiliencia es algo que se aprende. Yo quiero estar aquí siendo un buen ejemplo para mi hija y cómo yo viva el duelo ella lo vivirá".
Parafraseando a Teresa de Calcuta, "sólo voy a hablar de lo que he vivido varias veces", Paz Padilla intentó explicar lo que es el duelo y cómo ha que vivirlo: "Hay que llorar porque cicatriza. Cuando amas a alguien que se va, lloras porque no la vas a poder verlo más y no le vas a poder dar tu amor y eso te presiona el pecho. Y se desata el miedo y esperas a que cicatrice.(...) Hay que hablar, contar tu historia, que no eres único, respetar si uno no llora que no significa que no esté sufriendo. (...). Buscamos el por qué, pero es que no lo hay".
Sólo hubo un momento de la noche en el que Paz Padilla se rompió y fue cuando habló de la DANA. Ella misma explicó que habla del duelo con humor y que hay mucha gente que no lo entiende, pero con la DANA se iba a poner seria, muy seria. Ella fue una de las famosas que acudió a los pocos días como voluntaria a Valencia. Allí encontró "desesperación", "dolor", "impotencia", miles de voluntarios, y nada más: "Llegué el cuarto día y allí no había nadie". "Vivimos momentos muy duros y muy tristes, lo que sentía sobre todo era una impotencia tremenda, todos me contaban sus historias. He pasado también mucho miedo, yo no estaba preparada para ver una catástrofe así en España, y pienso que si me pasa a mí voy a estar igual de desprotegida. No creo ya en la política, no tienen ni vocación ni humanidad, me he borrado", sentenció la humorista sin ni media pizca de humor.
El palo de Paz Padilla a David Broncano en El Hormiguero
Y entonces llegó el momento en el que la noche se rompió y todo se convirtió en un dulce delirio. Se sentó la hija de Paz Padilla a petición de Pablo Motos durante unos breves instantes y Paz Padilla soltó la primera en la frente: "¿Sabes que he intentado muchas veces que David Broncano me lleve a su programa y no hay manera?". Pablo Motos se quedó completamente noqueado, pues no se lo esperaba. Salió del paso como pudo: "No te preocupes. Mañana lo comenta y te lleva". Ironía, por supuesto.
Acaba de comenzar el show, aunque quedaba la apoteosis. La culpa, la llamada de Openbank. Anoche Pablo Motos tenía que entregar la tarjeta de Openbank con 12.000 euros después de no poder entregarla la última vez. Paz Padilla se puso seria hasta que se descolgó el teléfono:
-Hola. Buenas noches. Soy Paz Padilla (silencio).
-Sí, claro... y mi madre es puta.
¡Boom! Y colgó. Mira que en la historia de El Hormiguero ha habido llamadas surrealistas, pero como ésta nunca. Intentaron volver a llamar al de la respuesta surrealista, pero no hubo manera. Consiguió Paz Padilla finalmente entregar los 12.000 euros, pero algo se había roto en la dinámica del programa, que terminó por romperse del todo cuando apareció David de Jorge con su sección de cocina para Pablo Motos. Aquello desbarró por todas partes. David de Jorge obligando a Pablo Motos a comerse la cabeza cruda de una gamba, mientras Paz Padilla le intentaba meter a la fuerza una cabeza de ajo en la boca. David de Jorge, desquiciado con Paz Padilla que le robaba el aceite, las gambas y no para quieta alrededor del cocinero y de Pablo Motos. Parecía que la guindilla que tenían como ingrediente se la había comido Paz Padilla.
Era imposible contener la sección. Paz Padilla manchaba a Pablo Motos, revoloteaba alrededor de David de Jorge y, de repente, David de Jorge se tomó la venganza por su mano. Cogió el porrón de cerveza sin alcohol y salió corriendo detrás de Paz Padilla por todo el plató de El Hormiguero vertiendo la cerveza por su ropa, por su pelo, por todas partes, mientras Paz Padilla se refugiaba detrás de un cámar y huían entre el público que alucinaba pepinillos con lo que estaba ocurriendo.
Entre medias, Pablo Motos, que intentaba de todas las maneras posibles controlar a alguno de los dos sin éxito alguno. Paz Padilla a su rollo, David de Jorge intentando volver a encontrar su punto de gravedad, y el programa tenía que acabar, pero no había forma de recuperar a Paz Padilla que había agarrado el porrón y ahora era ella la que lanzaba la cerveza por todas partes. "Paz, por favor. Tenemos que despedir el programa", clamaba Pablo Motos. Imposible.