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Palomas Negras, el thriller de espionaje que marca el regreso de Keira Knightley a la televisión: "Es un delicioso antídoto a la alegría navideña"

La actriz británica recorre las calles de Londres en esta trepidante serie de Netflix, en la que interpreta a una espía encubierta que, bajo la fachada de madre y esposa devota, lleva 10 años filtrando secretos del Gobierno británico a la organización mercenaria para la que trabaja, y que pronto destapará una inminente crisis geopolítica

Keira Knightley interpreta a Helen Webb en 'Palomas Negras'.
Keira Knightley interpreta a Helen Webb en 'Palomas Negras'.NETFLIX
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Hay algo casi hipnótico en Londres durante la Navidad. Las calles brillan bajo un manto de luces, los árboles adornan las vitrinas de las tiendas de Oxford Street y Covent Garden, y el gélido aire se mezcla con el aroma a canela, cerveza y castañas asadas. "Es la época más maravillosa del año", suena la canción de Andy Williams, cuya voz lleva resonando en nuestros hogares desde el invierno de 1963. Pero debajo de esa envoltura festiva, tan bien representada por Love Actually de Richard Curtis (2003), se oculta un inframundo de traiciones, asesinatos y conspiraciones internacionales. Y, en el centro de este oscuro relato, está Keira Knightley, quien difícilmente dejará de estar asociada con la época navideña gracias a su papel en esa icónica cinta de los años 2000. Esta vez, sin embargo, no es la joven dulce que conquistaba corazones con carteles de amor. Ahora, dos décadas después, la actriz británica se transforma en Helen Webb, una devota esposa y madre que lleva una doble vida como espía en Palomas Negras, el nuevo thriller de Netflix, donde la moralidad se difumina con la misma rapidez que las nubes que se ciernen sobre la capital británica.

"Vayamos por partes", dice Joe Barton, creador de la serie, desde el otro lado de la pantalla, antes de tomarse un momento para respirar hondo. "Palomas Negras cuenta la historia de Helen Webb (Knightley), una mujer astuta y con los pies en la tierra, madre de mellizos y entregada esposa de un político que no sospecha que todo su matrimonio es, en realidad, una misión. Durante 10 años, ha estado filtrando secretos del Gobierno británico y de su propio marido, Wallace, el ministro de Defensa, a la misteriosa organización de espías mercenarios para la que trabaja: las Palomas Negras -de ahí el nombre-, que vende la información al mejor postor. ¿Todo claro hasta ahí?", bromea cuando le pedimos que resuma la serie.

Y prosigue: "Helen tiene un amante, Jason, que es asesinado nada más arrancar el primer capítulo, y ese crimen desencadena una gran historia de espionaje que la obliga a reencontrarse con su viejo amigo: Sam (Ben Whishaw), un asesino a sueldo. Reed (Sarah Lancashire), su enigmática jefa, lo contrata para protegerla, temiendo que su mejor espía acabe muerta en su intento de vengar la muerte de Jason. ¿Sigo?". Asentimos. "Perfecto. Entonces, Helen y Sam emprenden una misión para investigar quién lo mató y por qué, una búsqueda que los llevará a destapar una vasta conspiración interconectada entre los turbios bajos fondos londinenses y una crisis geopolítica inminente".

¿Qué crisis geopolítica inminente?, se preguntará. El asesinato de un diplomático chino en suelo británico y la desaparición de su hija. Nada importante...

Barton no es ajeno a los trajines del crimen y el espionaje. Fue el creador de la aclamada Giri/Haji, el thriller anglo-japonés de la BBC, y acaba de firmar el guion de The Union, una nueva película de acción protagonizada por Mark Wahlberg y Halle Berry. No sorprende, entonces, que escribiera tres de los seis capítulos de Palomas Negras en apenas seis días, justo entre Navidad y Año Nuevo, hace dos años. "No tenía una idea clara de hacia dónde iba cuando me senté a escribir, pero la historia cobró vida muy rápido", confiesa desde Londres en conversación con EL MUNDO. "Decidí ambientar la serie en Navidad simplemente porque la escribí en esa época, pero pronto me di cuenta de cómo podía jugar con ese contraste entre la festividad y la oscuridad, lo que le dio otro aire al guion".

Aunque la serie toma inspiración del escándalo SpyCops -en la última década se ha descubierto que varios policías encubiertos británicos mantuvieron relaciones íntimas con las personas que investigaban-, Barton se apresura a aclarar que el verdadero eje de la historia es otro. "Siempre he presentado Palomas Negras como una historia sobre dos amigos y su amor platónico. Es curioso cómo los guionistas tendemos a escribir sobre romances o dramas familiares, pero dejamos de lado la amistad, que es una dinámica humana fascinante", reflexiona. "Por eso me interesaba tanto crear una historia sobre estos dos amigos y explorar cómo se conocieron, cómo se distanciaron, cómo volvieron a encontrarse y cómo enfrentan este trabajo tan -hace una pausa para medir el adjetivo que elegirá- estresante que tienen", añade.

Keira Knightley y Ben Whishaw interpretan a Helen y Sam, respectivamente, en 'Palomas Negras'.
Keira Knightley y Ben Whishaw interpretan a Helen y Sam, respectivamente, en 'Palomas Negras'.NETFLIX

Y es que Helen y Sam son almas gemelas con pistolas. Pero también son almas gemelas con pistolas que se entienden como nadie más podría hacerlo. Desde su primer encuentro en un oscuro parking, encuentran en el otro -aunque con cierta reticencia al principio- un salvavidas al que sujetarse en medio del caos que supone su trabajo. "Los dos son personas que se ven arrastradas sin remedio a hacer cosas que no quieren hacer especialmente, pero a las que son adictas", explica Whishaw. "Son más que colegas; son espejos psicológicos, dos personas que comprenden la soledad inherente de llevar una doble vida", añade Knightley, quien termina las frases de su compañero de reparto con total naturalidad, como una verdadera compinche.

Porque mientras ella tiene que enfrentarse con criminales sin faltar a la función de Navidad de sus hijos, él debe luchar con los fantasmas de su pasado -eso sí, bebiendo champán entre asesinato y asesinato- tras volver a Londres después de años de ausencia. "Son unos psicópatas raros", comienza Whishaw, a quien interrumpe de inmediato Knightley, "que están pasando una crisis existencial, y toda la serie explora cómo estos psicópatas raros afrontan el cuestionamiento de sus decisiones vitales en un mundo aparentemente sin morales".

No faltan, por supuesto, las escenas de acción, que aportan un toque de frescura y nostalgia a partes iguales (véase la escena de las jóvenes sicarias hablando del lanzacohetes "que les regalaron por Navidad", como si fuera el obsequio más normal del mundo). "Palomas Negras tiene un aire entre Jungla de cristal y la Nueva York navideña de John Wick", adelanta Knightley, quien se preparó para el papel entrenando boxeo, jiu-jitsu y lucha con cuchillos filipinos. No es la primera vez que interpreta a una espía -encarnó a una operativa del Servicio de Inteligencia británico en Secretos de Estado-, pero nunca, en sus palabras, ha interpretado "a una espía al estilo James Bond, de esas que destruyen edificios". "Se supone que la Navidad debe ser una época alegre y familiar, pero esta historia explota, literal y figurativamente, todo eso", explica la actriz, quien regresa a la televisión por primera vez en más de 20 años, antes de que Whishaw añada: "Es un delicioso antídoto a la alegría navideña. Tiene su propio tipo de alegría, eso sí, pero con un tono ligeramente asesino".

Había tantas ganas de una serie como Palomas Negras que Netflix la renovó para una segunda temporada incluso antes de que se estrenara el tráiler de esta primera tanda de episodios. "Es un voto de confianza enorme y, sin duda, quita un poco de presión", admite Barton, quien ha sido víctima de la maldición de las series canceladas tras una sola temporada en más de una ocasión. Ahora queda por ver si regresaremos a las calles navideñas de Londres cuando se retome la historia: "No estoy seguro de que sea tan festivo, pero me encanta la cinematografía de esta época, así que quién sabe".