El ciclismo español daña los intereses de los actuales dirigentes de la Unión Ciclista Internacional. De no ser así no se entiende su obcecación por sepultarlo bajo la tierra o hundirlo en el fondo del lago Leman. Por empeño de estos señores dirigentes no quedará.

De la última ceremonia celebrada por la secta de Aigle (Suiza) salió la prohibición de la presentación de Alejandro Valverde como nuevo fichaje del Movistar Team, una institución en el mundo del ciclismo que, además, ha combatido este año bajo la denominación de una de las multinacionales más potentes en el sector de la telecomunicación. Como si le sobraran patrocinadores de este tamaño, la UCI no desecha ideas para alejarlos del ciclismo.

Dando por correcta la interpretación de la norma 14/320 del reglamento UCI -de la que los de  Eusebio Unzue hacen otra lectura-, la sola determinación de aplicarla añade una saña ya observada por su celebración de la doble sanción que recayó en el TAS sobre el corredor murciano (que ya había dejado de participar en un Tour por la sanción que ya le endosó el CONI italiano) y, más recientemente, en la normativa de los puntos que impedirá a Valverde sumarlos, algo vital en estos tiempos en los que tener o no15 puntos de un corredor llevan a un equipo al cielo del World Tour o al purgatorio Continental Profesional. Una ley que parece redactada a la carta contra su regreso a la competición y que ha jugado en su contra a la hora de negociar un nuevo contrato.

La UCI está obsesivamente pendiente de él, de si se entrenaba con sus amigos del Movistar (antes Caisse d'Epargne), o participa en marchas cicloturistas aunque sea sin inscribirse ni portar dorsal. Un ensañamiento patológico contra Alejandro Valverde que, de momento, no causa en el corredor más que el efecto contrario al deseado: la mayor motivación del ciclista, ya de 31 años. Otra cosa será lo que digan sus piernas a partir de enero, cuando -si no lo evita una nueva reglamentación que la secta edite precipitadamente- reaparezca una vez cumplidos los últimos 18 meses de suspensión. Entonces, se pondrá a sus objetivos de 2012, el Tour de Francia y el Mundial de Valkenburg.