Clima

Catr�strofe econ�mica y la ciencia de la econom�a

La siguiente es una frase tremendamente actual, del 01/02/2011, de un afamado periodista y profesor, Felipe Sahagun, frase que podemos leer en Orbyt:

�“Mucho m�s que el estancamiento econ�mico –Egipto y T�nez est�n creciendo por encima del 4% anual–, en sus protestas han influido la injusticia,� la represi�n, el paro masivo y la� revoluci�n informativa –gracias a la televisi�n por sat�lite, los m�viles internet–, que ha hecho trizas la maquinaria de la gran mentira sobre la que descansaba el sistema”.

y demuestra que las ideas que propone la ciencia de cada momento se engarzan en las mentes de manera que se asumen como ciertas sin que de ellas se haga cr�tica, actividad que es la base imprescindible de esa ciencia, si quiere serlo.

Esta cr�tica constante de ideas y axiomas, que realizan desde aquellos que se ocupan de las supercuerdas hasta quienes se dedican al laboratorio; que realizamos sin parar los que, mirando el cielo y las nubes de forma constante, no hacemos m�s que preguntarnos si lo que vemos en nuestras ecuaciones del clima es la realidad, esta cr�tica es la esencia del pensamiento cient�fico.

En la ciencia, al rev�s de lo que ocurre en las religiones, no es posible el dogmatismo. En tres de las religiones del mundo la verdad, sin cr�tica posible, se asume revelada hace unos miles de a�os. No se da justificaci�n alguna sobre el hecho de que lo fuera entonces y no ahora, y se rechaza de plano cualquier cr�tica a sus afirmaciones.

Pues bien, hoy d�a la ciencia de la econom�a, si es ciencia, deber�a ser inmensamente cr�tica con sus planteamientos. Hoy la ciencia de la econom�a est� en la misma situaci�n que la f�sica de principios del siglo XX, cuando sus inconsistencias la forzaron a reinventarse y produjeron la mec�nica cu�ntica y la relatividad.

�C�mo se puede enunciar una frase como la de Sahagun y no llevarse las manos a la cabeza?

�La �nica explicaci�n es que las ideas est�n tan profundamente embutidas en las mentes que ni siquiera se ve su irrealidad.

�C�mo se puede decir que “Egipto y T�nez est�n creciendo por encima del 4% anual” y a rengl�n seguido decir que hay “paro masivo” y algo mas adelante en el art�culo decir que el 40% de los 84 millones de egipcios sobrevive con menos de 2 d�lares diarios, y no saltar por los aires al darse cuenta de esa inconsistencia? Eso no puede ser crecimiento econ�mico. Ser�n cifras sin realci�n con la realidad. Ser� que los bancos egipcios hacen dinero.

Pero no puede decirse que Egipto crezca en su econom�a con 32 millones de personas que sobreviven con 2 d�lares diarios. No se puede decir.

Una ciencia real de la econom�a deber�a, en primer lugar, rechazar de plano �ndices como el PIB y el crecimiento del mismo. Una ciencia real de la econom�a deber�a medir la riqueza de un pa�s por la riqueza de sus habitantes, de cada uno de sus habitantes, no de cuatro gatos que puedan vivir en medio del lujo.

Las protestas de Egipto, de T�nez, las que podr�a haber en cualquier momento en Arabia Saud�, en Marruecos, y en el resto del mundo, incluidos los EEUU, tienen que ver, directamente con la parte religiosa de la teor�a econ�mica, esa parte que asume la posesi�n de la verdad, y que, como las de los asesores -econ�micos- del Sr. Rajoy (veanse sus propuestas econ�micas, sacadas de libros de texto de las d�cadas de entre 1960 y 1980)� �no es capaz mas que de insistir en la verdad revelada a pesar de su evidente fracaso.�

Una ciencia econ�mica real revisar�a sus axiomas, sus presupuestos m�s profundos, y tratar�a de evolucionar. No es excusa decir que las propuestas de la teor�a econ�mica son correctas pero que la gente (�Mubarak, quizas?) no las cumple. Si las conclusiones de una teor�a son v�lidas, no pueden no seguirse, pero sin son dogmas, �stos se siguen a pesar de sus fracasos.

Una nueva ciencia econ�mica debe dejar de lado la hip�tesis de equilibrio: Los procesos reales jam�s alcanzan ning�n equilibrio. Debe abandonar la hip�tesis de la interacci�n entre solo dos agentes racionales, la teor�a de juegos, y la de econom�as con fronteras.

Es posible hacer una teor�a econ�mica din�mica, basada no en el PIB, que no es mas que la energ�a en disipaci�n que circula en un sistema arbitrario aislado, sino en la inyecci�n constante de energ�a, con interacciones m�ltiples entre un n�mero muy elevado de agentes semiracionales. Esta econom�a da predicciones de otro tipo, y lo que trata de analizar no son los flujos financieros, que est�n en un universo distinto del real de las personas, sino la riqueza, entendida �sta por aquello de que realmente disponen los ciudadanos para satisfacer sus necesidades y deseos.

Necesitamos ciencia, para salir de una situaci�n catastr�fica en su realidad: crisis recurrentes en los pa�ses, digamos, del norte, miseria inmensa, es decir, no riqueza, entre 4000 millones de seres humanos, incluidos 1000 millones de chinos y de indios, y como se dice arriba, 32 millones de egipcios.

Ciencia viva, capaz de revisar sus axiomas y m�todos con cada fracaso de sus predicciones, de sus esquemas, como el de ser incapaz de generar riqueza; con cada minuto que pasa y no se genera esa riqueza de verdad. Ciencia cr�tica, como todas las ciencias, que base sus leyes en las observaciones constantes y los experimentos virtuales. �

Necesitamos, sencillamente, ciencia.

�La buscamos?


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  1. An�nimo 09.feb.2011 | 17:15

    #61

    #60 Es que ellos, los creyentes de la calentolog�a son as�. Alguien decidi� que el CO2 era el malo de la pel�cula y en torno a �l montaron el resto del gui�n. Se han confundido de enemigo y en vez de reconocerlo han decido huir hacia adelante.
    CMT

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