'La sangre deber�a esperar al paciente no al rev�s'
Aquella fat�dica ma�ana del 11 de marzo de 2004. Esas malditas bombas que hac�an pedazos unos pocos trenes y muchas vidas en la capital de Espa�a. Inolvidables im�genes de dolor y sufrimiento inundaron los telediarios durante muchos meses. Junto a ellas, otra, mucho m�s positiva, que dur� mucho menos pero que a d�a de hoy sigue siendo necesaria. Hablo de la solidaridad y m�s concretamente de la donaci�n de sangre. Espa�a hizo cola para tumbarse en las hamacas de la Cruz Roja y abri� los brazos para que sus venas intentaran suavizar los da�os de una cobarde masacre.
Parece una entradilla un tanto sensacionalista pero son las tragedias los elementos que m�s impulsan a los ciudadanos a la donaci�n de sangre. El terremoto de Nicaragua y una desgracia de un familiar fueron las razones que llevaron a dos de los no demasiados donantes que acudieron en la ma�ana de ayer a donar sangre al centro principal de donaciones de la Cruz Roja en Madrid a sentarse y ofrecer su l�quido elemento. Son ya muchos a�os los que llevan surtiendo de sangre, plasma, plaquetas y gl�bulos rojos, a sus compatriotas. Pese a que Emma Castro, directora gerente del Centro, considera que los espa�oles son solidarios, las estad�sticas no mienten.
El �ndice de donaciones por a�o en Espa�a seg�n la Cruz Roja es de 39 aportaciones por mil habitantes mientras que la Organizaci�n Mundial de la Salud recomienda que esa cifra se eleve a 45. Eso supone una p�rrica cifra de un 5% de potenciales donantes. En el mundo, sin embargo, se recogen m�s de 90 millones de unidades de sangre. Una iniciativa que s�lo dura 10 minutos y con la que se pueden salvar vidas sin ning�n riesgo para el donante ya que, aunque pueden producirse mareos en la primera vez, es el �nico problema que presenta un proceso con todas las garant�as sanitarias.

Como se pueden imaginar el grupo m�s demandado es el 0 negativo, el grupo 'universal'. "Se utiliza mucho por los servicios de emergencia cuando no hay tiempo de conocer el del paciente", explicaba la directora. No siempre la sangre va para un �nico individuo ni por las mismas causas. Los procesos de af�resis permiten dividirla en plaquetas, gl�bulos rojos y plasma. Las primeras se pueden conservar de 5 a 7 d�as, los gl�bulos rojos hasta 40 d�as y el plasma, tras una congelaci�n a m�s de 40� grados bajo cero, unos dos a�os. Aunque los gl�bulos rojos sean el elemento m�s demandado por hospitales, por su idoneidad para anemias, las plaquetas ayudan mucho a los pacientes de c�ncer como la leucemia.
Decenas de puestos de la Cruz Roja tanto m�viles como fijos buscan que en Espa�a la gente "tenga tiempo y no le de pereza", como dec�a un donante, de poder acudir a brindar un poco menos de medio litro de sangre. "Se trata de ayudar a la gente", comentaba otro como dejando claro que no se necesitan m�s razones para realizar esa acci�n que deber�a ser rutinaria no extraordinaria. Los periodos vacacionales son especialmente dificiles respecto a las donaciones. Adem�s, el elevado n�mero de accidentes tambi�n aumenta las necesidades. No obstante, todo el mundo deber�a tener presente la frase de la doctora Castro con la que se comienza este reportaje: "La sangre de deber�a esperar al paciente no al rev�s".
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