CATALUÑA
CATALUÑA

Los tres candidatos a liderar ERC coinciden: "Empieza una nueva etapa. Si Sánchez no cumple, lo dejaremos caer"

Las listas que hoy se disputan la dirección del partido -Junqueras, el 'rovirista' Godàs y Bosch- garantizan un endurecimiento de la relación con el PSOE

Junqueras, Godàs y Solà en el debate entre los candidatos a la presidencia de ERC.
Junqueras, Godàs y Solà en el debate entre los candidatos a la presidencia de ERC.E. M.
PREMIUM
Actualizado

El precio del respaldo de ERC al Gobierno se encarecerá a partir de diciembre, cuando haya sido elegido el nuevo presidente de los republicanos, e independientemente de quién acabe resultando ganador en sus primarias. Las tres candidaturas en liza -la liderada por Oriol Junqueras, la del rovirista Xavier Godàs y la que apadrina el ex consejero Alfred Bosch- coinciden en la necesidad de aumentar la exigencia a Pedro Sánchez después de unos años en los que la colaboración con el Ejecutivo se daba por descontada. Acercarse al modelo empleado por Junts, a ese «a tanto la pieza» que obliga al PSOE a negociar hasta la extenuación cada nuevo acuerdo, es la senda que planea abrazar la nueva ERC para salir de la crisis reputacional y de resultados en la que está sumida.

«Empieza una nueva etapa. Sánchez no tendrá el crédito que ha tenido en los últimos años. Si no cumple, se le dejará caer», señalan a EL MUNDO fuentes de la actual dirección de los republicanos, encabezada por la secretaria general saliente, Marta Rovira. Godàs, el candidato del aparato, ha enunciado públicamente esta misma advertencia para anticipar a Sánchez el escenario con el que se topará en el supuesto de que acabe siendo elegido para comandar el partido. «Si conviene, haremos caer gobiernos», manifestó el principal adversario de Junqueras en el acto central de su candidatura. Un aviso del que debe tomar nota el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, cuyo futuro pende de la misma ERC que lo invistió a cambio del concierto económico, pero que también iba explícitamente dirigido a Sánchez. El jueves lo confirmó en una entrevista concedida a EL MUNDO. "Se acabó. Sánchez no puede dar por hecho el apoyo de ERC a la legislatura", alertó.

Aunque fuera de Cataluña puedan percibirse como generosas las contrapartidas logradas por el partido republicano a cambio de haberse convertido en el principal y más estable sostén del PSOE -ahí quedan los indultos, la supresión del delito de sedición y el mérito de ser los primeros en colocar encima de la mesa la amnistía-, Junts fue capaz de inculcar al secesionismo que la colaboración de ERC con el PSOE era prácticamente gratuita, especialmente después de que heredara el título de socio preferente de Sánchez a raíz de las elecciones generales del 23-J. El resultado de la campaña neoconvergente se plasmó en los comicios catalanes, en los que ERC se despeñó hasta los 20 diputados, mientras Junts se convertía en el partido secesionista más votado, con 35.

La crisis electoral desembocó en la dimisión forzada de Junqueras y la convocatoria del congreso en el que hoy se dirimirá si el que ha sido presidente de ERC durante los últimos 13 años regresa a la cúspide de su ejecutiva.

Avales

La recogida de avales, el único dato empírico disponible, apunta en esa dirección, pues Junqueras logró 2.500 por los 1.500 de Godàs y los 500 de Bosch. Pero una eventual victoria del que fuera vicepresidente del Govern durante el 1-O e imprescindible interlocutor del presidente del Gobierno durante las postrimerías del procés no debería llevar a Sánchez a relajarse por completo. «Tendrá que cumplir mucho para seguir teniendo nuestro apoyo», señala a este diario un miembro de la candidatura de Junqueras que ocupará un lugar preferente en la dirección de ERC si se impone en las primarias.

Cumplir con lo ya acordado, sin dilaciones ni prórrogas, aparece como una condición inexcusable para que el apoyo de ERC se mantenga si el favorito sale vencedor. Y son varios los pactos pendientes de desarrollo y cumplimiento. Ahí espera todavía la quita de 15.000 millones de deuda autonómica sufragada a través del FLA. Su condonación ya figuró como exigencia para apoyar la investidura de Illa, pero sigue sin ejecutarse.

Acelerar el traspaso de Rodalies para enmendar la criticada gestión del servicio por parte del Gobierno y cumplir con los plazos de aplicación del pacto fiscal para que Cataluña empiece a recaudar y gestionar el IRPF de los catalanes en 2026 figuran también entre los requisitos que Junqueras reclamará para continuar apoyando a Sánchez.

«Entiendo las dudas expresadas por parte de muchos compañeros sobre los acuerdos y su cumplimiento por parte del PSOE y el PSC. Por lo tanto, en caso de que la militancia valide el acuerdo de investidura propuesto por la ejecutiva, el eventual apoyo al Gobierno del Estado y al Govern de la Generalitat por parte de ERC se tendrá que ir validando con el despliegue del acuerdo y retirarse explícitamente en caso de incumplimiento», manifestó Junqueras tras alcanzar Rovira el acuerdo de investidura con Illa que acabaría siendo refrendado sólo por un 53% de la militancia.

Mucho más contundente es Bosch, el líder en la sombra de la tercera candidatura, que se opuso al pacto con el PSC. «Somos la peor pesadilla del PSOE. Saben que si ganamos se les ha acabado el chollo con ERC. Si ganamos, exigiremos a Sánchez un concierto como el vasco, que reconozca la autodeterminación y la celebración de un referéndum. Que se preparen si ganamos», afirmó recientemente en una entrevista a este diario.

De no conseguir vencer Junqueras con más del 50% de los votos, será necesaria una segunda vuelta en 15 días entre los dos candidatos más votados, lo que abriría la puerta a posibles pactos entre candidaturas y ofrecería a Bosch la posibilidad de ser determinante y endurecer al extremo la futura relación con el PSOE.