Mucho se ha escrito sobre Trump y sus aranceles y el importante déficit comercial que intenta solventar. Quizás casi nada se ha escrito sobre el origen del actual desequilibrio mundial comercial y cómo China se ha convertido en la fábrica del mundo y ha acaparado gran parte de las reservas mundiales de divisas. La competitividad china se ha basado en un coste bajo de la mano de obra, en la ausencia regulatoria y en los tipos de cambio de su divisa.
Las condiciones laborales de los operarios de las fábricas en China han mejorado, pero están todavía muy distantes de las de cualquier trabajador en occidente. La ausencia regulatoria permite a las empresas ahorrarse costes en seguridad laboral, en burocracia interna, en sindicatos, en temas medioambientales. Pero a mi entender el factor determinante de su competitividad y cómo ha conseguido batir a occidente proviene de la cotización de su moneda en los mercados internacionales, claramente depreciada para favorecer sus exportaciones.
El empresario chino vive en un entorno no democrático y debe tener obediencia y respeto a las autoridades bajo riesgo de perderlo todo. Esto provoca que ese mismo empresario que sufre un sistema autoritario, lo replique con sus empleados y colaboradores. La revolución cultural comunista borró gran parte de las tradiciones y moral ancestral de una cultura milenaria, convirtiendo al ciudadano chino en un engranaje del sistema sin moral ni ética, donde el único valor es lo que se tiene y tan solo se construyen relaciones de confianza con entornos muy reducidos.
China ha encontrado la manera de trampear al capitalismo y se ha hecho con un gran volumen de divisas por su fuerte superávit comercial, y con estos fondos están invirtiendo en todo el mundo para consolidar su dominio en todo el planeta.
Se ha generado un gran conflicto latente que desde Occidente no se estaba abordando. Ante situaciones de cambio de equilibrios de poder como la actual, donde el poder económico está pasando de Occidente a Oriente, ha surgido la actual guerra comercial.
Ahora Trump parece el malo de la película, pero seamos fríos, calculemos, pensemos como hacen nuestros colegas chinos, quizás Trump ha iniciado la batalla correcta, pero apuntando a todos como enemigos, todo parece indicar que las medidas se focalizarán contra China, el peligro silencioso. Trump debe buscar con urgencia aliados.
José María Durán es licenciado en ADE y MBA por ESADE y ex CEO del RCD Espanyol SAD (empresa del grupo chino Rastar).