El premier Keir Starmer ha aprovechado su paso por la COP29 para anunciar el objetivo de una reducción del 81% de las emisiones en el 2035 con respecto a los niveles de 1990. El Gobierno británico ha sido uno de los primeros en actualizar sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) y en poner además el listón más alto que ningún otro país hasta la fecha.
El premier laborista reiteró su empeño en convertir el Reino Unido en "líder climático mundial" y en "superpoder de las energías limpias", con el impulso a la así llamada llamada Global Clean Power Alliance, una alianza para acelerar la transición a las renovables en los países en desarrollo.
Starmer ha dado un volantazo a la política climática en su país, tras la marcha atrás de los últimos dos años del Gobierno conservador de Rishi Sunak, que rebajó notablemente las expectativas, pese a haber mantenido el objetivo fijado en su día por Boris Johnson de un recorte de emisiones del 68% en el 2030.
"Vamos a descarbonizar el sector eléctrico con una expansión masiva de la energía eólica en mar y en tierra, así como con inversiones en la captura de carbono y en la energía nuclear", anticipó Starmer, que decidió estar presente en Bakú pese a la ausencia de líderes mundiales como Joe Biden, Emmanuel Macron, Olaf Scholz y la presidente de la Comisión Europea Ursula von der Leyen,
La UE han anticipado también su puesta al día de las NDC con un objetivo colectivo para los 27 de reducir las emisiones un 90% en el 2040, como paso previo al cero neto en el 2050. Emiratos Árabes Unidos se ha comprometido por su parte a una reducción del 47% de emisiones en el 2035, mientras que Brasil (organizador de la COP30 que pondrá el punto de mira en el Amazonas), ha prometido volcar sus esfuerzos para un recorte del 67% de las emisiones en una década.
"No puede haber seguridad nacional, ni seguridad económica, ni seguridad global sin seguridad del clima", advirtió Starmer en una rueda de prensa previa a su intervención el pleno de la COP29. "La carrera del futuro está en las energías limpias y quiero que el Reino Unido vaya por delante".
"Cumpliremos nuestro objetivo de buenos trabajos, facturas eléctricas más baratas y un mayor crecimiento", agregó el "premier". "Y vamos a asociarnos con países para atraer inversores hacia nuestras empresas y lograr el liderazgo climático para el Reino Unido".
Starmer aseguró que el Gobierno laborista pretende lograr su objetivo sin que los británicos tengan que hacer grandes cambios en sus vidas: "No voy a inmiscuirme en la vida de la gente ni a decir a la gente cómo se debe comportar".
El premier lanzó balones fuera a la pregunta sobre si el Reino Unido pretende llenar el vacío que se espere deje Estados Unidos con la elección de un presidente negacionista como Donald Trump, que considera el cambio climático como una "estafa". "Pienso que lo que tenemos delante no es solo una obligación, sino una oportunidad", declaró Starmer. "Miren dónde están poniendo el dinero los inversores: en energías renovables porque saben que es una gran oportunidad".
El anuncio de Starmer fue acogido con escepticismo por los grupos ecologistas en el Reino Unido por el fuerte impulso a los proyectos de captura de carbono, con una inversión pública prevista de 26.000 millones de euros en los próximos 25 años. "El recorte de la emisiones es bien recibido, declaró Dominica Eagleton, portavoz de Global Witness. "Pero Stamer va a regalar millones de libras de los contribuyentes a la industria del petróleo por una tecnología que arrastra 30 años de fracasos".