MEDIO AMBIENTE
Cop29

El primer ministro de Albania reprende a los delegados de la COP29: "¿Qué diablos hacemos en estas cumbres?"

Edi Rama renuncia a leer lo que llevaba escrito y tira de las orejas a los más de 66.000 delegados que se han dado cita en Azerbaiyán: "Nuestros discursos llenos de buenas palabras no cambian nada"

Pedro Sánchez con el primer ministro de Albania, Edi Rama.
Pedro Sánchez con el primer ministro de Albania, Edi Rama.Peter DejongAP
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En todas las cumbres del clima hay afortunadamente un líder, más o menos desconocido, que se sale del guion. En la COP26 de Glasgow, el gran protagonista fue Simon Kofe, ministro de Exteriores de Tuvalu, dando su discurso todo trajeado con el agua por la cintura desde su lejana isla en el Pacífico: "¡Nos estamos hundiendo!". En la COP29 de Bakú, ese papel lo ha asumido desde su envidiable altura el primer ministro de Albania, Edi Rama, renunciando a leer lo que llevaba escrito y tirando de las orejas a los más de 66.000 delegados que se han dado finalmente cita en la capital de Azerbaiyán...

"La gente come, bebe, se encuentra, se hacen fotos juntos, mientras los líderes sin voz se escuchan como telón de fondo. Para mí, eso es lo que pasa en nuestros días en el mundo real. La vida sigue exactamente igual, con sus viejos hábitos. Nuestros discursos, llenos de buenas palabras sobre cómo combatir el cambio climático no cambian nada", sentenció el primer ministro albanés.

"¿Qué significa todo esto para el futuro el planeta si los mayores contaminadores del mundo siguen como si nada?", proclamó Edi Rama, un día después de que el presidente de Azerbaiyán dijera con total desfachatez que el gas y el petróleo "son un regalo de Dios", y que culpar a su país por seguir explotándolos sería "como acusarnos de tener 250 días de sol al año en Bakú".

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El Primer Ministro albanés no se mordió sin embargo la lengua y acabó su intervención con una llamada para sacar a la comunidad internacional de su complacencia: "¿Qué diablos estamos haciendo aquí en estas cumbres, una y otra vez, si no hay una política común en el horizonte para ir más allá de las palabras y unirnos para una acción significativa?".

Su potente voz quedó resonando en el salón de plenos, en la tercera jornada de la COP29 que tuvo también como protagonista al premio Nobel de Economía Muhammad Yanus, en calidad de asesor interino del Gobierno de Bangladás: "Hemos elegido un estilo de vida que va en contra del medio ambiente, y aceptamos este marco económico como algo tan natural como el sistema planetario".

Yanus recalcó que la reducción de emisiones no será posible sin un cambio de valores, aunque expresó su confianza en las nuevas generaciones: "Es posible hacerlo. Tenemos que aceptar la necesidad de un cambio de nuestro estilo de vida consistente con el planeta en que habitamos".

Gaston Browne, primer ministro de Antigua y Barbuda, se erigió en esta ocasión como portavoz de los países-isla, azotados en el 2024 por una temporada especialmente virulenta de huracanes y tormentas: "Para naciones como la mía, no es ya una amenaza, sino una realidad devastadora. No podemos esperar a más falsas promesas".

"Ha llegado el momento de que los países asuman su responsabilidad moral", dijo en el momento de reclamar el compromiso para el billón de dólares de financiación climática anual, el principal objetivo de la COP29. "Pero queremos préstamos, que van a servir para agravar el problema de la deuda, sino ayudas y subvenciones. Y reivindicamos también el papel de la Corte Internacional de Justicia para velar por el cumplimiento de las obligaciones legales de todos los estados ante el cambio climático".