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Lo que empezó siendo un fármaco empleado como anestésico, podemos decir que se ha convertido ya en la droga más popular de esta década: durante el último año, cuatro millones de europeos reconocen haberla consumido y las incautaciones han crecido un 400%.
Pero esta sustancia, como tratamiento farmacológico reglado, ha demostrado también eficacia para tratar a las personas con trastornos depresivos resistentes a otros fármacos de menor potencia. Una sustancia que Elon Musk reconoció consumir y que ha puesto sobre la mesa a un compuesto químico tan controvertido como él mismo.
SU USO COMO ANESTÉSICO
Sintetizado por primera vez en 1962, es en 1970 cuando comienza a comercializarse y enseguida se hace muy popular en los hospitales de campaña de la Guerra de Vietnam para aliviar el dolor de los soldados heridos.
En la actualidad este fármaco se continúa utilizando de forma intravenosa en hospitales de todo el mundo por sus reconocidos efectos analgésicos, siempre bajo un estricto control de dosificación y de vigilancia de las constantes vitales de los pacientes.
LA DROGA DE ABUSO
Conocida en la calle como Special K, Super K, KitKat o simplemente "keta", en los últimos años su consumo como droga ha experimentado un aumento importante en nuestro país y en el resto de Europa. Tanto es así que Barcelona es ya la ciudad europea donde más cantidad se consume, y su presencia en las aguas residuales ha aumentado un 77%.
Sus efectos a dosis bajas son parecidos a los de haber bebido unas copas de más, y pasan por dificultades para hablar y pensar, visión borrosa, mareo, mala coordinación motora... Pero a dosis altas aparecen los delirios, las alucinaciones, la desorientación en tiempo y espacio... hasta poder llegar a la depresión respiratoria y la parada cardiaca.
Quienes la consumen como droga de forma recreativa se vuelven adictos a esta sustancia rápidamente, experimentando además una importante tolerancia en poco tiempo: cada vez necesitan dosis mayores para lograr los mismos efectos. Todo ello mientras empiezan a sufrir un importante deterioro de su memoria, problemas cognitivos y episodios de delirios aunque no la estén consumiendo en ese momento.
Pero la ketamina, además de consumirse sola, se consume sobre todo mezclada con un tipo de anfetamina denominado MDMA y cafeína bajo el nombre de "tusi".
Esta versión se conoce también en la calle como "cocaína rosa", aunque por lo general contenga de todo menos cocaína.
EL ANTIDEPRESIVO DE MODA
En los últimos años son numerosos los hospitales españoles que han empezado a tratar a pacientes con trastornos depresivos con este fármaco, aunque en realidad se trata de la esketamina, un derivado químico de la ketamina.
Su uso para los casos de depresión resistente y que ha sido tratada sin éxito previamente con al menos dos fármacos diferentes, fue aprobado por la Agencia Europea del Medicamento a finales del año 2022 y los resultados están siendo muy positivos hasta el momento.
Su peculiaridad es que el fármaco no se administra en forma de pastillas por vía oral, como ocurre con otros antidepresivos, sino que se administra por vía intranasal con ayuda de un aplicador. Para ello el paciente debe acudir al hospital una vez por semana y permanecer en observación algo más de una hora tras su administración, ya que puede sufrir efectos secundarios transitorios como náuseas, dolor de cabeza, mareo o aumento de la tensión arterial que pueden necesitar ser tratados en ese momento.