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Frank Miller: "A veces siento que desperdicié mi tiempo dibujando cómics, pero no sé hacer otra cosa"

El dibujante, homenajeado en Tenerife, cuenta su vida y sus tormentos en el documental 'American genius'

Frank Miller.
Frank Miller.Vittorio Zunino CelottoMUNDO
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En un mundo justo, las leyendas deben recibir homenajes cuando viven. Y Frank Miller (Olney, Maryland, 1957) es, sin duda, una de ellas. El norteamericano es una figura capital del cómic mundial, cuya influencia reverbera más allá de las viñetas en infinidad de manifestaciones de la cultura pop desde elpasado siglo hasta hoy. Valga un ejemplo: las arengas de los espartanos antes de ala batalla que escuchamos en la película 300, que lo mismo se pegan en un vestuario deportivo que en un curso de coaching motivacional, se leyeron antes en su cómic homónimo.

Miller se encuentra en España invitado al festival Tenerife Noir, donde ha sido galardonado con el Premio Negra y Criminal. Miller es también un maestro del género negro, que ha explorado en muchas de sus obras, desde su seminal trabajo en el Daredevil de la Marvel a Sin City, cuya adaptación al cine, dirigida por el propio Miller junto a Robert Rodriguez y Quentin Tarantino, cumple este año su vigésimo aniversario (también será proyectada dentro de las actividades del certamen canario). El galardón que otorga el certamen le viene que ni pintado, un sombrero borsalino que no desentonaría como complemento de uno de los personajes de Sin City, y que el mismo Miller usa habitualmente.

Para saber más

Miller es un autor prolífico. El cómic de superhéroes nunca volvió a ser el mismo desde la publicación de Batman: el regreso del Señor de la Noche, la obra que en 1986 reinventó los códigos formales, éticos y estéticos del género. Su carrera, cercana ya a las cinco décadas, ha dado pie al estreno del documentalcinematográfico Frank Miller: American Genius, dirigido por su productora, confidente y amiga Silenn Thomas y exhibido en Tenerife durante el festival. El documental muestra su paso de enfant terrible del cómic de superhéroes a respetado maestro del noveno arte y no elude sus altibajos profesionales (como la polémica novela gráfica Holy Terror, un trabajo del que el propio Miller reniega) y personales.

Dos momentos han sido claves en su biografía: el traumático divorcio desu pareja y colorista, Lynn Varley, quien fue una pieza clave en su éxito, y el sufrimiento derivado del alcoholismo que ha estado a punto de costarle la vida y que le ha dejado notables secuelas físicas. American Genius certifica cómo su trabajo nunca ha perdido la capacidad de llamar la atención de los lectores, aunque su carrera en el mundo del cine, sin embargo, no haya gozado del mismo éxito, con la excepción de la mencionada Sin City. Escritor del guion de las secuelas de Robocop y director de la adaptación a la gran pantalla de The Spirit, el personajeestrella de su adorado Will Eisner, ninguna de estas cintas ha rozado de lejos el reconocimiento conseguido en los cómics, donde es considerado un renovador de sulenguaje y un clásico contemporáneo. Pero así es como se forjan las leyendas, consus logros y sus fracasos. Miller ha atendido con amabilidad a las preguntas de este periódico en una breve videoconferencia. Su voz, aunque débil, demuestra vitalidad y energía.

¿Se siente cómodo con este tipo de reconocimientos a toda una carrera?
[Se ría] ¡Estoy encantado de haber llegado hasta aquí!
Su vinculación con el género negro viene de antiguo: ha confesado que supo que quería hacer cómics con solo cinco años, y que tenía muy claro qué quería dibujar: gángsters.
Es cierto. Me interesan las historias morales. En el género negro puedo hablar de gente buena que sobrevive en un mundo que es inherentemente malo, mostrar cómo lo hacen para seguir adelante. Eso es lo que quiero contar desde el principio de mi carrera en los cómics.
Le enseñó su portafolio lleno de tipos con gabardina al maestro de los cómics de superhéroes, Neal Adams, y echó por tierra su trabajo. Llegó a decirle que tenía que aprender "a dibujar los malditos coches como son de verdad".
Sí. Y Neal, como siempre, tenía razón. Cuando dibujas cómics tienes que saber dibujar muchas cosas, realmente, tienes que saber dibujarlo todo. Creo que al final aprendí a hacerlo.
American Genius ofrece una panorámica sobre su trabajo, pero también posee un fuerte elemento confesional. Usted ha manifestado que su directora, Silenn Thomas, es una de las personas que le ha ayudado a salvar su vida. ¿Tenía algún temor antes de hablar abiertamente sobre sus problemas con el alcohol?
Cuando me dijo que quería hacer esto, pensé que era una de las pocas personas en las que podía confiar plenamente. Si podía hablar con sinceridad de ello con alguien era con ella.
¿Cree que su participación en el documental ha sido un ejercicio catártico?
No, sinceramente.
Se considera un trabajador muy constante. El cómic es, sin duda, un arteexigente. ¿Cómo ha afrontado tomar la decisión consciente de parar, de tomar un respiro en su trabajo? ¿Cree que esto es más difícil para los autores de cómics,acostumbrados a la repetición, a esa combinación tan peligrosa de trabajo creativo ymecánico?
A veces, echas la vista atrás y te da la sensación de haber desperdiciado todo tu valioso tiempo en todas esas páginas. ¡Pero el problema es que al final no sabes hacer otra cosa!
Otro género que explora la moralidad es el western ¿En qué punto se encuentra su proyecto ambientado en la Sin City del siglo XIX?
Sigo trabajando en ello, no puedo decirle en qué punto exacto estoy. Será un viaje a las raíces de Sin City y su mitología, y conoceremos a personajes como un antepasado de Marv [el protagonista de la primera aventura de la serie].