Dos goles de Rodrygo, que sólo había marcado un gol en Liga, se convirtieron en el salvador del Real Madrid, que cumple en el sprint final de la Liga, aunque muchos minutos caen en la zozobra del qué va a pasar. ya que Ancelotti es el misterio de los misterios.
Con estos finales de suspense bajo estas circunstancias, no consolida sus estrategia. Es difícil interpretar sus decisiones, sus galimatías, sus pesadillas.
Sabía que ocho de los titulares -Lunin, Carvajal, Rüdiger, Tchouaméni, Valverde, Kroos, Bellingham y Rodrygo- salieron en precario, dado que se desgastaron en sus partidos de la selección. Un disparate. Pero su conservadurismo es tan agrio como despótico.
Con Kroos tan cansado, un Valverde falto de oxígeno y Tchuoameni sin dar un solo pase con sentido, el Atlethic siempre se impuso en el centro del campo por vitalidad y rapidez ante el puñetero bloque bajo. Pero como no hizo ocasiones y apareció el nuevo salvador Lunin, Valverde ya no es tan corrrecaminos.
No sé la razón del debut de Militao. Queda claro que Ancelotti tiene miedo a Nacho.Tampoco entiendo por qué Bellinghan juega tanto de espaldas a la portería, demasiado lejos de área. Por tanto, ha perdido el gol. Su baja forma constante, la falta de goles pasma al más fiel de sus seguidores. Y no entiende nada. Pero jugar así es made in Ancelotti. Todo un estudio clínico aún más por la fiebre del racismo en Vinicius.
Al fin y acabo se complica la eliminatoria con el Manchester City. Con un Madrid tibio, sin estrellas rutilantes, el miedo aparecerá con esa cara de pánico italiano en el Etihad
Y tiene nueve dias de descanso, pero la ecuación del misterio Ancelotti, que confisca aún mas sus dudas. Lo peor para el Madrid es jugar el partido decisivo en el Etihad. Por lo demás, el equipo retórico de Anceloltti, aun con dudas, sigue fortaleciendo su título de Liga.
Parra terminar, la ceremonia de la confusión en el modo en que vistieron a los dos equipos, una chaladura, una forma de retorcer la historia. Ahora el Madrid es azul y el Athletic, un poco más blanco que Santiago Bernabéu. Las marcas deportivas no saben qué hacer para llamar la atención.