MÁS DEPORTE
Surf

Nic Von Rupp, el surfista que se enfrenta a monstruos de 30 metros: "Tienes que pensar que no pasa nada por estar ahogándote"

El deportista portugués está a la espera de que le confirmen que, en una de sus últimas sesiones, cabalgó la ola más grande de la historia.

Nic Von Rupp surfeando en el mar.
Nic Von Rupp surfeando en el mar.Tudor
Actualizado

La noche del 29 al 30 de enero, Nic Von Rupp (Lisboa, 1990) sufrió una crisis de pánico. Se levantó con fiebre, vómitos y empapado en sudor frío. "Era una mezcla de ansiedad, miedo y adrenalina", confiesa a EL MUNDO. Azotaba la tormenta Herminia sin piedad la costa portuguesa y traía a Nazaré olas de más de 30 metros. El surfista afrontaba junto a su equipo, Mountains of the Sea, el reto de introducirse en las frías aguas de esta pequeña localidad y, a falta de confirmación oficial, surfear la ola más grande de la historia.

"Cada vez que entras en Nazaré es como si fuera tu primera vez, lo haces con la incertidumbre y el miedo de no saber si surfearás la ola más grande de tu vida o sufrirás una caída de la que no sobrevivirás", apunta Von Rupp. Porque no se trata solo de bajar un monstruo de más de 30 metros lleno de baches, corrientes y rachas de viento que dificultan la práctica de cualquier deporte, sino de entrar en el océano cuando éste te muestra todo su poder. "Es tan brutal que sabes que cada caída puede suponer tu muerte", apunta.

El equipo del luso está pendiente de la medición del Instituto Hidrográfico de Portugal de las dos boyas que proporcionan la información que podría quitar el récord a Sebastián Steudtner. El surfista alemán, también en Nazaré, descendió por un monstruo de 28,57 metros el 24 de febrero de 2024. "Cuando surfeas una ola de ese tamaño es como si pasearas por la montaña más alta del mundo sobre una placa de fino hielo", apunta el posible nuevo récordman.

Pero, récords aparte, para Von Rupp afrontar semejantes condiciones es un reto en sí mismo. Para ello se prepara durante todo el año tanto física como, sobre todo, mentalmente además del "talento y el coraje" imprescindibles. "Quiero ser el tío más preparado en el agua", admite. Y, en días quizás menos aterradores, practica también las líneas que debe seguir para bajar unas rampas como las que proporcionan esas olas y, especialmente, evitar caerse y ser engullidos por esas "gigantescas masas de agua".

Los deportistas, si caen de una ola de esas características, pueden pasar sumergidos en torno a dos minutos de tiempo y Von Rupp define estar ahí abajo como "ser vapuleado por Mike Tyson por todas las partes de tu cuerpo". "El problema es que, del golpe, lo haces ya casi sin aire", explica el surfista de olas grandes y habla de la importancia, sobre todo, de mantener la calma en ese "oscuro túnel" que es como pasar a "otra dimensión".

Esas circunstancias se entrenan en la piscina. Son momentos de superar el pánico, de estar bajo el agua sin oxígeno e, incluso, recuperar la consciencia tras sufrir un breve desmayo. "Tienes que pensar que no pasa nada por estar ahogándote, que tu equipo aún tiene 10 minutos para sacarte y reanimarte", apunta con total normalidad un surfista cuya peor experiencia fue precisamente esa, pero no a él sino a un amigo suyo.

"Lloré como un niño"

"Una de las peores experiencias de mi vida fue cuando vi a mi amigo Alex Botelho sin pulso en la playa tras un accidente en una competición. Afortunadamente, el equipo médico le reanimó y se pudo recuperar en el hospital, pero fue un momento aterrador. Lloré como un niño, algo que no me había pasado nunca", explicó el deportista extremo que menciona, en cambio, su mejor momento como "el silencio" de bajar una ola grande y "encontrarse con la naturaleza".

Son ya 10 años que Von Rupp lleva buscando no sólo encontrarse con la naturaleza sino hacerlo en sus momentos más extremos. Recientemente, el surfista portugués consiguió vencer por equipos en el Tudor Nazaré Challenge junto a su compañero Clément Roseyro. Es precisamente esta marca relojera la que le ayuda a dedicarse al deporte que más ama desde que es un niño. "Soy muy afortunado de trabajar con marcas que representan mis valores como Tudor y su lema Born To Dare (Nacido para atreverse) encaja a la perfección con mi rutina diaria", destaca.

Nic Von Rupp sujeta una tabla de surf.
Nic Von Rupp sujeta una tabla de surf.Tudor

El amor de Von Rupp no es sólo por el deporte, sino por el modo de vida que representa. De hecho, pese a haber ganado pruebas internacionales en el circuito de surf, el deportista luso prefirió "seguir su pasión" y abandonar el campeonato para surfear olas grandes. Otro de los momentos de rebelión como el que tuvo con sus padres de pequeño cuando no le querían dejar cambiar el corcho (bodyboard) por la tabla de surf. "Por suerte mi entrenador les convenció", apunta.

Así, Nic Von Rupp seguirá viajando y esperando los swells perfectos para encontrar las olas más grandes. Superará ansiedades, desmayos y momentos de pánico para disfrutar de los 10 segundos de bajada y los días de incertidumbre que supone afrontar monstruos marinos de 30 metros de alto. Su corazón lo tiene claro: "Siento que vivo mi sueño, todo lo que deseé se está haciendo realidad", concluye.