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Masters de Madrid

Miguel Díaz, presidente de la Federación, tras el naufragio español en Madrid: "¿Qué preferimos: más jugadores en el 'top 100' o campeones del Grand Slam como Alcaraz?"

Con la derrota de Davidovich, por primera vez en un torneo en nuestro país no habrá representación local en octavos

Davidovich, en su partido ante Zverev.
Davidovich, en su partido ante Zverev.Chema MoyaEFE
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Alejandro Davidovich fue el último en marcharse. Hizo un buen partido, pero se desmoronó en sendos desempates a los que le condujo Alexander Zverev, primer cabeza de serie y doble ganador del torneo, un jugador especialmente peligroso en la altura de la capital. Empezaron seis españoles y no habrá ninguno en octavos de final del Masters de Madrid. Se bajó antes por prevención física Carlos Alcaraz, ganador en la Caja Mágica en 2022 y 2023, campeón en cuatro torneos del Grand Slam. Tampoco pudo jugar Roberto Carballés. Ausente Paula Badosa, número 9 del mundo y semifinalista del Abierto de Australia, baja a última hora por sus recurrentes problemas de espalda, ninguna de las tres españolas fue más allá de la segunda ronda. Por primera vez en un torneo disputado en nuestro país no habrá presencia local en octavos.

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"Es una cuestión coyuntural", comenta a ELMUNDO Miguel Díaz, presidente de la Real Federación Española de Tenis (RFET), tras presenciar el partido de Davidovich. "No pudieron jugar nuestros dos principales referentes en ambos cuadros, sin olvidar que cuatro españoles perdieron sus partidos tras contar con match point".

Después de seis Copas Davis, la última de ellas en 2019, y de llegar a contar con tres jugadores en el top ten, e incluso dos entre los cinco primeros, como sucedió con Rafael Nadal y David Ferrer, España se enfrenta a un tiempo distinto al de la esplendorosa época liderada por el mallorquín. Ahora sólo cuenta con Alcaraz, tercero en el escalafón, entre los 20 primeros, otros dos en el top 50, Alejandro Davidovich, 29º, y Pedro Martínez, 48º, y cuatro más ya entre los cien mejores, Jaume Munar, 53º, Roberto Bautista, 53º, Roberto Carballés, 56º, y Pablo Carreño, 96º. Bautista tiene 35 años y está ante la que puede ser la última temporada de su carrera. Carreño tiene 33 y está muy golpeado por las lesiones. Carballés tiene 32.

Bajo presupuesto

"Hay generaciones con más talento y otras con menos. En la Federación Española tenemos un presupuesto de 10 millones de euros, muy limitado en comparación con las de algunos países, como la de Estados Unidos, Francia o Gran Bretaña, dueñas de torneos del Grand Slam, o Italia, que posee el Masters 1000 de Roma", apunta Díaz.

La precocidad de fenómenos como el de Alcaraz, que el próximo día 3 cumple 22 años, genera un falso efecto de urgencia. Casos como el del murciano tienen un carácter excepcional. Tres de los últimos campeones júnior del Abierto de Estados Unidos han sido españoles. Rafael Jódar fue el vencedor en la última edición. Tiene 18 años, es el 687º del mundo y aún se mueve por torneos challenger. Martín Landaluce lo ganó en 2022. Tiene 19 y es el 148º. Tuvo pelota de partido ante Cameron Norrie, ex top 10, en su partido de primera ronda de esta edición del Masters de Madrid. Daniel Rincón se lo llevó en 2021. Tiene 22 años, es el 187º y trata de abrirse paso en torneos de segundo orden.

"Landaluce estará entre los cien mejores en poco tiempo. Posee enormes cualidades. No es normal despuntar cuando se tienen 19 o 20 años. Hay jóvenes muy buenos que van dando sus pasos. En dos o tres años habrá tres o cuatro españoles más en el top 100", barrunta Díaz. "Hay una sólida red de clubes y las escuelas se encuentran en máximos históricos. La base es buena. La Federación invierte más que nunca en becas y torneos. No creo que haya motivos para la preocupación".

La perspectiva global, al menos en lo más inmediato, contrasta con el extraordinario impacto de un jugador como Alcaraz, que ya cuenta con dos títulos de Wimbledon y un Abierto de Estados Unidos y saldrá a partir del 25 de mayo como el favorito para revalidar su corona en Roland Garros. "Conviene preguntarse qué prefiere la gente, si tener más jugadores entre los cien primeros del ránking o contar con referentes que ganan Grand Slam. Francia, por ejemplo, nos supera en número de integrantes del top 100, pero lleva desde 1983 sin hacerse con un major. Tampoco países tan poderosos como Estados Unidos o Australia pueden presumir de talentos individuales a ese nivel. No sale nadie parecido a un Agassi o a un Sampras", reflexiona el presidente de la RFET.

Davidovich, en su partido ante Zverev.

Antes de caer este domingo ante Zverev por 2-6, 7-6 (3) y 7-6 (0), Davidovich, 25 años, mostró que su tenis evoluciona en buena dirección. Campeón júnior de Wimbledon en 2017, el malagueño ha logrado hacerse un sitio en el circuito con un juego que agrega a su creatividad el grado suficiente de esmero y consistencia. Finalista del Masters 1000 de Montecarlo en 2022, hace pocas semanas regresó a las semifinales, donde le detuvo Alcaraz, ganador del torneo. Este año ha disputado las finales de Delray Beach, donde cayó ante Miomir Kecmanovic, y Acapulco, en la que cedió frente a Tomas Machac.

"Lleva una temporada fantástica. Lástima que se haya cruzado con un jugador tan duro como Zverev", valora Miguel Díaz. "Cada semana es distinta. Ahora estamos hablando de un torneo sin españoles, pero en Montecarlo tuvimos dos semifinalistas. También tuvimos cuatro españoles en octavos del Conde de Godó. Los jóvenes vendrán, seguro, pero habrá que esperar dos o tres años".

El presidente de la RFET también pondera el rendimiento del equipo femenino, que ahora capitaneado por Carla Suárez y privado aún del concurso de Badosa, mantiene el pulso competitivo. «Hace dos semanas nos clasificamos entre las ocho mejores selecciones de la Billie Jean King Cup», recuerda sobre el equipo liderado por Cristina Bucsa y Jessica Bouzas, ambas sin suerte en este Masters de Madrid descapitalizado de españoles.